Por Stas Holodnak. (Publicado el 13 de febrero de 2008)
Traducido del inglés. El artículo original se encuentra aquí http://mises.org/daily/2883.
La ralentización de la economía estadounidense y la consiguiente devaluación de la dólar de EEUU genera sombríos titulares tan a menudo como las previsiones meteorológicas. La moneda debilitándose puede animar a los empresarios a pensar en aumentar las exportaciones. También podría tener un efecto estimulante para los profesionales estadounidenses a los que se les paga a cambio de sus servicios.
Sin embargo el efecto total es negativo en la medida en que torcerá la tendencia hacia la expansión de la división internacional el trabajo. Menos outsourcing significa costes laborales más altos para las empresas estadounidenses, lo que significa menos productividad general.
Los trabajadores extranjeros se ven cada vez más afectados por lo que se llama la exposición de traslación negativa: perder dinero al cambiar sus duramente ganados, pero depreciados dólares de EEUU por sus crecientes divisas locales.
La caída del dólar de EEUU se come los ahorros de los trabajadores extranjeros a medida que el dinero se convierte a sus divisas nacionales, pero , lo que es más importante, desanima la confianza de la gente hacia el empleo en el sector donde se produce el outsourcing: La continuada devaluación de dólar podría abrir al mercado laboral doméstico trabajos previamente cubiertos por extranjeros.
La disposición a aprender nuevos oficios junto con la alta movilidad son las características definitorias de la mano de obra estadounidense. Desde la fiebre del oro del XIX al auge de las nuevas tecnologías a finales del XX, la gente ha cambiado en masa de profesión cuando se ha presentado la oportunidad. En el momento del auge de las punto com y la reestructuración del año 2000, miles de estadounidenses aprendieron los detalles de los trabajos de TI sin ir a la universidad.
Al final, con una demanda de mano de obra especializada que excedía ampliamente la oferta laboral doméstica, las empresas estadounidenses se dirigieron al extranjero en busca de ayuda, `particularmente de licenciados universitarios indios. Antes de la ralentización actual, la economía de EEUU creció a un ritmo mucho más rápido que el resto del mundo, espoleando la apreciación del dólar frente a otras divisas. A finales del 2005, un dólar se cambiaba por 45 rupias indias en cambio spot, traduciendo el salario tecnológico medio de 69.700$ (de acuerdo con la Encuesta de Salarios Tecnológicos de Dice) en más de 3.000.000 de rupias (30 lacs). Es un montón de rupias a los ojos de los licenciados universitarios indios, ya que un muy buen trabajo en casa, de acuerdo con la Encuesta de Salarios de TI en la India de DQ-IDC de 2005, les proporcionaría como mucho 10 lacs, solo un tercio del salario estadounidense.
Ahora con la India superando ampliamente a estados Unidos en crecimiento económico, más graduados universitarios indios prefieren encontrar trabajo en casa. La divisa india se ha apreciado un 13% desde 2005, cambiándose aproximadamente a 39 rupias por dólar, una paga inferior en un 13% respecto de los especialistas indios considerando trabajar en Estados Unidos. La depreciación del dólar es una tendencia a largo plazo prevista por muchos economistas e inversores. Jay Bryson, economista en Wachovia, está convencido de que el dólar de EEUU pude bajar al menos otro 10% al final de 2008. Si este pronóstico se cumple, reduciría sin duda el atractivo laboral de EEUU entre los graduados universitarios indios, siempre que la economía india no se debilite.
Aunque la experiencia de trabajo en EEUU sigue siendo codiciada hoy en la India, no es algo imprescindible al crearse más trabajos bien pagados en el interior. Sachin Thareja, desarrollador indio de software y graduado en la NYU recuerda cómo a finales de la década de 1990 los estudiantes que volvían a la India bromeaban acerca de que un colega graduado universitario tenía un pie en la India y otro en Air India… en un vuelo de isa a EEUU. Después de una reciente visita a India, dice que este sentimiento ya no prevalece en los campus indios. “Hay menos gente deseando trabajar en EEUU y cerca del 10% de lo que están aquí quieren volver a casa”.
