Por David Gordon. (Publicado el 18 de septiembre de 2009)
Traducido del inglés. El artículo original se encuentra
aquí: http://mises.org/story/3718.
[End the Fed, por Ron Paul · Grand Central Publishing, 2009
· 224 páginas]
Raul Paul ha librado una batalla heroica en pro de la
sensatez financiera desde el principio de su entrada en el Congreso y en End the Fed nos ofrece
detalles de esa lucha que no están disponibles en ningún otro lugar. El Doctor
Paul tiene una afinidad con el libre mercado desde joven, "En los 1960", nos
dice
"Descubrí las obras de
economistas como Ludwig von Mises, F. A. Hayek, Murray N. Rothbard y Hans F.
Sennholz. Gradualmente fui encontrando las respuestas que iba buscando. Incluso
para los expertos, llevó literalmente siglos entender completamente la
naturaleza del dinero del ciclo económico"
Durante su servicio en la Fuerza Aérea, el Dr. Paul pudo
escuchar a Mises y cunado se encontró con Hayek en el Congreso "tuve el placer
de escuchar su conferencia en Washington alrededor de 1980. Después de esa
reunión, tuvimos una cena privada junto y estuve varias horas de visita".
Pero el principal economista que le influyó fue Murray Rothbard.
"De todos los grandes economistas
austriacos del siglo XX, al que mejor conocí fue a Murray Rothbard. (...)
Recuerdo su sorpresa cuando descubrió que había leído su ensayo sobre "Oro y
tipos de intercambio libremente flotantes" (...) Si hay un libro que los
funcionarios de Washington deberían leer ahora es el libro de Rothbard America's
Great Depresión [La Gran Depresión Americana]. En este libro, demuestra
que fue la Fed la que creó el auge de los últimos años 1920 que llevó a la
crisis y que las intervenciones de Hoover prolongaron la Gran Depresión".
Este último apunte empieza a sugerir una razón clave para
abolir la Fed. Lejos de ser un medio para mantener la estabilidad monetaria,
como insisten falsamente sus defensores, la Fed, mediante la expansión del
crédito bancario, es la causa principal del ciclo económico.
La expansión rebaja temporalmente el tipo de interés del
dinero por debajo del tipo real del mercado, en buena medida determinado por la
preferencia temporal de la gente, es decir su preferencia por bienes presentes
frente a futuros. Los negocios, al haber dinero disponible, se expanden, pero
los nuevos proyectos no pueden sostenerse. Cuando cesa la expansión monetaria
(si no lo hace, tendremos hiperinflación, con consecuencias desastrosas), estas
nuevas inversiones deben liquidarse. Este proceso es la depresión.
Como apunta acertadamente el Dr. Paul,
"Es verdad que la Fed puede
proveer liquidez en esos momentos [de contracción crediticia] por la simple
operación de imprimir más papel moneda para cubrir los depósitos. Pero si se
piensa en el ciclo como inicio de la fase de expansión (cuando el dinero y el
crédito abundan y el préstamo se extiende a financiar proyectos insostenibles),
las cosas cambian sustancialmente (...)
Cuando los bancos centrales
rebajan los tipos [de interés], la impresión es que los ahorros siguen ahí,
cuando en realidad no lo están. La crisis resultante se convierte en inevitable
a medida que los bienes producidos no pueden comprarse y la realidad aparece en
oleadas. Los negocios quiebran, se ejecutan las hipotecas y la gente se deshace
de sus acciones o de la inversión que este de moda en ese momento".
En lugar de la Fed y su falsa afirmación de que necesitamos
una divisa "elástica", deberíamos separar completamente al gobierno de la
creación de dinero. En una sociedad libre, el dinero sería un producto y lo más
probablemente es que ese producto fuera el oro.
"De hecho sólo estoy observando
la realidad: la idea de dinero sólido en la mayoría de la historia de la
humanidad se ha relacionado con el oro como moneda. ¿Puede haber una moneda
sólida sin un patrón oro? En principio, sí. Y a mi m encantaría un sistema que
permitiera a los mercados volver a elegir la moneda más adecuada, cualquiera
que ésta resultara ser. No defiendo que el gobierno imponga ningún estándar en
particular: ningún banco central, ningún dinero de circulación obligatoria,
ningún privilegio para ningún producto elegido como base de la moneda"
El Dr. Paul ha explicado la visión austriaca del dinero de
una forma sucinta, ajustada y eficaz, pero ¿qué justifica la afirmación de que
ofrece detalles que no están disponibles en ningún otro lugar? ¿no hay muchos
excelentes libros y artículos que explican los puntos de vista de Mises y
Rothbard sobre el dinero, sin contar con las propias obras de ambos economistas?
La respuesta deriva de los muchos años de servicio de Dr. Paul en el Congreso.
En esa situación, ha tenido conversaciones con varios directivos de la Fed y
una de esas conversaciones nos permite resolver el misterio.
Alan Greenspan epitomiza
el control de la oferta monetaria por el gobierno. ¿Pero esto no es una
sorpresa a primera vista? Greenspan era un seguidor de Ayn Rand y compartía su
devoción por el capitalismo librecambista. En un ensayo escrito pata la revista
Objetivista, reimpreso en Capitalism: The Unknown Ideal, Greenspan
ofrecía una fuerte defensa del patrón oro. La ventaja esencial del patrón oro,
explicaba Greenspan, es que evitaba que el gobierno manipulara la oferta
monetaria:
"En ausencia del patrón oro, no
hay manera de proteger los ahorros de su confiscación mediante la inflación.
