Neutralidad en la red: intervención injustificada

Por Fernando Herrera-González. (Publicado el 25 de febrero de 2010)

Traducido del inglés. El artículo original se encuentra aquí: http://mises.org/daily/4120.

 

Con al reciente sentencia en el caso Comcast,[1] parece que el debate sobre la regulación de la neutralidad en la red se ha interrumpido.[2] Sintiendo que le han quitado la escalera, la Comisión Federal de Comunicaciones (FCC, por sus siglas en inglés) lucha por encontrar una nueva base legal para su intervención.

Entretanto, los participantes deberían reflexionar sobre las consecuencias que traería un cabildeo con éxito: la creación de regulaciones sobre la neutralidad de la red.

La posición de las operadoras de telecomunicaciones están bastante claras, ya que se han opuesto desde el principio a este ataque a sus activos y negocios.

¿Pero qué pasa con los muchos defensores de la neutralidad de la red, como Google, Twitter, Facebook, Amazon y muchos otros?[3] ¿Han pensado realmente en las consecuencias de una regulación de la neutralidad de la red, no sólo a corto plazo sino también a largo? ¿No son conscientes de que cualquier regulación tiene consecuencias no buscadas?

Es su nota de propuesta de regulación (NPRM, por sus siglas en inglés), “In the Matter of Preserving the Open Internet”, la FCC propone seis nuevas obligaciones para las operadoras de telecomunicaciones:

  • Acceso a contenido
  • Acceso a aplicaciones y servicios
  • Conexión de dispositivos
  • Acceso a opciones en competencia
  • No discriminación
  • Transparencia

Éstas son las obligaciones propuestas, pero el asunto real que las subyace es la gestión de la red. Las redes de telecomunicaciones son recursos escasos y, como tales, requieren una gestión. En un entorno de escasez, alguien tiene que decidir cómo asignar la limitada capacidad disponible.

Durante la mayoría de su historia, las técnicas de gestión requeridas para las redes de telecomunicaciones han sido sencillas. Pero esto está cambiando, con el crecimiento explosivo del tráfico de datos y, en concreto, los datos generados por los dispositivos celulares. De repente, la capacidad de la red se está haciendo más escasa que nunca y las operadoras de telecomunicaciones empiezan a analizar cómo gestionar la nueva situación con los recursos a su disposición.

En resumen, la cuestión de la neutralidad de la red no trata de la necesidad de gestionar la red: trata de quién decide cómo se gestiona la red. No ha posibilidad de tener “tuberías tontas”, como los defensores de la neutralidad de la red parecen demandar; lo que tendríamos es, o bien tuberías gestionadas tontamente o tuberías gestionadas inteligentemente.

Hay básicamente dos opciones para la gestión de la red: pueden diseñarse y llevarse a cabo por el propietario de la red o por “participantes”que no son propietarios (es decir, por medio de intervenciones y regulaciones públicas).

Y volvemos a la pregunta original. ¿Qué significaría una nueva regulación para Google y sus aliados respecto de la neutralidad de la red?

El propietario de la red está interesado en obtener tantos ingresos como le sean posibles. Sólo podría hacerlo si el servicio que ofrece es satisfactorio para sus clientes. De otra forma, se cambiarán a otra red o cancelarán el contrato. Por supuesto, esta amenaza tendrá importantes consecuencias en la forma en que el propietario gestiona la red. Éste intentará en cada momento usar el recurso escaso en la forma que satisfaga más perfectamente a la mayoría de sus clientes.

Esto parece en línea con los intereses de Google. Si Google está ofreciendo un buen servicio a sus clientes, los clientes de telecomunicaciones demandarán acceso a los servicios de Google, y el teleoperador no tendrá la opción de negar dicho acceso. Si lo hace, perderá clientes y, lo que es más importante, ingresos.

¿Qué pasa si la gestión la hace el gobierno? Entonces abandonamos el reino del servicio y entramos en el reino de la política. El interés del cliente deja paso al “interés público”. Y Google no será capaz de confiar más en la satisfacción de sus usuarios con el fin de garantizar la capacidad necesaria para llegar a ellos.

Google, Facebook, Amazon, eBay y el resto de las grandes empresas de Internet tendrían que confiar en el cabildeo en lugar de en sus méritos. La red, gestionada por el gobierno (por supuesto, no directamente, sino aumentando al regulación de los operadores de telecomunicaciones), se asignará de acuerdo con criterios políticos arbitrarios no necesariamente relacionados con las preferencias reales de la gente. Por ejemplo, podría darse prioridad a las películas españolas sobre Google debido a razones culturales (o a un mejor cabildeo por parte de estos participantes).

Si se priva a los propietarios de las redes de la capacidad de gestionar sus activos, dejarán de invertir en ellos. Después de todo, nadie gasta dinero en algo que no puede usar. La capacidad de la red no crecerá y no será capaz de transportar la enorme y creciente cantidad de datos requerida. De nuevo, esto no parece bueno para Google y sus aliados, cuyos negocios se basan n buena parte en el aumento del tráfico de datos.

En conclusión, la regulación de la neutralidad de la red no es buena, ni siquiera para sus más ardientes defensores. Google, eBay, Facebook, Amazon y otros defensores de la neutralidad de la red tienen un historial demostrado de éxito en servir a sus clientes. El porqué prefieren poner su futuro en manos de gobiernos en lugar de depender de sus probadas capacidades de servicio simplemente me supera.

 

 

Fernando Herrera-González escribe desde España, donde está preparando su doctorado en economía austriaca aplicada a la regulación de las telecomunicaciones por la Universidad Politécnica de Madrid.



[1] Tribunal de Apelaciones de Estados Unidos para el distrito de Columbia Circuit: Comcast v. Comisión Federal de Comunicaciones y Estados Unidos de América, sobre una petición de revisión de una Orden de la  Comisión Federal de Comunicaciones. Caso Nº 08-1291; 6 de abril de 2010. Ver aquí un ejemplo.

[2] Los defensores de la neutralidad de la red afirman que Internet debe ser neutral en relación con los contenidos y servicios demandados por sus usuarios. En otras palabras, debería prohibirse que los operadores de telecomunicaciones (los propietarios de la red) actúen en el tráfico, por ejemplo, para bloquearlo, gestionarlo o priorizarlo.

[3] Por ejemplo, la Open Internet Coalition.

Published Mon, May 31 2010 12:57 AM by euribe