Mercantilizando mi hierba y todo lo demás

Mercantilizando mi hierba y todo lo demás

 

Por Jeffrey A. Tucker. (Publicado el 11 de marzo de 2011)

Traducido del inglés. El artículo original se encuentra aquí: http://mises.org/daily/5096.

 

Cada cierto tiempo tenemos un atisbo de cómo podrían funcionar las cosas en una sociedad completamente privatizada. Cuando ocurre, como un destello de luz en la oscuridad, deberíamos tomar nota, tratar de entender su origen y buscar formas de hacer que el destello se convierta en norma para iluminar el mundo.

Y eso ocurrió en mi jardín esta semana. Sí, soy parte del fetichismo estadounidense de recrear propiedades inglesas en miniatura en nuestros jardines delanteros, un legado de nuestros antiguos amos coloniales cuyo gobierno pretendemos haber eliminado hace 225 años. Pero este legado de servidumbre sigue oprimiéndonos (de una manera autoimpuesta) a través de nuestra tendencia a querer grandes zonas de césped que crece sin ninguno motivo concreto en nuestros jardines delanteros y traseros que asimismo existen sin ninguno motivo concreto.

Así que tratamos de mantenerlos. Los segamos. Los regamos. Tratamos de alejar las malas hierbas con fertilizantes de los que nada sabemos. Cuento estoy en la ferretería, se me pide que elija entre 5-40-10, 10-10-10, 40-15-30 y 0-40-15 y no tengo ni idea de lo que significa todo esto, así que tomo la segunda mejor decisión. Miro los embalajes y la publicidad.

Éste afirma hacer que mi jardín esté sano y verde, que es lo que quiero, pero espera: ¡el siguiente dice lo mismo! Oh, espera, aquí hay uno que controla las siguientes 42 malas hierbas y sin duda las mías están en esta lista pero ¿cómo puedo estar seguro? Una vez llevé una ramita de mala hierba a la tienda y pregunté ¿qué es esto? El chico no lo reconoció. Bueno, ¿cómo puedo controlarla si ni siquiera los expertos la reconocen?

Luego está todo el asunto de la preaparición/postaparición. Una bolsa de fertilizante dice que es mejor que lo use antes de que crezcan las malas hierbas. Así que ahora me siento un gandul porque mis malas hierbas ya están creciendo. Y en todo caso ¿cómo se supone que vas a tener un problema de malas hierbas hasta que éstas crecen? ¿Se supone que soy algún tipo de probador de suelo, con un laboratorio en el sótano?

Alguien mención en una cena que utiliza una marca llamada TruGreen y por supuesto existe esa compañía. Se ocupa de todas estas cosas en tu lugar. El lema de la compañía es “ser más verde”, pero es sin duda un divertido juego de palabras. Ahora no hablamos de ecologismo. La compañía se llamaba antes “ChemLawn”, pero luego la opinión pública se atemorizó ante los productos químicos. De ahí TruGreen, igual que los Sugar [Azúcar] Smacks se transformaron en Honey [Miel] Smacks cuando la opinión pública se puso en contra del azúcar.

En mi caso, esta compañía me sacudió como un sueño hecho realidad. Resultaba ser una empresa nacional como McDonald’s o CVS, con sucursales de propiedad local. Fui a la página wen nacional y puse mi dirección y en su momento tuve una completa carta analítica en mi puerta. Resultaba que tenía un problema con

  • Digitarias
  • Grama dulce
  • Grama de agua
  • Cyperus
  • Poa anual
  • Barbáreas
  • Diadias
  • Geranios de Carolina
  • Paroniquias
  • Dicondras
  • Ortrigas mansas
  • Euforbias
  • Vezos
  • Ajos silvestres
  • Hormigas de fuego

Pero por suerte no tengo enfermedades activas y el segado ha sido bueno (¡viva!). Pero atentos: la compañía dice que tengo que “airear” mi jardín. Así que ahora me acuerdo de un producto que vi en una de esas revistas de a bordo. Era un par de zapatos con unos pinchos enormes. Se llamaban “zapatos de aireación de jardín” con las idea que te los pongas y camines por el jardín haciendo agujeros por todas partes. Me pareció algo bueno para hacer, pero el que podría realmente comprármelos y hacerlo me parecía completamente improbable. Desde entonces, he tenido la sensación de que mi jardín necesitaba que hiciera esto, pero no tenía ni idea de cómo hacerlo.

