La huelga fiscal de Chicago de 1977

Por Murray N. Rothbard. (Publicado el 8 de junio de 2010)

Traducido del inglés. El artículo original se encuentra aquí: http://mises.org/daily/4444.

[Libertarian Review, 1977]

                                 

En meses recientes, se ha estado produciendo una poderosa huelga sobre los impuestos a la propiedad en los suburbios del norte de Chicago y, por una vez, el liderazgo ideológico y organizativo de la rebelión lo han ofrecido los libertarios.

Todo empezó con una revaluación masiva de propiedades en el cuadrante norte del Condado de Cook, Illinois. Las revaluaciones aumentaron repentinamente los impuestos a la propiedad en cantidades muy grandes: la mayoría de los aumentos fueron del orden del 50-65%; otros impuestos aumentaron hasta un 300%. Cuando se enviaron los recibos, los ciudadanos de la Orilla Norte reaccionaron con sorpresa y enfado. Al principio la reacción fue colérica, pero rudimentaria: las llamadas telefónicas bombardearon la Oficina de Tasadores del Condado de Cook. También hubo una avalancha de quejas en el Chicago Tribune, que empezó el conocimiento público de la tormenta de quejas imprimiendo algunas de ellas en un artículo en primera página. Muchas de las cartas eran quejas cordiales, preguntando dónde estaba el liderazgo, dónde la organización que pueda organizar y dirigir sus quejas. Así, un irritado contribuyente escribía: “Me molesta amargamente que el gobierno trate de robarme la casa, que es lo que va a hacer”. Otro expresaba su frustración en el artículo del Chicago Tribune: “Simplemente no sé qué es esto. Estoy completamente frustrado. Oigo a gente hablar acerca de una revolución, pero no sé cómo hacerla”.

Tan pronto como se publicó el artículo, los activistas libertarios del Partido Libertario de Illinois (LPI, por sus siglas en inglés) y los Contribuyentes Nacionales Unidos (la sección de Illinois de la Unión Nacional de Contribuyentes, NTU por sus siglas en ingles) vieron su oportunidad y la aprovecharon. Se acordó una reunión en Evanston entre representantes del LPI y la NTU y un residente de Evanston citado en el artículo del Tribune. La reunión creó un Comité de Protesta del Contribuyente, con Leonard Hartman, el citado residente de Evanston, a su cabeza. James Tobin, un economista y auditor bancario de 31 años y cabeza de la NTU en Illinois, que iba a ser el líder principal de la rebelión fiscal, reclamó una huelga fiscal abierta; fue hábilmente secundado por Milton Mueller, presidente del Partido Libertario de Illinois.

El comité decidió convocar un reunión de tipo “concejo abierto” en Evanston para ver si los contribuyentes quería continuar con una huelga fiscal abierta, un rechazo a pagar los impuestos evaluados. El aviso de la reunión sólo apareció en las primeras ediciones del Chicago Tribune; en buena medida, los organizadores confiaron simplemente en el boca a boca.

El comité esperaba que aparecieran unas 50 personas en la reunión, que se realizó la noche del 3 de agosto en la Biblioteca Pública de Evanston. Por el contrario, aparecieron 200 ciudadanos. Hartman, sin perfil libertario, defendió una protesta legal: pagar los impuestos al tiempo que se protestaba y se impugnaban las revaluaciones. Pero James Tobin expresó mucho mejor el espíritu radical de la reunión llamando a una huelga fiscal abierta. “Todos sabemos que tenemos grandes impuestos a nuestras espaldas”, atacó Tobin. “Y ahora hay que decidir qué vamos a hacer. ¿Vamos a dejar que el ayuntamiento controle nuestras vidas o vamos a hacer suficiente ruido como para que nos escuchen?” Es para mí especialmente gratificante que Tobin blandiera al aire mi Conceived in Liberty, al tiempo que explicaba que no era “antipatriota” rechazar pagar impuestos dando ejemplos del libro de revueltas fiscales estadounidenses tempranas. Tobin afirmó que “Hemos llegado al punto en que tememos a nuestro gobierno, tememos lo que pueden hacernos. ¡Es el momento de que alguien se levante y les apunte con el dedo!”

Tobin también presentó una bien pensada serie de demandas para la huelga fiscal. Las demandas incluían

  1. aumentar en tres meses el plazo de pago del impuesto de la propiedad del 15 de agosto;
  2. congelar las evaluaciones al tipo antiguo, de forma que los impuestos no suban con la inflación creada por el gobierno;
  3. no a un aumento de impuestos sin un referéndum públicamente anunciado;
  4. permitir a los grupos pequeños de contribuyentes pedir referéndums para reducir tipos fiscales y
  5. amnistía total para los huelguistas fiscales.

La opinión de la muchedumbre estuvo abrumadoramente a favor de la huelga fiscal, a la que sólo se opusieron dos personas. Un ejemplo de esta opinión fue el testimonio de un inmigrante alemán de Evanston que cuando intentó reclamar el aumento de la tasación, los tasadores le dijeron que tenía que esperar a recibir el recibo; pero después de recibirlo, el funcionario le dijo que tendría que haber reclamado la tasación antes de que se enviara el recibo. “¡Son tácticas nazis!” dijo este hombre.

