Por Jörg Guido Hülsmann. (Publicado el 10 de diciembre de
2009)
Traducido del inglés. El artículo original se encuentra
aquí: http://mises.org/daily/3938.
Los congresistas Ron Paul y Alan Grayson buscan obtener una
mayor transparencia y responsabilidad del banco central de EEUU y “someter la
política monetaria de la Fed y las acciones de préstamo a descuento a una auditoría
de la Oficina de Contabilidad del Gobierno” (GAO, por sus siglas en inglés).
En oposición a estos esfuerzos por auditar el Sistema de
reserva Federal, unos 270
economistas han firmado una “Carta
abierta” argumentando que “La teoría económica y un enorme volumen de
evidencias empíricas ofrecen un fuerte apoyo a la independencia de los bancos
centrales en su gestión de la política monetaria”.
Permítannos disentir. La teoría económica sugiere que los
monopolios irresponsables protegidos legalmente son ineficientes. Sin control,
normativa, competencia y retroalimentación estas organizaciones toman malas
decisiones y tienden a ser captadas por intereses especiales. ¿Por qué iban a
ser diferentes los bancos centrales?
La evidencia empírica sugiere que los bancos centrales
irresponsables malgastan recursos y retrasan el crecimiento económico. Desde
1913, año en que se creó la Fed, el dólar ha perdido el 95% de su valor. El
crédito fácil de la Fed ha hecho a la economía de EEUU dependiente de la deuda.
Ha promovido la inversión irresponsable en los mercados financieros y en todas
partes. Ha redistribuido rentas reales a una escala masiva de la población
general a los principales socios de los negocios de la Fed: bancos, empresas
financieras y gobierno. No ha estabilizado la economía estadounidense, sino que
la ha hecho más frágil y propensa a crisis severas como la presente. Dicho de
forma sencilla: la Fed es una agencia de planificación central del gobierno y
funciona tan bien como cualquier agencia de planificación central del gobierno
en la historia.
La banca (sea comercial o central) funciona mejor cuando es
competitiva, transparente y responsable. Cuando más se oculte de la opinión
pública la banca central y proteja de las normas de la ley civil, más dañina se
hace para la economía y la sociedad.
La Fed ha tenido un gran éxito: Es con mucho el principal
financiador de investigaciones académicas en temas monetarios y macroeconomía,
empleando a cientos de economistas, financiando conferencias y seminarios,
ofreciendo consultas pagadas, etc. ¿Sorprende que la mayoría de los economistas
monetarios y macroeconomistas apoyen el actual status quo?
La Fed necesita una reforma seria y debería estar sujeta a
competencia y responsabilidad. La Ley Paul-Grayson es un paso bienvenido hacia
este objetivo. Los ciudadanos estadounidenses tienen un derecho a demandar los
mismos estándares de transparencia y responsabilidad al Fed que a cualquier
otra agencia del gobierno. Una burocracia gubernamental que no pueda funcionar
salvo que se envuelva en secreto y no sea responsable ante los representantes
elegidos por el pueblo no tiene lugar en una sociedad libre.
Nota
Junto a mi
firmando esta nota están Joseph Salerno (Pace University), Mark Thornton (Mises
Institute), Hans-Hermann Hoppe (emérito, UNLV), Samuel Bostaph (University of
Dallas), Shawn Ritenour (Grove city College), Jeffrey Herbener (Grove City
College), John Bratland (Minerals Management Service), Peter Klein (University
of Missouri), William Anderson (Frostburg State University), Walter Block (Loyola
University New Orleans), Murray Sabrin (Ramapo College) y otros firmantes en este enlace.
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Jörg Guido
Hülsmann es socio senior del Mises Institute y autor de Mises:
The Last Knight of Liberalism y The Ethics
of Money Production. Enseña en la Universidad de Angers, en Francia.