Bueno, todos los problemas están resueltos gracias a TruGreen y por muhco menos dinero del que podía esperar. ¿Por qué no hice esto hace años? Es un misterio. De alguna forma tenía la impresión de que era un trabajo que debía hacer un hombre de verdad. Quiero decir ¿de qué me vale vivir si no puedo mantener un jardín bonito e impresionar a todos mis vecinos con mi control sobre mi dominio digno de un señor? Ya basta, dije. Mi hierba es un producto y debería mercantilizarse apropiadamente, comercializarse totalmente su cuidado.

Pero eso me hizo empezar a pensar. Aquí tenemos una empresa nacional, y probablemente haya muchas otras, que se dedica a hacer completamente asequibles y realizables las tareas más estúpidas de la vida. ¿Hay algo que no puedan hacer los mercados privados?

Ahora pienso en el problema de la basura. No, no hay una pesadilla en las basuras que se esté produciendo en mi pueblo, pero hay problemas persistentes que hacen que me enfade con el tiempo. ¿Por qué no se lleva la ciudad mi basura? Ah, es que puse una caja en las bolsas de la siega y se supone que no tengo que hacerlo o puse hierbas en el contenedor de basura oficial de la ciudad y se supone que no tengo que hacerlo o puse una silla vieja fuera un lunes y las sillas viejas solo se recogen cada segundo miércoles o puse ramas de árbol en segundo martes del mes y no sabía que las ramas solo se recogen el tercer jueves de la temporada de poda.

Luego está el problema del agua. La ciudad (¡todos los gobiernos!) está decidida a hacer que usemos cada vez menos. Nuestros retretes no funcionan. Nuestras duchas se reducen a un chorrito. Se nos intimida para no regar el césped. Se supone que nuestras lavadoras y lavavajillas funcionen con un galón al día y nada se limpia. Y aún así cada vez que hay un periodo sin lluvias se nos advierte de que la civilización puede llegar pronto a su fin y el agua debe ser severamente racionada (como si no lo estuviera ya).

¿Tenemos que suponer que los mercados privados no pueden llevar agua a nuestros hogares de  una forma que se económicamente racional y amigable para el consumidor? Lo mismo pasa con la electricidad, el gas, los sanitarios y todo lo demás. Mercantilicemos todas estas cosas y veremos empresas locales, regionales, nacionales e incluso globales compitiendo por servirnos, peleándose unas con otras para ofrecernos exactamente lo que queremos a precios bajos y cayendo como los precios de los equipos informáticos.

Respecto del correo, es pan comido.

Gracias a Dios ningún ayuntamiento ha decidido que el cuidado del césped es un bien público y deben ofrecerlo compañías semipúblicas. Puede prometerles esto: si fuera el caso, todos tendríamos unos aireadores en nuestro armario y la hierba seguiría infestada de todas esas malas hierbas listadas antes y algunas más, incluyendo enfermedades no incluidas.

Cuidado privado del césped: éste es el destello en la oscuridad que muestra el camino a seguir. Mercantilizar los jardines, mercantilizar agua y basuras, mercantilizar todo. Entonces y solo entonces nos convertiremos en los que todos los estadounidenses soñamos en secreto en convertirnos: en señores de nuestra propiedad en todos los sentidos.

 

 

Jeffrey Tucker es editor de Mises.org y autor de Bourbon for Breakfast: Living Outside the Statist Quo.

Published Mon, Mar 14 2011 8:04 PM by euribe
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