HuffPo abole la escasez

Por Robert P. Murphy. (Publicado el 24 de mayo de 2010)

Traducido del inglés. El artículo original se encuentra aquí: http://mises.org/daily/4349.

                         

En un reciente artículo en el Huffington Post, Lynn Parramore formó un equipo de economistas para refutar nueve “mitos” acerca del déficit. Por un lado, resultaba refrescante ver a estos economistas explicar con tanto candor el hecho de que nuestro sistema financiero no está respaldado más que por trozos verdes de papel. Por otro lado, era chocante ver a estos economistas alabar ese hecho.

Créanlo o no, el tema del artículo es que toda la preocupación por el déficit del presupuesto federal no tiene sentido, porque el Tío Sam puede imprimir todo el dinero que necesite. En resumen, estos economistas piensan que la imprenta ha abolido la escasez económica.

Bueno, pues no. Imprimir pedazos verdes de papel (o añadir números a balances electrónicos bancarios) no crea más bienes y servicios. Pero para ver los errores concretos, necesitamos citar algunos de los supuestos falsos mitos.

Mito nº 1 del HuffPost: El gobierno federal debería equilibrar sus cuentas

El primer (supuesto) mito que aborda el artículo del HuffPo es la idea de que el gobierno federal “debería equilibrar sus cuentas, igual que una familia privada”. Pero esto es aparentemente erróneo porque

un gobierno es emisor de moneda. La familia, por el contrario, es usuaria. Las familias están restringidas por la necesidad de obtener de alguna forma el dinero en sus cuentas bancarias o sus cheques se rechazarán. Por el contrario, el gobierno federal no “tiene” o “no tiene” dólares. No hay una caja fuerte donde “mantenga” el dinero. De hecho, hace todos sus pagos simplemente acreditando cuentas bancarias privadas y no hay límite práctico respecto de cuánto pueden aumentarse esas cifras. El gasto por el gobierno federal siempre crea nuevo dinero en el sistema, mientras que los impuestos lo destruyen. Cuando las familias y empresas pagan impuestos, el dinero no va a ninguna parte: el gobierno simplemente debita esas cuentas bancarias privadas reduciendo electrónicamente la cantidad de reservas que tiene, es decir, rebajando las cifras en esas cuentas bancarias.

El difícil saber por dónde empezar. En primer lugar, la explicación anterior es simplemente errónea. Estrictamente hablando, el gobierno federal de EEUU no crea simplemente nuevos dólares cuando gasta y no destruye dólares cuando recauda impuestos.

Por el contrario, el gobierno federal obtiene ingresos por los impuestos y el circulante de la deuda pública y mantiene sus fondos en bancos. El gobierno realmente tiene una presupuesto: después de todo así medimos el déficit presupuestario.

También es verdad que la Reserva Federal complica tremendamente las cosas. Hay un sentido concreto en que la Fed “monetice” el gasto en déficit del gobierno y en cierto sentido utiliza la inflación de precios como mecanismo adicional (en conjunción con las tributación y la solicitud de préstamos) para transferir riqueza del sector privado al gobierno. (Explico aquí el mecanismo exacto).

Así que si queremos hacer todo lo posible, podríamos perdonar al escritor anterior por agrupar a la Reserva Federal y el gobierno federal en una sola entidad. Pero incluso si asumimos que el término “gobierno” anterior realmente significa “el gobierno más la Fed”, sigue siendo erróneo por implicar que los déficits presupuestarios del gobierno no tienen gran importancia.

Cuando el gobierno gasta más de lo que recauda en impuestos, tiene que enjugar de alguna forma la diferencia. Puede pedir prestado el dinero, lo que empuja al alza los tipos de interés y succiona capital a los negocios privados. O puede (hablando en plata) imprimir la diferencia, lo que empuja al alza los precios y erosiona el poder adquisitivo de todos los demás en la sociedad.

Cuando la gente se queja de que el gobierno no vive dentro de sus límites, tiene en mente la idea de que este gasto es insostenible, porque la gente no tolerará los impuestos necesarios para soportar esos programas hinchados. Por eso la persona media ve un enorme déficit público como algo fundamentalmente poco honrado e irresponsable. No se puede refutar este rechazo apuntando que el gobierno (a través de la Fed) tiene el poder de simplemente imprimir más billetes de dólar.

Mito nº 2 del HuffPost: La Seguridad Social está en crisis

Como el artículo del HuffPo ya ha “probado” que los déficits públicos son irrelevantes, no debería sorprender que la Seguridad Social esté en buena forma:

La verdad es que, en primer lugar, el sistema [de Seguridad Social] nunca ha estado quebrado, porque la capacidad del gobierno de pagar prestaciones no depende en modo alguno del balance de la Seguridad Social o los fondos del Medicare. Los cheques de prestaciones vienen directamente del Tesoro y, como ha admitido Alan Greenspan, “Un gobierno no puede resultar insolvente respecto de obligaciones en su propia divisa”.