(...) La política financiera del estado de bienestar requiere que no haya forma
de que los propietarios de la riqueza se protejan. Este es el mezquino secreto
de las diatribas de los estatistas del estado del bienestar contra el oro".
Sorprendentemente, Grenspan dijo al Dr. Paul "que había
releído recientemente [el artículo] y no cambiara ni una palabra". ¿Cómo podía
Greenspan decir esto al tiempo que presidía un sistema que implica la control
gubernamental del dinero que repudiaba en su artículo? Greenspan pensaba que
podía dirigir el sistema financiero de la misma forma en que podía operar el
patrón oro.
"Yo [Greenspan] pienso que
encontrará (...) que los bancos centrales más efectivos en este periodo de moneda
fiduciaria tienden a tener éxito
principalmente porque tendemos a replicar lo que probablemente habría ocurrido
bajo un patrón producto en general"
En otras palabras, necesitamos apartar al gobierno de la
oferta monetaria, salvo que, por supuesto, yo o gente como yo estén al mando.
La posición de Greenspan recuerda una tradición judía acerca del rey Salomón,
que pensaba que las restricciones impuestas a los reyes en el Deuteronomio
(17:16-17) sobre esposas y caballos no le afectaban.
Al ser el más inteligente de los hombres, Salomón creía que
sabía las razones para estas restricciones, así que podía evitar las tentaciones
contra las que le guardaban la reglas y tomó más esposas y tuvo más caballos
que los permitidos. Su arrogancia le llevó al desastre y Greenspan cayó víctima
del mismo síndrome.
El Dr. Paul no considera a Greenspan como el mejor presidente de la Fed que haya conocido. "Con
quien tenía más sintonía era con [Paul] Volcker. Ereá mas agradable e
inteligente que los demás, incluidos más recientes Alan Greenspan y Ben
Bernanke".
Respecto de Bernanke, está claro que al Dr. Paul le disgusta
profundamente. Sospecha que Bernanke ha actuado en secreto para manipular el
precio del oro y le enerva la negativa de Bernanke a explicar sus operaciones
en el Congreso.
"Así que cuando Bernanke rechaza
rápidamente darnos información acerca de los billones de dólares de crédito que
ha concedido en el proceso de rescate porque sería 'contraproducente',
realmente está diciendo, 'no es asunto vuestro'"
este libro recoge conversaciones notables con otros
distintos de presidentes de la Fed. Cuando Ron Paul estaba en la Comisión del
Oro en la administración Reagan, en una ocasión voló en helicóptero con el
presidente a la Base Aérea de Andrews.
"'Ron', me dijo el presidente,
'ninguna gran nación ha abandonado el patrón oro y ha seguido siendo una gran
nación'. Sin duda simpatizaba con ello, como con muchas ideas constitucionales
libertarias, pero asimismo estaba influenciado por presiones de su equipo para
ser pragmático en muchos asuntos"
Reagan, según parece, no podía romper con la ilusión de que
el gobierno ha de estar al control. Esa ilusión se propaga ávidamente por
quienes se benefician de ella. Uno de ellos fu el conocido George R. Brown,
largo tiempo partidario de Lyndon Jonson. Brown mostró interés en la campaña de
1976 al Congreso del Dr. Paul y en una conversación le dijo:
"'Recuerda, para que funcione el
sistema económico, las empresas y el gobiernos deben ser compañeros'. Me
avergonzó y rápidamente me dirigí a la puerta. (...) Una vez en el puesto y
después de que se conocieran mis votos y posiciones, el mensaje estaba claro y
no volví a oír nada de él"
La lucha por la libertad del Dr. Paul no se limita al asunto
del dinero sólido. También lidera la lucha contra el intervencionismo y la
política exterior imperialista. Pero la lucha por la libertad es integral y
demuestra que una política exterior agresiva depende del control gubernamental
de la oferta monetaria:
"No es una coincidencia que el
siglo de la guerra total coincidiera con el siglo de la banca central. Cuando
los gobiernos tienen que financiar sus propias guerras sin una imprenta de
moneda en la que confiar, economizan sus recursos. Encuentran soluciones
diplomáticas para evitar la guerra y después de que la empiezan las terminan lo
antes posible"
El libro contiene abundantes argumentos adicionales contra
nuestro sistema monetario actual. Por ejemplo, que viola la Constitución. Los
lectores descubrirán la mala opinión de Thomas Paine sobre el papel moneda y
incluso cómo la degradación monetaria contribuyó a la ruina del Imperio
Bizantino. Quienes entiendan el mensaje del libro llegarán a una conclusión muy
clara: Acabar con la Fed.
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David Gordon hace crítica de libros sobre economía,
política, filosofía y leyes para The Mises Review, la revista
cuatrimestral de literatura sobre ciencias sociales, publicada desde 19555 por
el Mises Institute. Es además autor de The Essential Rothbard,
disponible en la tienda de la web del Mises Institute.