La supuesta ausencia de depresiones bajo el totalitarismo

Por Ludwig von Mises. (Publicado el 28 de mayo de 2010)

Traducido del inglés. El artículo original se encuentra aquí: http://mises.org/daily/4305.

[Este artículo está extraído del capítulo 20 de La acción humana]

                 

Muchos autores socialistas destacan que la repetición de crisis económicas y depresiones empresariales es un fenómeno propio del modo capitalista de producción. Por el contrario, un sistema socialista está libre ante este mal.

Como ya hemos evidenciado y demostraremos de nuevo más adelante, las fluctuaciones cíclicas de la economía no son lago que se origine en la esfera de un mercado no intervenido, sino el producto de la interferencia del gobierno en las condiciones de negocio pensadas para rebajar el tipo de interés por debajo del que habría fijado el libre mercado. En este punto sólo nos ocuparemos de la supuesta estabilidad garantizada por la panificación socialista.

Es esencial darnos cuenta de que lo que hace que aparezca la crisis es el proceso democrático del mercado. Los consumidores desaprueban el empleo de los factores de producción efectuado por los empresarios. Manifiestan su desaprobación con su conducta al comprar y abstenerse de comprar. Los empresarios, equivocados por la ilusión de los tipos brutos de interés del mercado artificialmente bajos, no han invertido en la líneas en que se satisfarían las necesidades más urgentes del público de la mejor manera posible. Tan pronto como la expansión del crédito se acaba, estos errores se ponen de manifiesto. Las actitudes de los consumidores fuerzan a los empresarios a ajustar sus actividades desde el principio a la mejor satisfacción posible de deseos. Es este proceso de liquidación de los errores cometidos en el auge y reajuste a los deseos de los consumidores a lo que se llama depresión.

Pero en una economía socialista sólo cuentan los juicios del valor del gobierno y la gente está privada de cualquier medio de hacer que prevalezcan sus propios juicios de valor. A un dictador no le importa si las masas aprueban o no su decisión sobre cuánto dedicar al consumo actual y cuánto a la inversión adicional. Si el dictador invierte más y así recorta los medios disponibles para el consumo actual, la gente debe comer menos y morderse la lengua. No aparece una crisis porque los sujetos no tienen ninguna posibilidad de expresar su descontento.

Don de no hay negocios, éstos no pueden ser buenos ni malos. Puede haber hambre, pero ninguna depresión en el sentido en que se usa respecto de los problemas de la economía de mercado. Donde los individuos no son libres de elegir, no pueden protestar contra el método aplicado por quienes dirigen el curso de las actividades de producción.

No es una respuesta a esto objetar que la opinión pública en los países capitalistas favorece la política de dinero fácil. Las masas están mal informadas por las afirmaciones de los supuestos expertos de que el dinero fácil puede hacerles prósperos sin ningún coste. No se dan cuenta de que la inversión sólo puede expandirse en la medida en que se acumule más capital mediante el ahorro. Les engañan con cuentos de hadas de ingeniería monetaria. Pero lo que cuenta no son los cuentos de hadas, sino la conducta de la gente. Si la gente no está dispuesta a ahorrar más recortando su consumo actual, faltan los medios para una expansión sustancial de la inversión. Estos medios no puede ofrecerlos la impresión de billetes y el crédito en los balances bancarios.

Un fenómeno común es que el individuo en su capacidad como votante contradice virtualmente su conducta en el mercado. Así, por ejemplo, puede votar por medidas que aumenten el precio de un producto o de todos, mientras que como comprador quiere tener bajos precios. Esos conflictos se producen por la ignorancia y el error. Al ser así la naturaleza humana, pueden ocurrir. Pero en una organización social en la que los individuos no son votantes y comprar es meramente una mentira, no se producen.

 

 

Ludwig von Mises es reconocido como el líder de la Escuela Austriaca de pensamiento económico, prodigioso autor de teorías económicas y un escritor prolífico. Los escritos y lecciones de Mises abarcan teoría económica, historia, epistemología, gobierno y filosofía política. Sus contribuciones a la teoría económica incluyen importantes aclaraciones a la teoría cuantitativa del dinero, la teoría del ciclo económico, la integración de la teoría monetaria con la teoría económica general y la demostración de que el socialismo debe fracasar porque no puede resolver el problema del cálculo económico. Mises fue el primer estudioso en reconocer que la economía es parte de una ciencia superior sobre la acción humana, ciencia a la que llamó “praxeología”.

Este artículo está extraído del capítulo 20 de La acción humana.

Published Fri, May 28 2010 3:32 PM by euribe