El dinero fiduciario como bien administrativo

Por Yuri Kuznetsov. (Publicado el 28 de abril de 2010)

Traducido del inglés. El artículo original se encuentra aquí: http://mises.org/daily/4262.

[De Review of Austrian Economics, 1997]

 

Hans-Hermann Hoppe, en su excelente artículo “How Is Fiat Money Possible? — or, The Devolution of Money and Credit”, explicaba que el dinero fiduciario puede llegar a existir mediante la progresiva degeneración de los sustitutivos del dinero metálico. Me gustaría sugerir un escenario adicional en el que puede aparecer el dinero fiduciario, un escenario que puede ser útil para entender algunos acontecimientos de la historia reciente de Rusia.

Imaginemos una comunidad con una economía de trueque en la que se permite a un grupo de hombres ejercer la violencia contra sus conciudadanos. Llamemos a este grupo el estado. El estado imprime papeles denominados en números, los envía a la población y declara que todos deben entregar cierta cantidad de estos papeles al estado o soportar un duro castigo de, digamos, cinco años de prisión. Cuando el estado adquiere esos papeles, los intercambia por bienes y servicios.

Los papeles así distribuidos tienen algunas propiedades importantes. Primero, tienen un valor de uso inicial para los miembros de la comunidad (excluyendo a los miembros del estado): pueden usarse como medio para evitar sufrir violencia física. Segundo, son muy comercializables pues pueden distribuirse en cualquier denominación (divisibilidad). Tercero, son pequeños y no pesan mucho (transportabilidad). Cuarto, son deseables universalmente porque nadie quiere estar en prisión.

Estas propiedades hacen a los papeles muy competitivos en el proceso mengeriano de origen del dinero. El estado podría aumentar las posibilidades de ganar la competencia con otras monedas restringiendo la capacidad de la gente de contratar con productos en competencia como el oro y la plata.  Sin embargo este paso no es necesario, dado que las sanciones por no pagar el tributo son suficientemente severas e inevitables.

En otras palabras, el dinero fiduciario el dinero fiduciario puede originarse en un proceso mengeriano de selección, pero sólo si puede intercambiarse por bienes concretos, como la capacidad de escapar a la violencia agresiva. Así, la fiscalidad gubernamental ofrece un medio por el que el dinero fiduciario podría llegar a existir. De hecho, en nuestro escenario, la fiscalidad es la causa esencial del origen del dinero.

Este dinero fiduciario no es irredimible. Es redimible en un bien muy peculiar: escapar de la violencia. Está claro que no es dinero basado en la confianza y el consentimiento mutuo y tampoco se ajusta a las críticas de Hoppe contra la injusticia en el proceso de origen del dinero.[1]

Merece advertir que en realidad la naturaleza del producto que soporta es bastante indistinta. La fuerza en cualquier grado no está nunca garantizada. Quien decide pagar o no pagar un impuesto siempre tiene en cuenta la probabilidad de ser castigado por el impago. Esta probabilidad depende a su vez de distintos factores que influyen en la eficacia de la maquinaria gubernamental de la violencia.

Reorganizar distintos órganos administrativos y departamentos recaudadores, campañas anticorrupción y otros disturbios políticos podrían cambiar las valoraciones subjetivas de este valor de mercado del dinero. Estos fenómenos, junto con la inflación, podrían ser una fuente adicional de inestabilidad financiera.

Este escenario puede parecer bastante abstracto y lejos de la vida real. Pero a mí me parece que no. Esta construcción mental es un dispositivo útil para interpretar acontecimientos recientes de la historia económica rusa.

De acuerdo con algunos economistas rusos, el último sistema soviético podría describirse apropiadamente como un mercado administrativo: una especie de economía de trueque en la que no sólo los bienes y servicios usuales son comercializables, sino que también existen esas cosas peculiares como contenidos de las regulaciones y directivas de planificación gubernamentales, la oportunidad de violarlas sin sanción, puestos oficiales en el aparato del estado, etc.[2] Esos bienes peculiares podrían calificarse de bienes administrativos, porque su valor como actores económicos se basa en la capacidad del estado para usar la violencia y la de todos los demás para evitar esta violencia bajo ciertas condiciones.

El carácter de trueque de la economía soviética es sinónimo de su naturaleza no monetaria. No había medios de intercambio. Los rublos soviéticos no podían calificarse en modo alguno como dinero. Sin embargo, la reforma de Gregori Galdar en 1992 no sólo derogó algunas regulaciones (la determinación de los precios en rublos por parte del gobierno), sino asimismo monetizó la economía rusa. El dinero recién creado era un dinero fiduciario garantizado por bienes administrativos, de acuerdo con nuestra definición.

El escenario que he descrito se aproxima al proceso real de creación de dinero fiduciario en la economía rusa durante las reformas de 1990 hasta hoy. La reforma tenía dos características principales: el aparato gubernamental ruso se había reorganizado completamente y se hicieron enormes cambios en la legislación fiscal para hacer más fácil la recaudación y más rentable para el estado. Esta combinación fue probablemente una causa importante que produjo la inestabilidad financiera (el valor del dinero fiduciario estaba variando constantemente), una inestabilidad que se exacerbó por políticas inflacionistas y una continua incertidumbre política.

 

 

Yuri Kuznetsov es investigador en el Instituto de Previsión Económica de la Academia Rusa de Ciencias y miembro de Instituto para el estadio de la Economía Rusa en Moscú.

Este artículo fue impreso originalmente en la Review of Austrian Economics 10, nº 2 (1997): pp. 111–114.



[1] Hoppe pregunta: “¿puede aparecer el dinero fiduciario como resultado natural de las interacciones entre individuos con intereses propios o es posible introducirlo sin violar los principios de justicia o eficiencia económica?” (“How is Fiat Money Possible?” p. 49).

[2] Ver V. Naishul, The Supreme and Last Stage of Socialism (Londres: Center For Research into Communist Economics, 1991); idem., “Liberalism, Customary Rights and Economic Reforms”, Communist Economies and Economic Transformation 5, nº.1 (1993); idem., “Communism: Death or Transformation?” presntado en la reunion general de la Sociedad Mont Pelerin (Cannes, 1994); idem., “Perspectives on Economic Reforms in Russia”, Champions of Freedom 21 (Hillsdale, Mich.: Hillsdale College Press, 1994).

Published Wed, Apr 28 2010 4:48 PM by euribe