Por Gennady Stolyarov II. (Publicado el 25 de noviembre de
2009)
Traducido del inglés. El artículo original se encuentra aquí
http://mises.org/daily/3858.
Vivimos en tiempos en que los hechos y la propaganda son
demasiado fáciles de mezclar (a menudo deliberadamente). Recuerdo hace mucho
tiempo, sentado en el curso avanzado de Ubicación Histórica de EEUU en mi
instituto público, cuando el profesor mencionó explícitamente la “falta de
regulación estatal” como una de las causas de la Gran Depresión. Lo raro era
que hay precedido esta explicación con una advertencia explícita hacia mí de
que no me iba a gustar lo que él iba a decir.
Era como si supiera que estaba presentando una posición con
carga ideológica como un hecho, y lo hizo de todos modos, porque en su cabeza
no cabía otra interpretación posible de la Gran Depresión. Él y millones como
él se beneficiarían enormemente si leyeran The
Politically Incorrect Guide to the Great Depression and the New Deal [La
Guía Políticamente Incorrecta de la Gran Depresión y el New Deal], de
Robert P. Murphy.
El mito de la Gran Depresión creada por el capitalismo del
laissez-faire (y su resolución por el New Deal, la Segunda Guerra Mundial o
ambos) es tan prevalerte que en las encuesta de opinión popular, Franklin
Delano Roosevelt aparece constantemente entre los cinco mejores presidentes de
los EEUU, mientras que el nombre de Herbert Hoover se ha convertido en sinónimo
de inacción gubernamental durante una crisis económica. Se han publicado
cientos de libros, ensayos e incluso obras de ficción para cambiar estas ideas,
pero de alguna manera las falacias han sobrevivido y han sido ansiosamente
explotadas por los supuestos FDR de las últimas siete décadas.
Para millones de estadounidenses que no han estudiado economía
austriaca y la teoría del ciclo de económico de Mises/hayek o leído las
brillantes críticas de del New Deal por parte de H.L. Mencken, Isabel
Patterson, Albert Jay Nock, Garet Garrett y John T. Flynn, el generalizado mito
de que el laissez-faire como ruinoso y FDR como salvador, les parece cierto,
evidente e incontestable. Por desgracia, mucha de esta misma gente vota
políticas y a políticos que prometen un “Nuevo New Deal”. Un plan así
profundizaría aún más la actual crisis económica, que se agudiza con la
hiperregulación, la manipulación de la oferta monetaria por parte de la Reserva
Federal y las consecuencias no previstas de intervenciones previas, incluyendo
el New Deal original.
La obra de Murphy trata de corregir los errores populares
acerca de la Gran Depresión atacándolos directamente. Prácticamente cualquier
afirmación realizada (que la Depresión fue causa de los excesos del
capitalismo, que Hoover agudizó la Depresión “no haciendo nada”, que el New
Deal revitalizó la actividad económica y mitigó el desempleo y que la Segunda
Guerra Mundial llevó a los Estados Unidos a la recuperación) se refuta con
detalle. En el curso de esta desmitificación, se trata al lector con concisas y
elegantes explicaciones de la teoría austriaca del ciclo económico, la economía
de la reducción de impuestos, las virtudes del patrón oro y los peligros de las
monedas fiduciarias y con explicaciones de los errores, tanto de las fórmulas
keynesianas de déficit en el gasto, como de la sugerencia de la Escuela de
Chicago de que la Reserva Federal disparó la Gran Depresión al no producir una
inflación suficiente.
Para añadir diversión al libro y permitir a los lectores
identificarse con aspectos más concretos de las políticas que critica, Murphy
explica muchos de los disparates y corrupciones del New Deal: el uso de
“números de la suerte” por parte de FDR para fijar el precio del oro, la
persecución de los hermanos Schechter por desafiar las restricciones a la
producción avícola de la Administración Nacional de Recuperación, el intento de
FDR de llenar el tribunal Supremo de sus partidarios después de que decidiera a
favor de los hermanos Schechter, la confiscación de existencias de oro a los
ciudadanos privados y el uso omnipresente de fondos gubernamentales del New
Deal para sobornar e intimidar a electores para que apoyaran las políticas de
FDR.