Los últimos datos disponibles de los servicios de inmigración y ciudadanía de EEUU (USCIS) indican que se extendieron 78.200 nuevos visados H1B a profesionales en el año fiscal 2008, una caída del 40% respecto de los 130.497 visados emitidos en el AF 2004. Es verdad que hay muchos más candidatos que visados disponibles, pero hasta ahora las empresas de EEUU son capaces de elegir de la lista a los candidatos mejor cualificados. Las economías extranjeras de crecimiento rápido con monedas apreciándose indudablemente harán más corta esta lista.
Vicrant Dogra, compañero programador indio pone el límite en un tipo de cambio de 20 rupias por dólar, un aumento adicional del 49%. “A ese tipo, la mayoría de los profesionales dejarán de venir a América si la economía está creciendo al nivel actual”, declara. Es un poco dramático, pero incluso una pequeña disminución en la oferta laboral dejaría a los empresarios buscando reemplazos apropiados, ya que requiere tiempo cubrir una escasez de trabajadores especializados. La atención sanitaria de EEUU puede verse afectada a largo plazo porque un número sustancial de médicos vienen de la India y un dólar débil puede, como mínimo, desanimar a que vengan aquí nuevos doctores.
Están viniendo menos profesionales especializados a Estados Unidos desde Rusia. El tipo de cambio actual es de 24 rublos por 1 dólar EEUU. Comparado con una media de 32 rublos en 2002, es un sorprendente aumento del 25%. Kirill Levin, alumno de PhysTech (un instituto investigador ruso puntero), y analista cuantitativo senior, dice que los recién graduados de su alma mater que buscan seguir carreras académicas siguen prefiriendo universidades y centros de investigación estadounidenses. Sin embargo admite que están viniendo menos profesionales rusos a Estados Unidos que nunca desde la caída del telón de acero. “Tiene más que ver con la creciente economía rusa que con el dólar débil”, argumenta. “Muchos profesionales están ganado un sueldo decente en Moscú”. Carolina Fierman, gestora de calidad en Transprefect Translations, que se ocupa de las empresas sudamericanas, está de acuerdo. “En Argentina hay menos gente buscando trabajar en el extranjero que nunca. Sabemos de mucha gente que volvió a casa desde EEUU. Últimamente la economía Argentina ha mejorado”.
El dólar depreciado puede resultar letal. Los empleados contratados por empresas de EEUU basadas en países extranjeros normalmente convierten los dólares de EEUU a sus monedas nacionales. Un trabajador de un país con una moneda que se aprecie obtendrá menos dinero cuando pague la misma cantidad en dólares. Serge Lubensky, Director de tecnología de Service Channel, una plataforma de obtención, validación y establecimiento electrónico para instalaciones multilocalización, advierte el cambio de actitud que está causando la caída del dólar. “La gente pide aumentos afirmando que el coste de vida está subiendo mientras que sus salarios (fijados en dólares de EEUU) están bajando. Ahora prefieren trabajar para empresas europeas porque el euro fuerte les da más de su propia moneda. Si el dólar sigue cayendo así, en algún punto el outsourcing dejará de tener sentido”.
El cambio en el tipo de cambio es por supuesto solo una consecuencia del desarrollo económico global. Sin embargo, es este tipo de cambio el que la gente mira cuando considera estar una temporada en Estados Unidos. El dólar débil desanimará a venir a los profesionales estadounidenses, creando así vacantes laborales. Al tiempo que presentan una oportunidad para los profesionales estadounidenses, la escasez de mano de obra afectará negativamente a las empresas de EEUU y la economía en general.
Al contrario de la opinión popular, el outsourcing y la internacionalización han sido una importante fuente de crecimiento económico en la última década. Si el dólar en caída significa un fin de esta era, la consecuencia puede ser altamente lamentable.