Los organizadores pasaron el sombrero en la reunión y recogieron más de 400$ para impresiones y un anuncio en un periódico local. Más importante fue la excelente publicidad generada por la reunión: un artículo en el Tribune, un artículo de tres páginas en el Chicago Daily News lleno de imágenes y cobertura de dos emisoras de TV y varias radios.

A medida que se distribuían panfletos por el resto de la Orilla Norte, florecían las reuniones en otros municipios, como Glenview, Palatine y Wilmette. El New York Times dio cumplida cobertura, con fotografías, a una reunión posterior en Evanston, realizado en 18 de agosto en la Primera Iglesia Metodista Unida. La reunión de 350 propietarios “gritó su aprobación” cuando Jim Tobin dijo que “Los impuestos son inmorales” y la cobertura televisiva nacional mostró pancartas de “Los impuestos son un robo” blandidos en estas reuniones de protesta fiscal. Tobin dijo al gentío entregado que “jamás podemos calificar un impuesto como justo cuando se nos fuerza a pagar contra nuestra voluntad. Es inmoral que tenga que me obliguen a pagar instalaciones educativas cuando no tengo hijos a enviar a la escuela. Es inmoral forzar a los ancianos y jubilados pagar por escuelas que no les valen de nada”. De esta forma, Tobin intensificaba el análisis y aumentaba la conciencia libertaria de sus oyentes ampliando el ataque al mismo sistema de educación pública, el “consumidor” de la mayoría de todos los impuestos a la propiedad en todo el país.

En su número de agosto anunciando la huelga, la Illinois Libertarian, la revista del Partido Libertario de Illinois concluía su información diciendo que

La efectividad de la huelga depende de muchas cosas impredecibles. Pero en cualquier caso, nuestro trabajo hasta ahora se ha visto bien recompensado, y si los políticos no prestan atención lo lamentarán. Puede que la huelga no afecte al gobierno del condado, ni quede cerca de hacerlo, pero aún así, miles de personas han realizado acciones o han recibido ideas que cuestionan la misma legitimidad del gobierno.

En cierto sentido, esta meditada conclusión infravalora el impacto de la huelga fiscal de Illinois. Pues el siguiente artículo del New York Times indica claramente que los políticos han estado realmente prestando atención y están atemorizados. El modelo del movimiento de protesta por el impuesto de la renta de Nueva Jersey del año pasado se está repitiendo, con los políticos tratando de cubrirse los flancos.

Así, cuando Tobin y un grupo de manifestantes se presentó en la oficina del gobernador en Chicago para reclamar una sesión especial del parlamento para arreglar las quejas, el “incomodado” Gobernador James Thompson prometió considerar la solicitud y “expresó su simpatía por los objetivos del grupo”. En la reunión de Evanston del 18 de agosto, se presentaron varios funcionarios del gobierno para tratar de explicar el aumento del impuesto. Fueron recibidos con “abucheos”, pero a pesar de todo, “los funcionarios dieron respuestas favorables y algunas concesiones a las demandas de los contribuyentes”.

Así, George Dunne, presidente del Condado de Cook, prometió en la reunión apoyar una propuesta en el parlamento de volver atrás los impuestos a la propiedad. La misma promesa hizo el representante de Thomas M. Tully, tasador del Condado de Cook. El representante, Dan Pierce, estuvo de acuerdo con los manifestantes en que no entendía por qué el presupuesto del condado es tan alto. “No cabe duda de que los impuestos son demasiado altos”, concedió Pierce; en concreto no entendía por qué los presupuestos de las escuelas del distrito se habían doblado en el condado en los últimos siete años, en un momento en que disminuían las matrículas escolares.

Así, los libertarios han pasado a descubrir y dar voz a las quejas antigobierno y antiimpuestos de sus conciudadanos. No sólo se han movilizado para una acción libertaria y han educado en ideas libertarias, incluida la oposición a las escuelas públicas y la idea de que los impuestos son un robo, sino que los políticos han empezado a ceder bajo sus ruidosas demandas y acciones. Los políticos, temiendo por sus empleos y temiendo a los votantes, se doblegarán a la presión. Ya se ha demostrado en Illinois.

Finalmente, la rebelión fiscal muestra la gran importancia de los activistas y las organizaciones libertarias, como el LPI y la NTU, estando en el lugar preciso para aprovechar y liderar las protestas y movimientos de masas.

 

 

Murray N. Rothbard (1926-1995) fue decano de la Escuela Austriaca. Fue economista, historiador de la economía y filósofo político libertario.

Este ensayo se publicó originalmente como "”Are We Going to Let City Hall Ruin Our Lives?' Illinois Tax Payers Get Militant” ein Libertarian Review, Noviembre de 1977, pp. 26–27.

Published Wed, Jun 9 2010 6:40 PM by euribe