¿Causa inflación el crecimiento económico?

Por Frank Shostak. (Publicado el 16 de marzo de 2011)

Traducido del inglés. El artículo original se encuentra aquí: http://mises.org/daily/5116.

 

El índice anual de crecimiento del consumo personal saltó del 2,5% en agosto del año pasado al 3,8% este enero.

La tendencia al crecimiento de la renta personal ha estado presionando fuertemente al alza desde mayo del pasado año.

De año a año, la tasa de crecimiento se disparó del 1,8% en mayo al 4,6% en enero.

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La mayoría de los economistas y diversos comentaristas, aunque expresando satisfacción porque la economía de EEUU esté empezando a mostrar signos de mejora, están asimismo mostrando su preocupación porque un mayor fortalecimiento en la economía pueda generar un alto índice de inflación. De hecho, la tendencia creciente tanto el índice de precios del consumo como del índice de precios del consumo menos alimentos y energía muestra un fortalecimiento visible. La tasa anual de crecimiento del IPC estaba en el 1,6% en enero frente al 1,1% en junio del pasado año. Entretanto, la tasa de crecimiento del IPC menos alimentos y energía estaba en el 1% en enero frente al 0,6% en octubre.

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La mayoría de los expertos son de la opinión de que a medida que la economía gane fuerza, la Fed tendrá que aparecer en algún momento y endurecer su posición con el fin de evitar que el índice de inflación quede fuera de control. Sin embargo los expertos advierten de que aún no estamos en este momento. La razón clave es que el índice anual de crecimiento del índice subyacente de precios del consumo, es decir, el IPC menos alimentos y energía, está muy por debajo del objetivo del 2%. De acuerdo con los expertos, mientras sea así la Fed debería estar aún preocupada por la deflación en lugar de la inflación. Por tanto, por ahora, los expertos suponen una muy baja probabilidad de que la Fed endurezca pronto su posición. Pero po qué debería asociarse positivamente el crecimiento económico con un aumento general en precios de bienes y servicios?

Examinemos como pueden en general subir los precios. El precio de un bien es la cantidad en dólares pagada por unidad de este bien. Así que si no cambia nada más, un aumento en la cantidad de dólares en la economía debería llevar a un aumento general de los precios de los bienes y servicios. Ahora, cuando hablamos de crecimiento económico, queremos referirnos a un aumento en la producción de bienes y servicios, es decir, a una expansión de la riqueza real. Así que es evidente que, para una cantidad de dinero dada, un aumento en el crecimiento económico significa una mayor cantidad de bienes y servicios que debería llevar a una disminución y no a un aumento en los precios de los bienes y servicios en general. (Ahora tenemos más bienes para la misma cantidad de dólares).

Este sencillo análisis ilustra cómo una expansión de la riqueza, que promueve el bienestar individual, no puede al mismo tiempo generar cosas malas como un aumento general de precios, que socava los niveles de vida de la gente.

Así que, si lo que estamos diciendo es correcto, ¿por qué estamos observando actualmente un fortalecimiento en la tendencia al alza de los precios al tiempo que un fortalecimiento en el crecimiento económico? Pensamos que desde una perspectiva estrictamente empírica el índice de crecimiento anual del IPC menos alimentos y energía sigue en realidad de cerca el índice anual de crecimiento industrial con un retraso de 19 meses. Así que a partir de esta relación podemos sugerir que la tendencia al alza del IPC subyacente es probable que se refuerce sensiblemente en los próximos meses.

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¿Pero tiene sentido la correlación entre la tendencia al alza del IPC subyacente y la tendencia demorada al alza de la producción industrial? Repetimos: ¿por qué debería más riqueza, que aumenta los niveles de vida de la gente, generar asimismo cosas malas como un mayor índice de inflación?

Pensamos que la asociación positiva entre actividad económica e inflación de precios no se debe a una expansión de la riqueza real sino a una expansión de la oferta monetaria. El llamado crecimiento económico real total no puede cuantificarse como tal: no es posible sumar patatas y tomates para obtener el total con sentido que haría falta para calcular el verdadero crecimiento económico. El llamado crecimiento económico se calcula por la facturación monetaria, que se ve deflactada por un deflactor de precios dudoso. Esto significa que los que se califica como crecimiento económico no es sino el índice de crecimiento de los datos distorsionados de facturación monetaria.

