Habemus Economistem: Algo de economía de las muertes y sucesiones papales

Por Christopher Westley. (Publicado el 2 de septiembre de 2010)

Traducido del inglés. El artículo original se encuentra aquí: http://mises.org/daily/4645.

 

Imaginen a un grupo de amigos sentados alrededor de una mesa en un restaurante de barbacoas en Birmingham, Alabama. Es tiempo charla ligera, con bromas inocentes y preguntas amistosas. ¿Dónde vives? ¿Dónde trabajas? ¿Te gusta tu trabajo?

Alguien menciona que trabaja en la EWTN y lo dice con un gesto que sugiere que la mayoría de la gente a la mesa no conocerá su empresa. EWTN. ¿No es algún tipo de ONG?

Obtiene frecuentemente esta reacción, así como las bromas. EWTN no es una ONG cualquiera. Más bien es (entre otras muchas cosas) una de las grande historias de éxito de Alabama, pero que ignoran muchos en el estado. Una red global de televisión católica que empezó una valiente monja de Ohio que sintió una llamada para empezar una comunidad religiosa en Irondale, Alabama, en la década de 1950. Cuando pidió permiso al arzobispo Thomas Toolen, éste le contestó (según una famosa leyenda) con una carta con las palabras “Y’all come”.

Así que se creó una comunidad y esa monja enclaustrada empezó su propia red católica de televisión en 1981, emitiendo cuatro horas diarias de programación desde un garaje del monasterio. Hoy, EWTN, the Eternal Word Television Network, emite 24 horas al día a más de 140 millones de hogares en 127 países, una presencia global de Alabama más reconocible que los Crinsom Tide, el autódromo de Talladega y el julepe de menta.

Pero el empleado de la EWTN de nuestra mesa se guardaba para sí muchas de estas cosas. Podía ver venir la comida, caliente en las bandejas cercanas. Y además, sabe que el Sur de Estados Unidos es uno de los pocos lugares en el mundo occidental en el que los católicos no son al menos una gran minoría de los cristianos, así que está habituado a la falta de conocimiento o interés en lo que hace.

Fue más tarde cuando alguien (le llamaremos Joe) menciona un pronto viaje a Europa y se queja acerca de la dificultad de obtener una habitación en un hotel. “No es probable que puedas encontrar un motel de La Quinta cerca del Coliseo de Roma”, dice.

No, no puedes, dice el hombre que trabaja en la EWTN. Menciona, sin embargo, que la red tiene un acuerdo con hoteles en Roma para obtener varias habitaciones de hotel en caso de muerte del papa. “¡Bueno!”, dice el primer hombre con indignación, “¿Qué pasa si tienes una de esas habitaciones y muere el papa?”

“Imagino que te pedirían que te fueras”, dice el empleado de la EWTN.

“Estaría muy enfadado si perdiera mi habitación de hotel a causa de una disposición como ésa”. Todo el mundo estaba de acuerdo acerca de la injusticia de la disposición, excepto el economista de la mesa que tomó una bebida fría para quitarse de la garganta el sabroso cerdo.

Las muertes de los papas son como la Super Bowl en el sentido de que son acontecimientos inevitables acompañados de una cobertura informativa masiva. Sin embargo, una diferencia entre ambos es que las muertes papales (certidumbres actuariales) no están exactamente marcadas en el calendario junto a cumpleaños y aniversarios. Y al contrario que la muerte de Juan Pablo II en 2005, cuando era bastante evidente que el papa iba a morir en un plazo concreto, algunas muertes papales se producen de repente, sin avisar ni estar preparados. Cuando ocurren, las convulsiones de las existentes experiencias del mercado que, en términos macroeconómicos, son equivalentes a aumentos no previstos en la demanda agregada, que hacen que se consuman más bienes de los previstos y haya una rápida caída en los inventarios y un repunte en los precios.

Las convulsiones son similares a los desastres naturales como huracanes o terremotos. Mucha gente está más orientada al presente y decide aumentar el gasto actual y reducir el ahorro. La principal diferencia es que cuando el papa muere no hay daño a la propiedad.

Pero cuando el papa muere deben producirse ciertos acontecimientos. Está el funeral, organizado apresuradamente, que implica la coordinación de la llegada de dignatarios de todo el mundo, gente que le conocía y otros que saben que pueden beneficiarse políticamente si se asocian a esos acontecimientos. Poco después hay un cónclave establecido para seleccionar el nuevo papa, lo que implica la reunión de cardenales y su personal procedentes de todo el mundo. ¿Y la duración del cónclave? Depende de si hay una opción clara de sucesor o si hacen falta varias votaciones antes de que aparezcan los principales candidatos.

