Por Ludwig von Mises. (Publicado el 19 de marzo de 2010)
Traducido del inglés. El artículo original se encuentra
aquí: http://mises.org/daily/4160.
[Este artículo se ha extraído del capítulo 17 de La
acción humana]
El patrón
oro internacional funciona sin ninguna acción por parte de los gobiernos. Es
una cooperación efectiva y real de todos los miembros del mundo que abrazan la
economía de mercado. No hay necesidad de que ningún gobierno intervenga para
hacer que el patrón oro funcione como estándar internacional.
Los que los gobiernos llaman cooperación monetaria
internacional es una acción concertada a favor de la expansión del crédito. Han
aprendido que la expansión del crédito, cuando se limita a un solo país, genera
una sangría externa. Creen que es sólo la sangría externa la que frustra sus
planes de rebajar el tipo de interés y crear así un auge interminable. Si todos
los gobiernos cooperaran en sus políticas expansionistas, piensan, podrían
eliminar este obstáculo. Lo que hace falta es un banco internacional que emita
medios fiduciarios que se gestionen como sustitutivos del dinero por la gente
de todos los países.
No hay necesidad de recordar de nuevo que lo que hace
imposible rebajar el tipo de interés mediante la expansión del crédito no es
simplemente la sangría externa. Este asunto esencial se explica con detalle en
otros capítulos y secciones de este
libro.
Pero hay que plantear otra cuestión importante.
Supongamos que existe un banco internacional que emite
medios fiduciarios cuya clientela es toda la población del mundo. No importa si
estos sustitutivos del dinero van directamente a la caja de individuos y
empresas o sólo los mantienen los distintos bancos centrales nacionales como
reservas contra sus emisiones de sustitutivos nacionales del dinero. Lo
importante es que hay una divisa mundial uniforme. Los billetes nacionales y el
dinero en cheques son redimibles en sustitutivos del dinero emitidos por el
banco internacional. La necesidad de mantener su divisa nacional a la par con
la divisa internacional limita el poder del sistema de banca central de todas
las naciones para expandir el crédito. Pero el banco mundial se ve restringido
sólo por aquellos factores que limitan la expansión del crédito por parte de un
solo banco operando en un sistema económico aislado o en todo el mundo.
Bien podemos suponer que el banco internacional sea, no un
banco que emita sustitutivos del dinero, parte de los cuales sean medios
fiduciarios, sino una autoridad mundial que emita dinero fiduciario
internacional. El oro se ha desmonetizado completamente. El único dinero en uso
es el creado por la autoridad internacional. La autoridad internacional es
libre de aumentar la cantidad de dinero, siempre que no vaya tan lejos como
para producir la quiebra del boom y de la divisa.
Así se llegaría al ideal de Keynes. Hay una institución que
opera que puede ejercitar una “presión expansionista en el comercio mundial”.
Es libre de derramar el cuerno de la abundancia por el mundo.
Sin embargo, los defensores de esos planes han olvidado un
problema fundamental, que es el de la distribución de las cantidades adicionales
de este dinero de crédito o papel moneda.
Supongamos que la autoridad monetaria aumenta la cantidad
emitida en una cantidad concreta, que va en su totalidad a un país, Ruritania.
El resultado final de esta acción inflacionaria sería un aumento en precios de
productos básicos y servicios en todo el mundo. Pero mientras se desarrolla
este proceso, las condicione de los ciudadanos de distintos países se ven
afectadas de formas distintas. Los ruritanos son el primer grupo bendecido por
el maná adicional. Tienen más dinero en sus bolsillos, mientras que el resto de
los habitantes del mundo aun no tienen ninguna parte del nuevo dinero. Pueden
ofrecer precios más altos, mientras que los demás no pueden. Por tanto, los
ruritanos obtienen más bienes del mercado mundial que antes. Los no ruritanos
se ven forzados a restringir su consumo porque no pueden competir con los
precios más altos ofrecidos por los ruritanos. Mientras el proceso de ajuste de
precios de la relación monetaria alterada siga produciéndose, los ruritanos
estarán en una posición de ventaja frente a los no ruritanos. Cuando el proceso
acabe llegando a su fin, los ruritanos se habrán enriquecidos a costa de los no
ruritanos.
El principal problema en esas empresas expansionistas es la
proporción de acuerdo con la cual el dinero adicional se distribuye entre las
distintas naciones. Cada nación pretenderá defender un modelo de distribución
que le dé la mayor poción posible de la moneda adicional. Las naciones
industrialmente subdesarrolladas del Este, por ejemplo, probablemente
recomendarían una distribución igual per cápita de la población, un modo que
obviamente les favorecería a sota de las naciones industriales avanzadas. Sea
cual sea el método adoptado, todas las naciones se verán insatisfechas y se quejarán
de un tratamiento injusto. Se producirían conflictos serios y se desbarataría
toda la estructura.
Sería irrelevante objetar que este problema no desempeñó
ningún papel importante en las negociaciones que precedieron al establecimiento
del Fondo Monetario Internacional y que fue sencillo llegar a un acuerdo en
relación con el uso de los recursos del FMI. La Conferencia de Bretton-Woods se
realizó bajo circunstancias muy particulares. La mayoría de las naciones
participantes dependían en ese momento de la benevolencia de los Estados Unidos
Se hubieran visto condenadas si Estados Unidos hubiera dejado de luchar por su
libertad y de ayudarles materialmente con préstamos de arriendo.
Por otro lado, el gobierno de los Estados unidos consideraba
al acuerdo monetario como un plan para una continuación oculta de los préstamos
de arriendo después del cese de hostilidades. Estados Unidos estaba preparado
para dar y los demás participantes (especialmente los de países europeos, la mayoría
de ellos entonces aún ocupados por los ejércitos alemanes, y los de los países
asiáticos) estaban dispuestos a tomar lo que se les ofreciera. Los problemas
derivados serian apreciables tan pronto como la actitud durante la guerra de
estados Unidos hacia asuntos comerciales y financieros se vio reemplazada por
una mentalidad más realista.
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Ludwig von Mises es reconocido como el líder de la Escuela
Austriaca de pensamiento económico, prodigioso autor de teorías económicas y un
escritor prolífico. Los escritos y lecciones de Mises abarcan teoría económica,
historia, epistemología, gobierno y filosofía política. Sus contribuciones a la
teoría económica incluyen importantes aclaraciones a la teoría cuantitativa del
dinero, la teoría del ciclo económico, la integración de la teoría monetaria
con la teoría económica general y la demostración de que el socialismo debe
fracasar porque no puede resolver el problema del cálculo económico. Mises fue
el primer estudioso en reconocer que la economía es parte de una ciencia
superior sobre la acción humana, ciencia a la que llamó “praxeología”.
Este artículo está extraído del capítulo 17 de La
acción humana.