El supuesto liberalismo de Sir Edward Coke

Por Murray N. Rothbard. (Publicado el 2 de septiembre de 2010)

Traducido del inglés. El artículo original se encuentra aquí: http://mises.org/daily/4677.

[Este artículo está extraído de Historia del pensamiento económico, vol. 1, El pensamiento económico hasta Adam Smith]

Suele decirse que las famosas decisiones “antimonopolio” del derecho común del Juez Presidente Sir Edward Coke (1552-1634), el eminente jurista de inicios del siglo XVII, fueron una expresión del supuesto compromiso de una clase naciente de comerciantes puritanos con el liberalismo económico y el laissez faire. Un defenor particulamente importante de esta tesis es el prolífico historiador marxista inglés Christopher Hill, que necesitaba esta visión para que encajar en el esquema marxista de la Guerra Civil Inglesa.

Sin embargo, resulta haber muchos graves defectos en esta tesis. El propio Coke era un anglicano moderado y no particularmente preocupado por los asuntos religiosos. No era en ningún sentido un comerciante o un portavoz de los comerciantes: era un nuble rural de Norfolk que se casó sucesivamente con dos herederas y fue durante la mayor parte de su carrera un jurista público, sucesivamente fiscal general y juez presidente. Tampoco Coke mostró interés alguno en las nuevas preocupaciones jurídicas de los comerciantes, nuevas ramas del derecho como las sociedades anónimas, el seguro ante quiebras, los instrumentos negociables y los contratos comerciales.

Más importante es que Coke nunca mostró ninguna simpatía por el laissez faire. Como juez presidente, Coke apoyó muchas medidas mercantilistas. Además, se había visto influenciado por su socio próximo, William Cecil, Lors Burghley, en una admiración por la compleja estructura de controles del estado de los Tudor. Su visión del comercio exterior era profundamente mercantilista. Así, en una sesión parlamentaria en 1621, después de haber roto con la Corona, Coke deploraba los efectos económicos de la supuesta escasez de moneda. Atacaba la balanza comercial desfavorable, lamentaba el hecho de que se permitiera exportar metales preciosos a la East India Company y atacaba la comercio importador con Francia por introducir en Inglaterra productos de lujo inmorales como “vinos y encajes, y bagatelas similares”. Coke pedía asimismo prohibir la importación de tabaco de España.

Coke hizo asimismo todo lo posible por impedir la nueva práctica de exportar telas en bruto al Continente y luego reimportar las telas terminadas. Defendió constantemente prohibir la importación de telas extranjeras, así como la exportación de telas en bruto y también trató de prohibir la lana para que fuera usada por fábricas extranjeras.

En general, Sir Edward Coke no discutía la regulación del gobierno y el control del comercio ni la creación de monopolios: a lo que se oponía era a que fuera el rey y no el Parlamento el que realizara la regulación o monopolizara. Coke defendía la regulación detalla y cartelización de la industria, los controles de salarios y el trabajo obligatorio impuesto por el Estatuto de Artífices de 1563. Apoyó las leyes contra “el acaparamiento” que, bajo el disfraz de ataques al monopolio y los altos precios, eran realmente dispositivos para aumentar los precios y cartelizar al prohibir la especulación en productos alimenticios y prohibir la venta fuera de los “mercados” locales oficialmente asignados. Las leyes contra el acaparamiento fueron promovidas por propietarios privilegiados de mercados locales tratando de excluir a competidores y aumentar sus propios precios.

Lo más importante es que la conocida oposición de Coke a los monopolios otorgados por el gobierno era meramente una oposición a los otorgados por el rey frente a los otorgados por el Parlamento. Así, en el famoso Estatuto de los Monopolios, aprobado en 1623 y redactado en buena parte por Coke, el Parlamento abolía los otorgamientos reales de privilegios de monopolio, pero se reservaba explícitamente el derecho a otorgar dichos privilegios, lo que procedió a hacer pronto. El estatuto excepcionaba específicamente también de la abolición grandes categorías de monopolio real, incluyendo sectores como la imprenta, la pólvora y el salitre y los derechos de “corporaciones” como Londres de impedir que los no londinenses realicen comercio dentro de los límites de la ciudad o corporaciones monopolísticas dedicadas al comercio exterior. Además, Coke defendió personalmente el monopolio de las Compañías de Rusia, Virginia e India Oriental.

La filosofía económico-legal de Coke podría resumirse en una frase que empleó en el Parlamente en 1961: “Que ningún producto pueda ser prohibido, salvo por Ley del Parlamento”.[1]

 

 

Murray N. Rothbard (1926-1995) fue decano de la Escuela Austriaca. Fue economista, historiador de la economía y filósofo político libertario.

Este artículo está extraído de Historia del pensamiento económico, vol. 1, El pensamiento económico hasta Adam Smith.

 



[1] Coke no rompió completamente con el rey y adoptó la postura de “el Paramento ante todo” hasta 1621. En 1616 expulsado de su puesto por el Consejo Privado, pero inmediatamente se ganó su retorno al favor del rey Jacobo al casar a su hija con Sir John Villiers, el hermano mayor del Duque de Buckingham. Aún era consejero privado en 1621 y se esperaba que permaneciera en el Partido de la Corte, pero el hecho de que el rey le negara su promoción a Lord Canciller le llevó a su ruptura final con la Corona.

Published Fri, Sep 17 2010 4:16 PM by euribe