El agua es oro

Por Doug French. (Publicado el 8 de noviembre de 2007)

Traducido del inglés. El artículo original se encuentra aquí: http://mises.org/daily/4370.

[Este artículo apareció originalmente en la revista Liberty Watch]

 

No mucha gente parece saber algo acerca de Boswell Land and Farming. A la familia Boswell le gusta que sea así. La solitaria familia es la primera cultivadora de algodón y tomate del mundo, de acuerdo con Yahoo! Finance, cultivando y procesando algodón en 150.000 acres en California y 50.000 acres en Nueva Gales del Sur, Australia.

Este articulista tiene unas pocas participaciones en la compañía, junto con otros 500 inversores, según se informa. Pero eso no significa que tengamos alguna información. Las acciones de la compañía se intercambian infrecuentemente en el tablón de anuncios del mercado informal bajo el símbolo BWEL. Pero no se obliga a la empresa de proporcionar datos financieros y a ésta no le interesa ofrecer ninguno.

Para aprender acerca del imperio agrícola Boswell hay que leer la exclusiva de los premiados Mark Arax y Rick Wartzman The King of California: J.G. Boswell and the Making of a Secret American Empire.

Un libro acerca de una gran empresa agrícola probablemente no haga al lector medio suspirar por un día lluvioso para sumergirse en un tomo así. Pero es una historia que va más allá del algodón y la tierra. Al construir un imperio, los Boswell construyeron un pueblo de la compañía, afectaron las vidas de miles de trabajadores del campo, cambiaron la ecología de un área enorme en el centro de California, recibieron millones en subvenciones agrarias de contribuyentes mientras se oponían públicamente a esas subvenciones y, por revelar la clave de la historia, amasaron millones de dólares en derechos sobre el agua. Como hubiera dicho J.W. Boswell, “La tierra es sólo polvo, pero el agua es oro”.

Así que mientras Nevada y otros estados del oeste se preocupaban por proveer agua para su futuro crecimiento, Boswell pudo como mínimo suministrarla a una ciudad de 800.000 familias cada año. De acuerdo con Money Week, la compañía posee de 400.000 a 2 millones de acre-pies de agua “que pueden obtenerse sin dañar el entorno”. Los derechos valen 10.000$ por acre-pie, lo que significa que el agua de Boswell vale al menos 4.000 millones de dólares. La capitalización de mercado de la compañía es de sólo 750 millones. No sorprende que el broker de recursos naturales Rick Rule considere que Boswell es unos de los valores más infravalorados de Estados unidos, aunque las acciones cotizan por encima de los 1.000$ cada una. En un seminario sobre inversión en Las Vegas hace unos años, Rule dijo a la gente que creía que la acciones valdrían 3.500$ cada una si la compañía abandonara la agricultura y sólo vendiera agua.

J.G. “Coronel” Boswell empezó todo esto desde un ómnibus en 1921, con la pequeña ayuda del dinero de su primera esposa Alaine. El Coronel acababa de abandonar el ejército después de 17 años y sólo sabía de una cosa más: de algodón. Pero el gorgojo del algodón le hizo imposible volver a su Georgia natal a empezar su negocio. Por el contrario, su fortuna se haría en un lugar llamado el lago Tulare.

A medida que creaba su imperio algodonero en las décadas de 1920 y 1930, los empleados necesarios venían de lugares como Oklahoma que habían sido devastados por las cuencas de polvo y la depresión. El pueblo de Corcoran se convirtió en un próspero pueblo de la empresa y la American Federation of Labor intentó organizar a los trabajadores de Boswell. Pos si fuera poco una demanda del Consejo Nacional de relaciones Laborales, se publicó Las uvas de la ira, de Steinbeck, que retrataba a los grandes granjeros del centro de California como desalmados especuladores.

Pero el Coronel resistió y continuó ampliando su imperio. Habría constantes desafíos legales y, por supuesto, el mayor desafió de toda la agricultura: el tiempo. Como un reloj, los grandes deshielos de la primavera en la cordillera de Sierra nevada causaron inundaciones en la cuenca del lago Tulare cada 15 años: 1938, 1952, 1969, 1983 y 1998.

Apareció el gobierno federal con millones para presas de control de inundaciones. Y la generosidad del gobierno no acabaría aquí. El sobrino del Coronal, Jim Boswell, dijo a los autores del libro que la empresa nunca aceptaría dinero público y de hecho devolvió el dinero al gobierno, pero, de acuerdo con CNN Money, “los datos federales recogidos por el Environmental Working Group, un grupo de presión de Washington, demuestra que entre 2000 y 2003, J.G. Boswell Co. obtuvo 16,8 millones de dólares por el algodón”.

Ahora las granjas Boswell pueden cuidarse con sólo 300 empleados. Hace mucho que los recogedores de algodón que abandonaron Oklahoma fueron reemplazados por máquinas cosechadoras de algodón grandes como casas.

Jim Boswell, con casi 80 años, comentaba con Arax y Wartzman que es probable que “no se cultive algodón en california dentro de 10 años”, dejando paso para que la siguiente generación de Boswells deje los campos en barbecho y venda agua a Los Angeles.

 

 

Douglas French es presidente del Mises Institute y autor de Early Speculative Bubbles & Increases in the Money Supply. Es doctor en economía de la Universidad de Nevada- Las Vegas, dirigido por Murray Rothbard, con el Profesor Hans-Hermann Hoppe en su tribunal de tesis. French enseña en la Mises Academy y ofrece un curso para el verano de 2010.

Este artículo apareció originalmente en la revista Liberty Watch.

Published Tue, Jul 6 2010 7:37 PM by euribe