Por Ludwig von Mises. (Publicado el 4 de noviembre de 2009)
Traducido del inglés. El artículo original se encuentra
aquí: http://mises.org/daily/3808.
[Este artículo está extraído de La
acción humana, capítulo XVII]
La noción de un dinero neutral no es menos contradictoria
que la de un dinero con poder de compra estable. El dinero son una fuerza
motriz propia no sería, como supone la gente, un dinero perfecto: no sería
dinero en absoluto.
Es un error muy común creer que el dinero perfecto debería
ser neutral y estar dotado de un poder de compra fijo y que el objetivo de la
política monetaria debería ser generar este dinero perfecto. Es fácil entender
que esta idea es una reacción contra los aún más populares postulados de los
inflacionistas. Pero es una reacción excesiva, es en sí misma confusa y
contradictoria y ha creado confusión, porque se ha visto reforzada por un error
incurable implícito en el pensamiento de muchos filósofos y economistas.
Estos pensadores se engañan por la extendida creencia de que
un estado de equilibrio es más perfecto que uno de movimiento. Su idea de la
perfección implica que no puede pensarse un estado más perfecto y
consecuentemente que todo cambio lo perjudicaría. Lo mejor que puede decirse de
un movimiento es que se dirija hacia el logro de un estado de perfección en el
que hay equilibrio, porque cualquier movimiento posterior llevaría a un estado
menos perfecto.
El movimiento se considera como la ausencia de equilibrio y
completa satisfacción, como una manifestación problemas y deseos. En la medida
en que esos pensamientos apuntan a la eliminación de las incomodidades y en
último término a la obtención de la plena satisfacción, están bien planteados.
Pero no debemos olvidar que el equilibrio no sólo está presente en un estado en
el que el contento perfecto hay hecho a la gente perfectamente feliz, sino
también en un estado en el que, aunque se deseen muchas cosas, no se ve medio
alguno para mejorar su condición.
La ausencia de acción no es sólo el resultado de la
satisfacción plena: también puede ser el corolario de la incapacidad de hacer
las cosas más satisfactorias. Puede significar tanto la desesperanza como el
contento.
Con el universo real de acción y cambio incesante, con el
sistema económico que no puede ser rígido, ni la neutralidad del dinero ni la
estabilidad de su poder de compra son compatibles. Un mundo del tipo que
requiere necesariamente dinero neutral y estable presupone que sería un mundo
sin acción.
Por tanto no es extraño ni malo que el marco de un cambiante
dinero en el mundo éste no sea neutral no estable en su poder de compra. Todos
los planes para hacer neutral y estable al dinero son contradictorios. El
dinero es un elemento de la acción y por tanto del cambio.
Los cambios en la relación monetaria, es decir, en la relación
de la demanda y y oferta del dinero, afectan a el tipo de intercambio entre el
dinero por un lado y los productos en venta por el otro. Estos cambios no afectan
al mismo tiempo y en el mismo grado a los precios de los distintos bienes y
servicios. Consecuentemente afectan a la riqueza de los distintos miembros de
la sociedad de distintas formas.
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Ludwig von Mises es reconocido como el líder de la Escuela
Austriaca de pensamiento económico, prodigioso autor de teorías económicas y un
escritor prolífico. Los escritos y lecciones de Mises abarcan teoría económica,
historia, epistemología, gobierno y filosofía política. Sus contribuciones a la
teoría económica incluyen importantes aclaraciones a la teoría cuantitativa del
dinero, la teoría del ciclo económico, la integración de la teoría monetaria
con la teoría económica general y la demostración de que el socialismo debe
fracasar porque no puede resolver el problema del cálculo económico. Mises fue
el primer estudioso en reconocer que la economía es parte de una ciencia
superior sobre la acción humana, ciencia a la que llamó “praxeología”.
Este artículo está extraído de La
acción humana, capítulo XVII.