Así que la cuestión no es si el gobierno necesita tomar “decisiones duras” con el fin de mantener a flote estos programas vitales. La pregunta es si los políticos tomarán la decisión más dura y dirán al pueblo estadounidense la verdad: la Seguridad Social y el Medicare no afrontan ninguna crisis financiera ni ahora ni en el futuro.

Otra vez, ¿qué significaría que el sistema de la Seguridad Social afrontara “decisiones duras”? Significará que los trabajadores tendrían que pagar más o los jubilados recibirán menos prestaciones. Si “resolvemos” la crisis imprimiendo nuevo dinero, eso implícitamente incluye ambos decisiones duras. Es decir, los trabajadores acabarían contribuyendo en más en cada nómina (porque los precios aumentan más rápido que los salarios) y los jubilados acabarán recibiendo prestaciones más pequeñas (porque los chques prometidos compran menos cosas en el supermercado).

El problema común con el tratamiento del HuffPo de los dos primeros “mitos” es centrarse en el asunto de la contabilidad, al contrario que en el asunto de la economía en general. Sí, un gobierno puede “resolver” sus problemas de déficit o su déficit en la Seguridad Social imprimiendo nuevo dinero. Pero eso no altera el problema económico subyacente de un programa que trata de dar más recursos a un grupo de lo que puede obtener de otro.

En todo caso, no sólo la Seguridad Social está en crisis, ya está quebrada: la tormenta ha llegado.

Mito nº 3 del HuffPost: El déficit público es una carga para nuestros hijos

Hasta ahora se nos ha dicho que el déficit público no plantea ningún problema, pero ahora vemos que, además de ser cifras irrelevantes, realmente hacen más ricos a nuestros hijos:

La mayoría de la gente no se da cuenta de que la deuda pública (títulos del Tesoro) no es sino cuentas de ahorro en el banco de la reserva Federal en Washington.

Hay cerca de 13 billones de dólares en deuda del Tesoro en la Fed. En conjunto, a estas cuentas de ahorro se les llama la deuda nacional. La deuda nacional representa una parte de los ahorros combinados de los residentes en EEUU, empresas, bancos y gobiernos extranjeros. Y la mayoría de la gente probablemente no sabe que cuando una persona la compra, la Fed simplemente transfiere los dólares de su cuenta corriente a una cuenta de ahorros en la Fed llamada un “título del Tesoro”. (…)

En el futuro, cuando nuestros nietos realicen pagos con títulos del Tesoro, simplemente acreditarán cuentas en la Fed, igual que hacemos ahora e hicieron nuestros abuelos antes. En un sencillo asunto de entrada de datos y no una carga financiera.

Si el gobierno gasta e imponte tributos inteligentemente hoy, nuestros nietos heredarán carreteras, embalses, parques, edificios públicos y, lo más importante, una mano de obra formada y más sana. Efectivamente estas cosas son difíciles de evaluar con precisión, pero no cabe duda de que nuestros nietos estarán mucho mejor al haber nacido en una sociedad que tiene infraestructuras y servicios modernos que nuestras políticas públicas pueden ayudar a proveer.

Como en el tratamiento del Mito nº 1, de nuevo el economista está sencillamente equivocado. Cuando alguien en el sector privado compra un título del Tesoro emitido por el gobierno federal, ese dinero acaba siendo gastado por el gobierno, igual que si una corporación privada emitiera un bono. Sí, la Reserva Federal complica las cosas (como mencioné antes), pero la descripción en la cita anterior es simplemente errónea.

También es interesante que el economista “pruebe” que los pagos de intereses de las deudas no son una carga, pues son “un sencillo asunto de entrada de datos”, pero luego continúa diciendo que esos sencillos tecleos llevan a la creación de una infraestructura productiva para nuestros descendientes. ¡Eso sí que es una entrada de datos!

Hay un poco de verdad en todo esto,  pero el economista del HuffPo lo entiende al revés. Es verdad que el pago de intereses sobre la deuda del gobierno per se no empobrece a “la siguiente generación”, por el simple hecho de que los pagos se hacen a los tenedores de bonos, quienes serán miembros de “la siguiente generación”. Dicho de otra forma, nosotros como contribuyentes tenemos mayores responsabilidades (futuras) cuando el gobierno genera una deuda, pero la gente que ahora presta al gobierno a su vez será capaz de entregar más activos (en forma de bonos del Tesoro) a sus herederos.