De acuerdo con el pensamiento de la corriente principal, cuanto más fuerte sea la inyección monetaria, más fuerte será el ritmo de gasto y consecuentemente más fuerte va a ser la renta monetaria y la llamada economía real. En resumen, en este marco más dinero significa más gasto y esto lleva a un crecimiento económico más fuerte.

Al contrario de esta forma de pensar. Más dinero solo socava el proceso de generación de riqueza real. Esto significa que más dinero es una mala noticia para la producción de riqueza real.

Por consiguiente, más dinero y menos riqueza significan más dinero por unidad de bien, es decir, un aumento general de precios. Observemos que lo que tenemos aquí es un aumento en la facturación monetario a causa de la inyección monetaria, que se presenta como un fortalecimiento en el crecimiento económico real y un aumento en los precios generales a causa de la inyección monetaria. Por tanto no es sorprendente que observemos una asociación positiva entre la llamada fuerte actividad económica y la inflación de precios. Advirtamos de nuevo que el llamado fortalecimiento en la actividad económica refleja el fortalecimiento en la inyección monetaria. De hecho lo que tenemos es una situación en la que la inyección monetaria se asocia positivamente con el fortalecimiento de la inflación de precios.

A partir de aquí podemos deducir que es erróneo sugerir que un crecimiento económico más fuerte debe llevar a una mayor inflación de precios. Como hemos visto, por el contrario, un crecimiento económico más fuerte para una oferta monetaria dada debería llevar a una caída en los precios. Observemos que la caída en los precios es aquí la manifestación de la expansión de la riqueza real. Significa que todo tenedor de dólares puede ahora acceder a más riqueza real, es decir, a más bienes. Por tanto, al contrario que en el pensamiento convencional, una caída en los precios cuando la riqueza real aumenta en una gran noticia.

Una caída de precios mientras la economía declina debería considerarse también como una buena noticia porque refleja la liquidación de distintas burbujas de actividad que socavan el proceso de generación de riqueza real. (Estas burbujas de actividad que han aparecido a la espalda de una previa política monetaria laxa están bajo presión como resultado de una caída en la tendencia al crecimiento del dinero).

Podemos así concluir que la llamada asociación positiva empírica entre crecimiento económico e inflación de precios, la llamada curva de Phillips, que es considerada por casi todos los economistas como una ley natural a la par con la ley de la gravedad, es un concepto engañoso. Todo lo que describe es el hecho de que la variación en el índice de crecimiento de la oferta monetaria debe ocasionar una variación en los precios de bienes y servicios con el tiempo. Ahora, mientras la maquinaria de generación de riqueza siga funcionando, los políticos de la Fed pueden olvidarse de la ilusión de que pueden dirigir la economía monitorizando la curva de Phillips.

Sin embargo, una vez que la maquinaria de generación de riqueza se ve severamente dañada por causa de la incansable intervención de la Fed (sus “políticas contracíclicas”), la ilusión de que la Fed puede ayudar a la economía se rompe en mil pedazos y la economía se hunde profundamente en un agujero negro. Cualquier intento de la Fed de reavivar la economía por medio de inyecciones masivas solo empeora mucho más las cosas. Asimismo, encontramos extraordinario que los funcionarios de la Fed continúen entregando dinero a escala masiva al mismo tiempo que tratan de asegurar a la opinión pública de que están luchando contra la inflación.

Conclusión

La mayoría de los economistas, a tiempo que expresan satisfacción porque la economía de EEUU pueda haber entrado en una fase de expansión económica sostenible, también están preocupados porque un mayor fortalecimiento de la economía pueda generar un índice mayor de inflación. La mayoría de los expertos son de la opinión de que cuando la economía gane fuerza la Fed tendrá aparecer en algún momento y adoptar una postura más rígida para contrarrestar la inflación. Pensamos que es cuestionable que un genuino crecimiento económico pueda llevar a una inflación general de precios.

Asimismo mantenemos que la asociación positiva entre actividad económica e inflación de precios no se debe a una expansión de la riqueza real sino que viene como respuesta a la expansión de la oferta monetaria. Mantenemos que, al contrario de la opinión popular, el reciente fortalecimiento en algunos datos clave en EEUU como el empleo no reflejan un fortalecimiento económico sino que son sencillamente una respuesta al fortalecimiento de las burbujas de actividad que están poniendo en marcha otro declive económico.

 

 

Frank Shostak en investigador adjunto en el Instituto Mises y colaborador habitual en Mises.org.

Published Thu, Mar 17 2011 8:00 PM by euribe