¿Qué supone el dinero basado en deuda para los pagos de intereses?

Por Robert P. Murphy. (Publicado el 23 de agosto de 2010)

Traducido del inglés. El artículo original se encuentra aquí: http://mises.org/daily/4569.

    

En un artículo anterior, yo explicaba el sentido en que se construye nuestro sistema financiero fiduciario de reserva fraccionaria sobre dinero basado en deuda. En esta disposición perversa, los nuevos dólares se recan mediante la creación de deuda pública y privada. En sentido contrario, si el sector privado y el gobierno federal empezaran a liquidar seriamente sus deudas, la oferta de dólares de EEUU encogería.

Estas observaciones no están generalizadas en la economía austriaca, sino que se discuten frecuentemente en críticas radicales a la banca y al “cambio de moneda” por sí mismo. (Para una magnífica explicación, ver este vídeo del minuto 3 al 18). Esos críticos afirman que el mismo cobro de intereses es antinatural. En el contexto del sistema actual, que debemos reconocer como perverso, estos reformistas argumentan que la gente tiene que asumir más deuda, porque “no hay suficiente dinero en la economía” para liquidar el principal y los intereses de los préstamos previos.

Aunque hay una brizna de verdad en esta afirmación, en su forma más cruda confunde existencias con flujos. Aunque los críticos tienen razón en fustigar nuestro sistema actual, se equivocan cuando dicen que los pagos de intereses requieren un constante crecimiento de la oferta de dinero.

El problema aparente

En nuestro sistema de reserva fraccionaria, los bancos comerciales crean literalmente nuevo dinero cuando entregan nuevos préstamos a los prestatarios. En un artículo anterior, seguía un ejemplo en el que un banco recibía en primer lugar 1.000$ en moneda como depósito de un joven llamado Billy. Luego el banco daba a Sally un préstamo por 900$. Al hacer esto, el banco crea 900$ más en la economía: Billy sigue teniendo sus 1.000$ en cuenta corriente, pero ahora Sally puede ir a Home Depot y gastarse 900$ en bienes, subiendo los precios.

Cuando Sally devuelve su préstamo, se extinguen esos 900$: la oferta monetaria de la comunidad (medida en agregados como M1 y M2) disminuirá en 900$. Pero además de la devolución del principal, Sally también debe al banco 45$ en intereses. Cuando se disipa el humo (suponiendo que Sally pague el crédito) los accionistas del banco acabarán con 45$ extra de patrimonio neto, mientras que la oferta monetaria de la comunidad vuelve a su nivel original.

Ahora podemos ver el problema aparente: el banco comercial creó realmente 900$ “de la nada” cuando dio un nuevo préstamo a Sally. Después de comprar materiales, tal vez contratar empleados, etc., Sally fue capaz de crear bienes que vendió a sus clientes por cierta cantidad de dinero. Cuando venció el préstamo, Sally pagó al banco. Su pago del principal está claro, estaba sencillamente devolviendo los 900$ que el banco le dio originalmente.

Sin embargo, tenemos que preguntarnos de dónde vienen los 45$ en intereses. Para que Sally pueda devolver un total de 945$, no sólo tiene que recuperar los 900$ de sus clientes que antes “había gastado en la economía”, sino que tenía que obtener 45$ adicionales que no provinieran del banco.

En cierto sentido, toda la operación del banco creando dinero, prestándoselo a Sally y luego recibiendo el pago con intereses, lleva al resultado de que los accionistas del banco han obtenido de alguna forma 45$ en dinero que originalmente poseía el resto de la comunidad.

Cuando alguna gente se da cuenta de cómo funciona esto, concluye que se genera más deuda en el sistema: Después de todo, ¿qué pasaría si todos en la comunidad intentaran liquidar sus préstamos bancarios? No sólo encogería constantemente la existencia general de dinero, sino que la necesidad de pagar interés sobre el principal transferiría cada vez más dinero de la comunidad a las arcas de los bancos. Parece que la gente sería físicamente incapaz de liquidar colectivamente sus deudas con intereses, porque estaría abriéndose paso en una montaña de dólares que se encoge.