Cuando el gobierno genera un déficit, gasta más de lo que podría tener en caso contrario. Esto significa que se dedican a fines políticos, en lugar de a actividades comerciales privadas, más recursos de la economía real (trabajo, acero, tiempo de proceso de computadoras, etc.).

Lo que pasa realmente es esto: ¿serán realmente más ricos nuestros hijos si los políticos escogen los proyectos a financiar o si se dejan esas decisiones al sector privado? Los economistas del HuffPo piensan que el gobierno es capaz de realizar inversiones “inteligentes”, pero yo no estoy tan seguro.

Mito nº 6 del HuffPost: Los déficits del gobierno reducen los ahorros

Hemos dado un salto adelante hasta una de mis falacias favoritas:

La verdad es que los déficits se añaden a los ahorros monetarios totales mantenidos fuera del gobierno. Hasta el último penique. Es verdad, si el déficit público fue el año pasado de 1 billón de dólares, entonces los ahorros netos totales de todos los que estaban fuera del gobierno subieron en 1 billón. Ni un penique más, ni un penique menos.

Veamos una sencilla transacción en la que el déficit del gobierno gasta 100$. Digamos que el gobierno vende 100$ en nuevos títulos del Tesoro. Los compramos y nuestra cuenta corriente baja en 100$ al pagarlos, pero tenemos los 100$ en títulos del Tesoro que hemos comprado. ¿Somos más pobres? ¡Por supuesto que no! De hecho, como hemos comprado voluntariamente los títulos, probablemente lo hicimos porque pensamos que esa compra nos hacía más ricos. Todo lo que hicimos fue intercambiar 100$ que estaban en nuestra cuenta corriente por títulos del Tesoro por 100$.

Después de pagar los 100$ de los títulos del Tesoro, lo siguiente que ocurre es que el gobierno gasta después 100$ en comprar algo para nosotros. Así que ahora tenemos tanto los 100$ que el gobierno acaba de gastar como los 100$ en títulos del Tesoro que acabamos de comprar.

Así que a causa de los 100$ en gasto en déficit, tenemos nuestros 100$ de vuelta a nuestra cuenta corriente y también tenemos 100$ en títulos del Tesoro. Nuestra riqueza real es ahora 100$ más de lo que era antes.

El gasto en déficit de 100$ añadió 100$ a nuestros ahorros. Aún así, todos los líderes insisten en que los déficits se llevan nuestros ahorros.

Ahora podemos entender la razón por la que nuestros ahorros aumentaron tanto el pasado año. Fue porque el déficit público fue mucho mayor. Ahora usted sabe más acerca de ello que cualquiera en TV.

Me he ocupado de los defectos de este argumento en particular en un artículo previo. Por una parte, centrarse en nuestros 100$ de ahorro extra sin ocuparse en la mayor carga fiscal futura es absurdo.

Pero en lugar de entrar en lo técnico, apuntemos únicamente que el analista del HuffPo olvida una parte importante de la historia, incluso razonando en sus propios términos.

Cuando vence el bono del Tesoro, el gobierno nos debe (digamos) 105$. Así que el gobierno nos cobra 105$ en impuestos, haciéndonos 105$ más pobres. Luego nos paga ese dinero, pero también se queda con nuestro bono. Al final, no tenemos ninguna riqueza extra a mostrar por el gasto en déficit del gobierno.

Otra forma de mostrar el fallo en el argumento del HuffPo es sustituir “gobierno” por “Halliburton”. La cita anterior probaría así que cuanta más gente inviertiera en Hulliburton, más rico se haría el mundo menos Halliburton, como un sencillo asunto de contabilidad. Dudo que el HuffPo apoyara ese argumento.

Conclusión

Los trapicheos financieros del gobierno federal y la Reserva Federal son bastante complicados. Hay un sentido concreto en que el gobierno juegue con una reglas diferentes, porque el banco central espera en las bandas para monetizar sus deudas. La mayoría de la gente rehuye esta conclusión, pues es demasiado horrible como para considerarla. Aún así, curiosamente los analistas económicos reunidos por HuffPo consideran a la máquina inflacionista como una cosa bella.

 

 

Robert Murphy es investigador adjunto del Instituto Mises, donde enseñará “Principios de economía” en la Mises Academy este otoño. Gestiona el blog Free Advice y es autor de The Politically Incorrect Guide to Capitalism, Study Guide to Man, Economy, and State with Power and Market, Human Action Study Guide y The Politically Incorrect Guide to the Great Depression and the New Deal.

Published Tue, May 25 2010 2:18 PM by euribe

Comments

# Sinsentidos sobre la cuestión del déficit

Saturday, February 19, 2011 1:23 PM by Mises Daily en español

Por Robert P. Murphy. (Publicado el 2 de agosto de 2010) Traducido del inglés. El artículo