Los salarios como afectados por las vicisitudes del mercado

Por Ludwig von Mises (Publicado el 13 de agosto de 2010)

Traducido del inglés. El artículo original se encuentra aquí: http://mises.org/daily/4617.

[Este artículo está extraído del capítulo 21 de La acción humana]

El trabajo es un factor de producción. El precio que el vendedor de trabajo puede obtener en el mercado depende de los datos del mercado.

La cantidad y calidad de trabajo que una persona puede producir vienen determinadas por sus características innatas y adquiridas. Las capacidades innatas no pueden alterarse mediante ninguna conducta determinada. Son la herencia individual con la que sus antecesores le han dotado en el día de su nacimiento. Puede cuidar estos dones y cultivar sus talentos, puede evitar que se desvanezcan prematuramente, pero nunca puede superar los límites que la naturaleza ha marcado en sus fuerzas y habilidades. Puede mostrar más o menos habilidad en sus esfuerzos por vender su capacidad de trabajo al mayor precio que pueda obtenerse en el mercado bajo las condiciones existentes, pero no cambiar su naturaleza con el fin de ajustarlos mejor al estado de los datos del mercado. Es para él una suerte si las condiciones del mercado son tales que un tipo de trabajo que es capaz de realizar está espléndidamente remunerado: es suerte, no mérito personal, si sus talentos innatos son altamente apreciados por sus conciudadanos.

Greta Garbo, si hubiera vivido cien años antes, probablemente habría ganado mucho menos de lo que obtuvo en su época del cine. Respecto de sus talentos innatos, estaba en una situación similar a de un granjero cuya granja podía venderse a un alto precio porque la expansión de una ciudad cercana la ha convertido en terreno urbano.

Dentro de los rígidos límites que marcan sus capacidades innatas, la capacidad de trabajo de un hombre puede perfeccionarse mediante formación para cumplir con tareas concretas. La persona (o sus padres) incluye en gastos de formación, cuyo fruto es la adquisición de habilidades para realizar ciertos tipos de trabajos. Esa escolarización y formación intensifica uno de los aspectos de un hombre: le hace un especialista.

Cada formación especial mejora el carácter especial de la capacidad de un hombre para trabajar. El trabajo y los problemas, la desutilidad de los esfuerzos a los que debe someterse un individuo con el fin de adquirir esas habilidades especiales, la pérdida de ganancias potenciales durante el periodo de formación y el gasto monetario necesario se llevan a cabo con la expectativa de que un posterior aumento en las ganancias los compensen. Estos gastos son una inversión y como tales son especulativos. Depende del futuro estado del mercado si rendirán o no. Al formarse, el trabajador se convierte en especulador y empresario. El estado futuro del mercado determinará si habrá beneficios o pérdidas por esta inversión.

Así que el asalariado tiene intereses creados en dos sentidos: como hombre con cualidades innatas definidas y como hombre que ha adquirido unas habilidades especiales definidas.

El asalariado vende su trabajo en el mercado al precio que permite éste es ese momento. En la construcción imaginaria de una economía en rotación constante, la suma de los precios que debe gastar el empresario por todos los factores complementarios de producción juntos debe ser igual (debido a la consideración en que se tiene a la preferencia temporal) al precio del producto. En la economía cambiante, los cambios en la estructura del mercado pueden generar diferencias entre estas dos magnitudes. Las consiguientes pérdidas y ganancias no afectan al asalariado. Su incidencia sólo recae sobre el empresario. La incertidumbre del futuro afecta al empleado sólo en lo que respecta a los siguientes asuntos:

  1. Los gastos en que se ha incurrido en el tiempo, la desutilidad y el dinero en formación.
  2. Los gastos en que se ha incurrido al trasladarse a un lugar concreto de trabajo.
  3. En caso de un contrato laboral estipulado para un periodo concreto de tiempo, los cambios en el precio del tipo concreto de labor ocurridos entretanto y los cambios en la solvencia del empresario.

 

 

 

Ludwig von Mises es reconocido como el líder de la Escuela Austriaca de pensamiento económico, prodigioso autor de teorías económicas y un escritor prolífico. Los escritos y lecciones de Mises abarcan teoría económica, historia, epistemología, gobierno y filosofía política. Sus contribuciones a la teoría económica incluyen importantes aclaraciones a la teoría cuantitativa del dinero, la teoría del ciclo económico, la integración de la teoría monetaria con la teoría económica general y la demostración de que el socialismo debe fracasar porque no puede resolver el problema del cálculo económico. Mises fue el primer estudioso en reconocer que la economía es parte de una ciencia superior sobre la acción humana, ciencia a la que llamó “praxeología”.

Este artículo está extraído del capítulo 21 de La acción humana.

Published Sun, Aug 15 2010 8:10 PM by euribe