Estos dos acontecimientos duran al menos tres semanas y pueden prolongarse durante meses antes de que se pronuncien las palabras Habemus papam: ¡Tenemos papa! El proceso de sucesión trae a otros a Roma, incluyendo miles y miles de peregrinos, vendedores, periodistas y muchos otros simplemente atraídos por la historia, así como las principales cadenas de televisión como la EWTN. Los más inteligentes llegan a cuerdos con hotel con mucha antelación, sin duda pagando más, para garantizar que sus empelados estén cerca de estos acontecimientos y no acampados en una tienda más allá de las colinas romanas. ¿Qué pasa aquí?

Bueno no es distinto de lo que pasa durante los días de carreras en Talladega o los partidos de fútbol en casa de Aubrun o Tuscaloosa. Debido a un aumento en la demanda de comer, dormir y transporte, los bienes se hacen más escasos y hay una presión al alza en los precios. Los precios de los hoteles que tendían a liquidar el mercado anteriormente ahora, si cobran, hacen que muchos sufran en la calle, incapaces de encontrar habitación. En el caso de una muerte y sucesión papal, estos precios aumentan, en parte, porque organizaciones como la EWTN están ahora en el mercado y valoran las habitaciones de hotel mucho más que, por ejemplo, Joe el turista.

Esta explicación del economista provoca una respuesta de Joe. “¿Cómo?”, dice. “¿Cómo sabes que valoran la habitación de hotel más que yo?”

El economista traga rápidamente. “Porque probablemente la red pague tres veces más que la tarifa actual por habitación para obtener el hotel, por lo que éste está dispuesto a molestar a sus huéspedes de esta manera. Está dispuesta a pagar cero antes de que muera el papa, pero eso cambia cuando lo hace. Si valoras la habitación tanto como la red, entonces pagarías al menso tanto como paga la red antes de la muerte. Pero no lo haces. Evidentemente valoras más algunas otras cosas a las que tendrías que renunciar para pagar los precios de la red. Es así como el sistema precios hace que los recursos vayan a los usos más valorados”.

“Además”, añade, “la probabilidad de una muerte papal probablemente signifique que hayas obtenido tu habitación a precios a precios menores que en otro caso”.

“¿Y eso?”, pregunta Joe.

“Bueno, una razón es la discriminación de precios. Cuando las empresas pueden dividir a sus clientes en múltiples grupos y cobrarles precios distintos, significa que quienes pagan precios mayores están subvencionando a otros que pagan precios menores. Durante el proceso, estas empresas pueden atender a un mercado mayor y obtener costes medios menores. Las aerolíneas lo hacen, pero también los restaurantes, cines y hoteles. Por lo que sé, el hecho de que los hoteles de Roma puedan aumentar sus ingresos durante las muertes papales les permiten cobrar precios más bajos durante las temporadas normales”.

También está la posibilidad del descuento. Si el papa es viejo o está enfermo, los hoteles pueden ofrecer precios más bajos a clientes que de otra forma no irían a Roma preocupados porque perderían su habitación su muere. De la misma forma, apuesto a que muchos lugares en la Costa del Golfo de EEUU han descontado durante años debido a la cada vez mayor probabilidad de un derrame petrolífero y un desastre medioambiental. Esta preocupación en una razón por la que los precios de las casas en la playa en Sarasota (mucho menos probables de verse afectados por vertidos) son mayores que los de las casas en Mobile”.

Y continuó así hasta que la conversación pasó a asuntos más mundanos como parientes y niños enfermos, a pesar de que el economista pensara mencionarlos importante que es la flotación de precios en cualquier mercado que experimente esas sacudidas.

En el caso de una muerte papal, el sistema de precios coordina muchos de los recursos que se demandan repentinamente y no sólo las habitaciones de hotel. Aumentan los precios de muchos otros bienes que se convierten en escasos, lo que indica a los consumidores que conserven más de lo que harían en otro caso y a los productores a poner más recursos en el mercado. Joe el turista puede quejarse del aumento de precios, pero debería reconocer su papel en minimizar problemas que genera la escasez.

Lo que asombra a gente en esta historia, como al amigo de nuestro economista, es que se produzca esta importante actividad en el trasfondo, mientras que las mismas partes más afectadas por ello las ignoran. Pero explicar este fenómeno tendría que esperar a otro momento. La tarta de manzana acababa de llegar, cubierta por el helado de vainilla derretido. Había usos más valorados de su tiempo.

 

 

Christopher Westley es investigador adjunto en el Instituto Mises. Enseña en la Escuela de Comercio y Administración de Empresas en la Universidad Estatal de Jacksonville.

Published Sun, Dec 5 2010 8:32 PM by euribe