Murphy nos recuerda hábilmente que los políticos que buscan
suprimir nuestras libertades económicas y políticas para favorecer una
planificación centralizada no son omniscientes ni benevolentes: frecuentemente
se sacan de la manga normas políticas y siempre resultan ser justos, tolerantes
o preocupados por el bienestar humano objetivo. Detrás de la sublime retórica y
la falsa amabilidad de hombres como FDR aparece el duro, impaciente, implacable
y a menudo indiscriminado sicario, del modelo de esos criminales que entran en
casas de pacíficos ciudadanos para asegurarse de que no estaban violando la Ley
de Recuperación Industrial Nacional cosiendo ropa por las noches.
Si hay alguna esperanza de un rechazo intelectual de la
ideología del New Deal en los Estados unidos, el libro de Murphy será uno de
los elementos esenciales para ello. Murphy cruza el estrecho entre la teoría y
las preocupaciones accesibles a la mayoría de los lectores. Aunque por
desgracia, dado el estado de la educación hoy día, la mayoría de los
estadounidenses no sería capaz de inmunizarse contra las flacias económicas
comunes leyendo a Menger, Mises, Hayek y Rothbard, la ayuda de Murphy expone
algunas de las ideas clave de estos pensadore sen un formato más accesible para
el ciudadano medio sin formación económica formal.
Murphy también incorpora el trabajo de historiadores como
Burton Folsom y Paul Jonson e incluye información biográfica para explicar las
vidas motivos y personalidades de Calvin Coolidge, Herbert Hoover y otras
figuras clave de los años 1920 y 1930. Murphy hace por la compresión popular de
la Gran Depresión a principios del siglo XXI lo que Frederic Bastiat hizo por
el libre comercio a mediados del XIX y Leonard Read y Henry Hazlitt por los
principios básicos de economía en el siglo XX.
Soy un antiguo alumno de Murphy y puedo acreditar su
capacidad para permitirme avanzar de un conocimiento básico de la economía
austriaca hasta la publicación de un artículo en el Quarterly Journal of
Austrian Economics. Por experiencia personal, sé que es culto, cosmopolita,
elegante y capaz de articular los
argumentos (y reconocer las fortalezas y debilidades) de una inmensa variedad
de teorías y visiones del mundo. Al mismo tiempo posee talento para explicar
ideas complejas y complicadas, conectándolas con fenómenos concretos e incluso
bromeando con ellas.
Como tal, esta perfectamente preparado para explicar algunas
de las observaciones económicas e históricas del siglo XX a una audiencia de
masas. De hecho podría esperarse razonablemente que miles de lectores de este
libro lo usaran como puerta de entrada para descubrir las obras de muchos de
los pensadores de libre mercado que aquí se citan. La lista de lecturas
sugeridas (“Libros que no se supone que vayas a leer”), que sazona todo el
texto hacen que sea una compra útil por sí mismas.
Quizá algún día mi antiguo profesor de historia de EEUU, y
gente como él, utilicen The
Politically Incorrect Guide to the Great Depression and the New Deal en
sus cursos para equilibrar los muchos textos y presentaciones explícitamente a
favor del New deal y el intervencionismo que dominan hoy los programas de las
escuelas públicas. Si esto es demasiado esperar, al menos este libro tiene el
potencial de atraer a muchos jóvenes estudiantes y hacer que lo busquen por
iniciativa propia como un antídoto contra las mentiras que encuentras en las
fuentes de la “corriente principal”.
-----------------------------
Gennady Stolyarov II es actuario, ensayista filosófico independiente,
compositor, matemático aficionado y editor jefe de Rational Argumentator y Progress of Liberty. El Sr.
Stolyarov es autor de numerosas guías gratis de
estudios sobre economía, matemática avanzada y ciencia actuarial y tiene el
nivel más alto posible (Nivel de influencia 10) para un productor de contenidos
en Associated
Content.