Eufemismos fiscales

Por Robert P. Murphy. (Publicado el 13 de septiembre de 2010)

Traducido del inglés. El artículo original se encuentra aquí: http://mises.org/daily/4647.

                         

Una de las formas con las que los políticos se escapan con sus robos sistemáticos es creando eufemismos para describir sus actividades. Murray Rothbard apuntó algunos de los trucos típicos. Más recientemente, incluso economistas supuestamente “de centro derecha” como Greg Mankiw y Martin Feldstein pusieron de su parte para enturbiar las aguas terminológicas, haciendo más difícil a la opinión pública entender cuánto se les está robando.

La crítica de Rothbard a los eufemismos fiscales

En su espléndida colección Making Economic Sense, Rothbard tiene un ensayo sobre “Semántica económica creativa”. Escribe:

Si los economistas del gobierno no han sido buenos para nada en años recientes, han hecho avances significativos en lo que podría calificarse de “semántica económica creativa”. Primero redefinieron el aparentemente sencillo término “recorte presupuestario”. En otros tiempos, un “recorte presupuestario” era una reducción del presupuesto del año que viene por debajo del de este año. En ese sentido pasado de moda, en los dos primeros años en el cargo  Dwight Eisenhower recortó realmente el presupuesto de forma significativa (…) por debajo del año anterior. Ahora tenemos “recortes presupuestarios” que no son recortes, sino más bien aumentos sustanciales respecto de los gastos del año anterior.

“Recorte” se convierte sutil pero esencialmente en reducir alguna otra cosa. Lo que pueda significar esa otra cosa no parece importar, siempre que el foco se aleje de los gastos dinerarios reales. A veces es un recorte “en el porcentaje de incremento”, otras veces es un recorte en el gasto “real” y otras es una porcentaje del PIB y aún en otras es un recorte en el sentido de estar por debajo de las proyecciones pasadas para ese año.

El resultado de una serie de dichos “recortes” ha sido aumentar abrupta y enormemente el gasto no sólo en términos antiguos, sino incluso en todas las demás categorías. El gasto público ha aumentado considerablemente lo mires como lo mires. En consecuencia, incluso la idea de recorte presupuestario creativamente semántico no ha llegado al nivel del níquel y la Constitución de Estados Unidos.

Rothbard continúa diciendo que la “semántica creativa” se aplicaba no sólo al gasto público, sino asimismo a los impuestos:

Por supuestos, los economistas del gobierno han estado haciendo su trabajo para tratar de dorar la píldora de los aumentos de impuestos. Nunca se refieren a estos cambios como “aumentos”. No ha habido aumentos en absoluto, hubo “mejora en la recaudación” y “cierre de lagunas jurídicas”. El mejor comentario sobre el concepto de “lagunas jurídicas” fue el de Ludwig von Mises. Mises señalaba que el mismo concepto de “lagunas jurídicas” implicaba que el gobierno era realmente propietario de todo el dinero que ganes y que esto hace necesario corregir el desliz de los gobiernos de no haber puesto sus manos en ese dinero desde hace  mucho.

Mankiw y Feldstein mantienen viva la tradición

El economista de Harvard Greg Mankiw tiene reputación como conservador republicano, en parte porque fue presidente del Consejo de Asesores Económicos con George W. Bush. Martin Feldstein, otro economista de Harvard y presidente del Consejo de Asesores Económicos con Ronald Reagan es frecuente autor de editoriales de opinión para publicaciones como el Wall Street Journal y se califica a sí mismo como un “economista conservador”. En el estrecho margen del debate político “respetable”, Mankiw y Feldstein están considerados como de derechas. No están “ahí fuera” como Arthur Laffer, pero incluso así se supone que representan la defensa del mercado, en oposición a economistas intervencionistas como Paul Krugman y Brad DeLong.

A pesar de esta clasificación popular, un rothbardiano sospecharía. ¿Dos economistas que han trabajado como asesores de presidentes y ahora enseñan en Harvard? ¿Cuál es la posibilidad de que estos tipos sean realmente defensores del mercado libre?

Esta sospecha estarái justificada. En un post reciente titulado: “Government Spending by Another Name”, Mankiw escribe: “Palabras sabias de Marty Feldstein” y luego enlaza a una opinión editorial del Wall Street Journal en la que Feldstein argumenta:

En lo que se refiere a los recortes del gasto, el Congreso mira a un lugar equivocado. La mayoría del gasto federal no en defensa, salvo la Seguridad Social y el Medicare, se hace a través de reglas fiscales especiales en lugar de en desembolsos directos de efectivo. Se utilizan las reglas para subvencionar un amplio rango de gastos, incluyendo educación, guardería, seguro sanitario y un montón de cosas favoritas del Congreso.

Estas normas fiscales (al generar una pérdida de ingresos que de otra forma habría recaudado el gobierno) equivalen a gastos públicos directos. Los expertos fiscales y presupuestarios se refieren a ellos como “desgravaciones fiscales”. Este año, las desgravaciones fiscales aumentarán el déficit federal en aproximadamente 1 billón de dólares, de acuerdo con las estimaciones del comité conjunto del Congreso sobre impuestos. Si el Congreso es serio en el recorte del gasto público, tiene que ocuparse de muchas de ellos.

