¿Es una reducción en el desempleo la clave para la recuperación económica de EEUU?

Por Frank Shostak. (Publicado el 21 de septiembre de 2010)

Traducido del inglés. El artículo original se encuentra aquí: http://mises.org/daily/4724.

 

La mayoría de los expertos son casi unánimes en que la clave para la recuperación económica es una reducción de la tasa de desempleó, que se situó en el 9,6% en agosto. El número de desempleados se situó en agosto en casi 15 millones. Asimismo, la tasa de subempleo subió al 16,7% en agosto, frente al 16,5% del mes pasado.

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¿Pero tiene sentido que la clave del crecimiento económico sea la disminución del paro? Si es así, entonces es correcto concluir que los cambios en el desempleo son un factor causal importante en el crecimiento económico real.

Esta forma de pensar se basa en la opinión de que una reducción del número de parados significa que ahora más gente puede permitirse aumentar sus gastos y en consecuencia la actividad económica sigue el mismo camino.

Ahora bien, el principal impulsor del crecimiento económico es la expansión del ahorro real. Arreglar el desempleo sin ocuparse de asunto de los ahorros reales no va a levantar la economía.

Son los ahorros reales los que financian la mejora y expansión de las infraestructuras. Unas infraestructuras mejoras y expandidas permiten una expansión de la producción de bienes y servicios finales necesaria para mantener y promover la vida y el bienestar individuales.

Si el paro fuera la fuerza directora clave del crecimiento económico, entonces habría tenido mucho sentido erradicarlo lo antes posible generando todo tipo de empleos. Por ejemplo, los políticos podrían seguir el consejo de Keynes y Krugman y usar a la gente para cavar zanjas o tras actividades patrocinadas por el gobierno. Repetimos que el objetivo es sólo emplear tanta gente como sea posible.

Un simple análisis basado en el sentido común habría establecido, sin embargo, que una política así produciría un desperdicio de ahorros reales escasos. Recuerden que cualquier actividad, productiva o no, debe financiarse. Así que emplear a la gente el diversas actividades inútiles llevaría a un traspaso de ahorros reales de actividades generadoras de riqueza y por tanto socavaría el proceso de generación de riqueza real.

Ahora bien, el desempleo como tal podría arreglarse de forma relativamente fácil si el mercado laboral estuviera libre de intromisiones del gobierno. En un mercado laboral no intervenido cualquier individuo que quiera trabajar sería capaz de concentrar un trabajo con el salario apropiado para sus habilidades particulares. Evidentemente, si una persona reclama un salario impropio del mercado o no está dispuesto a trasladarse a otra ubicación, no se puede garantizar que encuentre un empleo. Por ejemplo, si el salario de mercado para el panadero Juan es de 80.000$ anuales, pero insiste en ganar 500.000$ evidentemente es probable que no tenga trabajo.

Con el tiempo, un mercado laboral libre asegura que todo individuo gane de acuerdo con la contribución a la llamada “tarta común” general. Cualquier desvío del valor de su verdadera contribución pone en marcha fuerzas competitivas correctivas.

Sin embargo, al final lo que importa para el bienestar de la mayoría de los individuos no es que estén empelados, sino que tengan poder adquisitivo en términos de bienes y servicios. Esta es la clave. No va a ser de mucha ayuda para los individuos si lo que ganan no les permite mantener su vida y bienestar. El poder adquisitivo de los individuos está condicionado por la infraestructura en la que operan. Cuanto mejor sea la infraestructura, más producción puede generar un individuo. Una mayor producción significa que un trabajador puede ahora obtener salarios más altos en términos de poder adquisitivo.

Como hemos visto, la clave para una infraestructura mejorada y expandida es el aumento de los ahorros reales. Por tanto, cualquier política del gobierno o el banco central dirigida a rebajar el desempleo por medio de estímulos implica una política de redistribución, que lleva al empobrecimiento económico, es decir, socava los niveles de vida de la mayoría de las personas.

De acuerdo con los datos del gobierno, el porcentaje de estadounidenses viviendo en la pobreza aumentó al 14,3% en 2009 desde el 13,2% en 2008, su nivel más alto desde 1994. Una cifra récord de 43,6 millones de estadounidenses estaba viviendo en la pobreza el pasado año, informó la Oficina del Censo. Adviertan que el aumento de la pobreza se produce a pesar de las masivas medidas de estímulo fiscal y monetario que supuestamente aumentarían los niveles de vida de la gente.

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Incluso el anterior presidente de la Fed, Alan Greenspan se está sintiendo incómodo con todas las medidas de estímulo a las que se ha sometido a la economía estadounidense. En la reunión del 15 de septiembre en el Consejo de Relaciones Exteriores en Nueva York, dijo:

Tenemos que encontrar una forma de tranquilizar el activismo que se esta produciendo [en términos de gasto de estímulo] y dejar que la economía se recupere.