Podemos pensar en ello de esta forma: Si cada dólar existente ahora corresponde al principal del préstamo bancario de alguien (o de un préstamo de la Reserva Federal al Tesoro), parece matemáticamente imposible que todos (incluyendo al gobierno federal) puedan librarse de las deudas. En principio, todos (incluyendo al Tío Sam) podrían devolver el principal que se pidió prestado originalmente, pero en ese momento no quedaría ningún dólar en existencia. ¿Cómo podría pagarse el interés que se sigue debiendo?

Flujos de interés y existencias de dinero

Aunque es verdad que si todos trataran de liquidar sus deudas al mismo tiempo, el mundo “se quedaría sin dólares”, en general creo que esta crítica olvida una distinción importante. Cuando la gente debe intereses, es un concepto de flujo que se acumula durante un tiempo. Por el contrario, la “oferta monetaria” total es un concepto de existencias que corresponde a un momento concreto.

Para ver cómo afecta esto a nuestra explicación actual, consideremos un ejemplo mucho más simple. Supongamos que hay dos vecinos que viven en una comunidad que utiliza monedas de oro real como dinero. El Sr. Smith empieza con 1.000 monedas de oro, mientras que su vecino, el Sr. Brown no tiene ninguna.

Brown pide a Smith que le preste 100 monedas de oro durante un mes. Smith está de acuerdo, pero pide un 12,7% TAE, que equivale a un interés del 1% a pagar cada mes. Así que en el primer día de este acuerdo, Smith tiene 900 monedas de oro mientras Brown tiene 100.

Al final del mes, después de realizar compras y ventas con el resto de la comunidad, Brown ha acumulado 100 monedas de oro en su posesión. Las devuelve a Smith. ¡Ah!, pero a Brown le sigue faltando una moneda, así que se ofrece a segar el césped de Smith y pintar su valla (con materiales que proporciona Smith). A cambio de su trabajo, Smith paga a Brown 1 moneda de oro, que Brown usa luego para liquidar los intereses.

Al mes siguiente, Brown repite el proceso: Obtiene 100 monedas, las paga al final del mes y realiza el equivalente a 1 moneda de oro de trabajo para ganar el dinero para pagar el interés. Brown y Smith acaban simplificando las cosas. Constantemente refinancian las 100 monedas del principal y Brown realiza para Smith el equivalente a un día de rutina una vez al mes como “cargas de pago” sobre el préstamo.

Como ilustra este sencillo ejemplo, una existencia fija de dinero puede “dar vueltas” varias veces en un periodo concreto y así ofrecer los medios con los que liquidar un volumen más alto de préstamos. Incluso en una comunidad con una existencia fija de dinero (imaginen a gente usando oro donde no haya nuevas minas de oro) los capitalistas pueden cobrar tipos de interés positivos, sin obligar necesariamente a nadie al impago.

Conclusión

No hace falta decir que no estoy apoyando las maquinaciones de nuestro sistema financiero actual, ni defendiendo la legitimidad ética del interés obtenido por los actuales banqueros de reserva fraccionada. Mi modesta intención en este artículo era corregir el extendido error de que en un sistema de “dinero basado en deuda”, son matemáticamente necesarias nuevas rondas inflacionistas para evitar el impago de las deudas previas. En general, esto simplemente no es cierto, porque los banqueros pueden gastar sus pagos de intereses en bienes y servicios reales, devolviendo así ese dinero al público, que puede usarlo de nuevo para posteriores pagos de deudas.

 

 

Robert Murphy es investigador adjunto del Instituto Mises, donde enseñará “Principios de economía” en la Mises Academy este otoño. Gestiona el blog Free Advice y es autor de The Politically Incorrect Guide to Capitalism, Study Guide to Man, Economy, and State with Power and Market, Human Action Study Guide y The Politically Incorrect Guide to the Great Depression and the New Deal.

 

Published Tue, Aug 24 2010 4:09 PM by euribe