Había pensado originalmente poner en negrita las partes más chocantes de la cita de Feldstein, pero me di cuenta de que todo es chocante. (Si usted no piensa así, le animo a detenerse y leer de nuevo la cita entera).

Feldstein está afirmando que en las categorías de cómo gasta el dinero el gobierno federal, las grandes son las militares, Seguridad Social y Medicare. Pero después de estas enormidades, la mayoría del “gasto público” (de acuerdo con Feldstein y apoyado por Mankiw) hay cosas como deducciones fiscales en intereses hipotecarios o desgravaciones basadas en cuántos hijos tiene una persona.

En otras palabras, Feldstein está borrando completamente la distinción entre (a) el gobierno entregando a Paul 1.000$ que ha tomado previamente de Peter y (b) el gobierno evitando llevarse 1.000$ de Paul que ha ganado éste. En ambos casos, desde el punto de vista de Feldstein, eso es un gasto público.

Por supuesto, ambos procesos son “equivalentes” (en palabras de Feldstein) si pensamos que los derechos de propiedad son irrelevantes en lo que se refiere a la distribución del ingreso. Si asumimos por defecto que el gobierno posee todos los ingresos en toda la economía, entonces, si extiende un cheque a alguien o simplemente le permite retener sus ingresos del mercado, todo resulta ser un regalo del gobierno a la persona en cuestión.

Por otro lado, si pensamos que la gente tiene realmente derecho al ingreso que gana en el mercado, hay una enorme diferencia entre que el gobierno redistribuya algo de ello y que el gobierno desde el principio no se lo apropie. Es la diferencia entre el robo y el no robo.

No me interpreten mal, entiendo el sentido en el que va el análisis de Feldstein. Si te centras exclusivamente en equilibrar el presupuesto federal, entonces “cerrar una laguna fiscal” y absorber 10.000 millones de dólares en ingresos extra es igual de fructífero que recortar 10.000 millones en desembolsos directos.

Pero hay dos problemas con esto. Primero, está el simple hecho de que las palabras se supone que significan algo. Es un abuso del lenguaje decir que una subida de impuestos es “equivalente” a un recorte del gasto. Con la misma justificación, Timothy Geithner podría defender el odioso rescate bancario del TARP como un “recorte fiscal” de 800.000 millones de dólares. O los defensores de las guerras en Afganistán e Iraq podrían considerarlas como recortes fiscales de billones de dólares. Después de todo, Goldman Sachs, Halliburton y otras grandes empresas acabaron con más dinero del que habrían tenido en otro caso, así que estos programas fueron básicamente recortes de gastos ¿verdad?

Más allá de la absoluta tontería de todo esto, está el simple hecho de que las “desgravaciones fiscales” no son equivalentes a los gastos, ni siquiera para el exclusivo fin de reducir el déficit. Feldstein cita la estimación del comité conjunto sobre impuestos de que este año el déficit será 1 billón más alto a causa de estas desgravaciones.

Éste parece que decir que con que el gobierno se librara de las deducciones, créditos y otras lagunas, el déficit sería mucho menor. Pero esto no tiene sentido. La gente no actuaría igual si se alterara de forma significativa el código fiscal. A base fiscal sobre la que se funda este billón imaginario en ingresos fiscales disminuiría considerablemente una vez eliminadas las lagunas.

Aumente los impuestos ahora, para no aumentar los impuestos en el futuro

La parte más divertida de todo el episodio de la lúgubre advertencia de Feldstein sobre los que pasaría si el Congreso no elimina esas molestas desgravaciones fiscales:

Si no se recortan las desgravaciones , los impuestos a familias y negocios tendrán que aumentar para evitar una explosión de la deuda nacional, que ahora se prevé que aumente al 90% del PIB en 2020 a partir del 63% actual. Si se dejan aparte los beneficios de la Seguridad Social y el Medicare, el resto del desembolso del presupuesto es muy pequeño (un 7,5% del PIB) como para ofrecer mucho ámbito para reducir el presupuesto anual, que ahora mismo se prevé que sea de media el 5% del PIB durante el resto de la década. Por el contrario, el total de las desgravaciones fiscales es ahora del 6,4% del PIB.

A primera vista, este es el tipo de análisis que esperamos de un “derechista”: truncar el gasto público con el fin de tener la deuda bajo control y proteger familias y negocios ante subidas fiscales. ¡Amén, hermano Martin!

Pero una vez que pasamos la prosa de Feldstein por el traductor orwelliano, nos damos cuenta de lo que dice realmente: El gobierno tienen que aumentar los impuestos a familias y empresas ahora mismo, para evitar tener que hacerlo más tarde.

Conclusión

Los economistas del gobierno utilizan los mismos trucos retóricos que expuso Murray Rothabrd hace mucho. Hace falta un montón de doctores para convencer a la opinión pública de que su saqueo sistemático a manos de los políticos es realmente por su propio bien.

 

Robert Murphy es investigador adjunto del Instituto Mises, donde enseñará “Principios de economía” en la Mises Academy este otoño. Gestiona el blog Free Advice y es autor de The Politically Incorrect Guide to Capitalism, Study Guide to Man, Economy, and State with Power and Market, Human Action Study Guide y The Politically Incorrect Guide to the Great Depression and the New Deal.

 

Published Mon, Sep 13 2010 6:57 PM by euribe