¿Estándares laborales o libertad?

Por Art Carden y Joshua Hall. (Publicado el 28 de septiembre de 2009)

Traducido del inglés. El artículo original se encuentra aquí http://mises.org/story/3679.

 

¿Por qué la gente rica es rica mientras que la gente pobre es pobre? ¿Es porque los gobiernos fracasan en proteger a los pobres con estándares estrictos en salarios y seguridad en el puesto de trabajo o por alguna otra causa? A pesar del revuelo de  las organizaciones internacionales clamando por estándares laborales más estrictos, la solución real a la pobreza global es incrementar la libertad económica. En lugar de limitar las posibilidades disponibles, deberíamos tratar de expandirlas.

La Organización Internacional de Trabajo y otros grupos argumentan que la ausencia de estándares laborales internacionales son barreras para escapar de la pobreza para los pobres del mundo. Más aún, argumentan que unos estándares estrictos deberían ser parte de los esfuerzos de ayuda internacional. Sin embargo, el problema es esos estándares laborales tratan de ocuparse de los efectos de la pobreza, no de sus causas. También están basados en mala economía.

Los estándares laborales internacionales van a empeorar las cosas, más que a mejorarlas, para los pobres del mundo. Si queremos ayudar a la gente pobre, restringir sus opciones y oportunidades no es la respuesta.

En el mercado laboral global internacionalmente competitivo, la gente gana salarios iguales al valor de su productividad marginal. En otras palabras, una unidad de trabajo vale lo que puede producir. La causa más importante de los bajos salarios es la baja productividad. Las causas últimas de los bajos salarios son los entornos institucionales que ahogan a los emprendedores e inversores y a su vez reducen la productividad.

Quienes se oponen a los talleres ilegales critican el uso de mano de obra infantil e países en desarrollo y argumentan que esos niños deberían estar en la escuela en lugar de en el mercado laboral. Con esos niveles de ingresos, esto simplemente es inviable para mucha gente. En economías de subsistencia, mucha gente no puede permitirse el lujo de desviar su atención del trabajo agrícola manual hacia la educación. La mejor manera de resolver esto no es poner estándares laborales más estrictos, sino fomentar el crecimiento económico.

Esto nos permite volver a la cuestión de la pobreza global. En lugar de buscar formas de hacer el mercado laboral menos eficiente, lo que sin duda harían unos estándares internacionales, tenemos que fijarnos en los mecanismos institucionales específicos que restringen las oportunidades. Un cuerpo creciente de evidencias sugiere que la libertad económica es esencial para crecer.

Los críticos con las condiciones de trabajo de los países pobres argumentan que los salarios ofrecidos en los talleres ilegales son inaceptablemente bajos y las condiciones de trabajo espantosas. Por supuesto que lo son si las comparamos con los estándares occidentales.

Sin embargo, como los economistas han apuntado una y otra vez, las condiciones de trabajo occidentales no son el punto de referencia relevante cuando hablamos de la calidad de las condiciones de trabajo en el mundo en desarrollo. La comparación importante es la siguiente mejor oportunidad para el trabajador, que es siempre peor. Como ha argumentado el economista David Henderson, no hacemos ningún favor a un trabajador cuando eliminamos la mejor de un montón de alternativas muy malas.

Los que se oponen a los talleres ilegales deberían hacer más progresos buscando maneras de aumentar las opciones de los trabajadores de esos talleres, especialmente aumentando la movilidad entre fronteras nacionales.

La relajación de restricciones a la movilidad del trabajo internacional incrementaría sustancialmente los niveles de vida de los pobres.

Los progresistas son entusiastas de los programas de microfinanzas y aunque éstos sean probablemente un paso en la dirección correcta para erradicar completamente la pobreza. En un libro disponible para descarga gratis, el economista Lant Pritchett argumenta que el incremento de ingresos asociado a toda una vida de acceso a programas de microfinanzas es aproximadamente igual al incremento en ingresos asociado a trabajar ocho semanas en Estados Unidos. Esto sugiere que la política apropiada no es reforzar los estándares laborales sino abrir fronteras u permitir que la gente las cruce libremente.

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 Art Carden es profesor ayudante de economía y empresa en el Rhodes College en Memphis, Tennessee, e inestigador adjdunto en el Independent Institute ubicado en Oakland, California. A sido investigador en el verano de 2003 en el Ludwig von Mises Institute e investigador visitante en el American Institute for Economic Research en junio de 2008. Sus trabajos pueden encontrarse en página Social Science Research Network También colabora asiduamente en Division of Labour y The Beacon.

Una versión de este artículo apareció en el IEA Blog el 25 de agosto de 2009. Está basado en el futuro artículo “Four Propositions about International Labor Standards”, que aparecerá en el número de diciembre de 2009 de Economic Affairs.

Published Wed, Sep 30 2009 1:18 PM by euribe