Por desgracia, actualmente Alan Greenspan está en minoría en este asunto. En consecuencia, se nos ha recordado constantemente que la Fed esta observando cuidadosamente el mercado del desempleo y otros datos de la actividad económica.

Esto significa que si el desempleo no muestra ninguna señal de una disminución razonable, entonces es probable que la Fed inyecte más dinero en la economía.

Por el momento, se nos ha amenazado con otro ataque de la Fed, porque los funcionarios del banco central discuten la cuestión de lo débil que debería mostrarse el panorama económico antes de empezar a inyectar una cantidad masiva de dinero.

En el caso de que los políticos se pongan de acude en renovar su programa de estímulo, una opción probable es que reanuden el programa de compra de bonos.

El objetivo de comprar bonos es rebajar los tipos de interés a largo plazo y animar a que los bancos presten más. Esto, se dice, daría un impulso al crecimiento económico.

La rebaja artificial de los tipos de interés no puede aumentar la oferta de crédito si los ahorros reales tienen problemas. Recuerden que los bancos sólo desempeñan el papel de intermediarios, pueden facilitar ahorros reales disponibles. Sin embargo, no pueden crear ahorro real, la clave para el crecimiento económico.

Por tanto, las actividades bancarias como tales no pueden impulsar el crecimiento económico real.

Por tanto, de esto se sigue que una rebaja artificial de los tipos de interés no puede generar más préstamo que el que está respaldado por ahorro real. El único crédito que pueden expandir los bancos comerciales es el crédito creado de la nada, es decir, el crédito inflacionario.

Actualmente estamos viendo que los bancos comerciales están empezando a hacer uso de la cantidad masiva de reservas en efectivo inyectadas por la Fed desde septiembre de 2008 a octubre de 2009. (Por ejemplo, la tasa de crecimiento del balance de la Fed saltó al 152% en diciembre de 2008 frente al 3,8% en enero de ese mismo año).

A principios de septiembre, el nivel de reservas extraordinarias de los bancos comerciales estaba en 1,007 billones, frente a los 1,026 billones en agosto y los 1,192 billones de dólares en febrero.

En consecuencia, los últimos datos muestran que el crédito inflacionario de los bancos comerciales está empezando a mostrar un fortalecimiento visible. El mismo indicador de crecimiento de este tipo de crédito quedó en el 4,2% en lo que va de septiembre frente al -13,6% a finales de febrero.

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Debe apreciarse que un aumento en el crédito inflacionario supone un aumento en la oferta monetaria y por tanto un desvío del ahorro real de los productores de riqueza a actividades que no generan riqueza, por lo que evidentemente la expansión del crédito a costa de crédito inflacionario es una mala noticia para el crecimiento económico.

Después de cerrar al 2,4% en junio, el índice anual de crecimiento de nuestro medidor monetario AMS, que excluye las cuentas de financiación especial del Tesoro, ascendió al 3,9% a principios de septiembre.

Contando con un probable mayor fortalecimiento de la tendencia creciente del crédito inflacionario, prevemos que el índice anual de crecimiento del AMS aumente al 5,2% en abril del año que viene.

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Suponemos que si los bancos fueran a empezar a utilizarlas reservas extraordinarias de efectivo mucho más rápido de lo que lo están haciendo actualmente, esto probablemente haga que los funcionarios de la Fed expresen preocupaciones.

Conclusiones

La mayoría de los comentaristas son de la opinión de que la clave para el recuperación económica de EEUU es reducir drásticamente el número de estadounidenses desempleados. Una vez que hubiera más gente con empleo, aumentaría el gasto general y la actividad económica general seguiría por tanto esta tendencia, así de sostiene.

Sugerimos que el desempleo no es el asunto clave para el crecimiento económico. Lo que importa a los individuos no el estar empleados como tal, sino el poder adquisitivo de sus ganancias. La clave para esto es la infraestructura que utilizan los individuos en la producción de bienes y servicios. Lo que permite un aumento en la producción de bienes y servicios y por tanto aumenta los niveles de vida de la gente, es una expansión y mejora de la infraestructura. Lo que a su vez permite esto es una expansión del ahorro real.

Al contrario del pensamiento popular, las políticas de la Fed y el gobierno que se dirigen a rebajar el desempleo no mejoran los niveles de vida de la gente, sino que por el contrario socavan el proceso de generación de la riqueza real y por tanto ponen en marcha un empobrecimiento económico.

 

 

Frank Shostak en investigador adjunto en el Instituto Mises y colaborador habitual en Mises.org.

Published Wed, Sep 22 2010 7:40 PM by euribe