¿Hay una Q3 a la vista?

Por Llewellyn H. Rockwell Jr. (Publicado el 18 de marzo de 2011)

Traducido del inglés. El artículo original se encuentra aquí: http://mises.org/daily/5120.

 

Los economistas de la Escuela Austriaca han explicado a menudo el ciclo económico utilizando la metáfora del licor o las drogas. La expansión del papel moneda y el crédito dan una sensación de exuberancia, un subidón económico que lleva a tomar demasiados riesgos e hincha la producción. Pero no puede sostenerse. Hay una resaca.

¿Y luego qué? Hay una alternativa: más drogas y licor… o sobriedad. Por desgracia, la economía (en el sentido de las decisiones que tomamos tú, yo y millones de otros) no permite elegir. Lo hacen por nosotros nuestros señores y amos en Washington. Son los traficantes. Adivinen que alternativa eligen.

Así que tuvimos la QE1 de Bush (QE son las siglas en ingles de “flexibilización cuantitativa”, un eufemismo que quiere decir imprimir dinero), pero los efectos no duraron mucho. Y luego tuvimos la QE2 de Obama y los efectos de ésta probablemente terminen en algún momento de este verano. (Haciendo un aparte, tal vez deberíamos simplemente empezar a referirnos a la administración QE[n], insertando el número apropiado, ya que de otra forma estos presidentes son prácticamente intercambiables.

Fíjense en el siguiente punto importante: Estos distintos intentos de restaurar la beoda hora feliz tienen efectos impredecibles e incontrolables y la metáfora también ayuda en este caso. El cuerpo está debilitado. Podría tomar más droga para obtener el mismo efecto. La droga produce una enfermedad subyacente. Cada nueva dosis hace a la persona cada vez menos racional, cada vez más incoherente.

El estimulante puede caer en cualquier parte, pero se pretende que caiga en las imprentas de dinero. La Fed quiere aumentar los precios de las viviendas y reanimar todo el sector inmobiliario. ¿Pero saben qué? Los precios de las viviendas siguen cayendo y la construcción de nuevas casas se acaba de venir abajo a un ritmo más rápido que en cualquier momento en 27 años.

¿Qué se está estimulando? Los precios de las acciones, sin duda, pero eso no es riqueza. Los precios de las acciones son solo precios. No son distintos de los precios de las manzanas, el café o la gasolina. ¿Cuando suben decimos fantástica noticia, somos más ricos? Por supuesto que no. La creencia en que un precio de las acciones al alza es una gran noticia sigue siendo uno de los más perversos de todos los mitos económicos.

Luego está el problema de los aumentos de precios más en general. El índice de precios del fabricante para febrero ha generado resultados terribles, aunque probablemente ustedes no hayan oído nada. Las predicciones eran de un aumento del 0,6% pero la realidad fue de un 1,6%, lo que apunta a dobles dígitos anualizado.

Y eso es solo el principio. Los precios de la alimentación tuvieron la mayor subida desde noviembre de 1974. Los precios de las materias primas subieron un 3,4% en febrero respecto del mes anterior. Los precios de intermediación ascendieron un 2,0%, con la gasolina diesel subiendo un 12,6% mensual en febrero. Estos enormes aumentos se han contrarrestado con bajadas de precios en coches, camiones, almacenamiento y otras áreas que ya han estado mostrando señales de una depresión postauge.

¿Habrá una QE3? Es lo más probable.

Vean esta rueda de prensa con Bernanke en el National Press Club (en un resumen de un periodista):

Pregunta: ¿Habrá una QE3?

Bernanke: Al final, nos haremos las mismas preguntas. ¿Adónde va la economía y qué nos dicen los distintos indicadores de inflación? Nos haremos esas preguntas. Si el desempleo sigue siendo demasiado alto, podemos continuar. Si nos dirigimos hacia el pleno empleo, no necesitaremos estimular más.

¿Y qué es el pleno empleo? Los estadísticos de la Fed creen que el pleno empleo es una tasa de desempleo en torno al 6% y no estamos ni siquiera cerca de dirigirnos hacia eso.

Además, Bernanke está completamente equivocado al creer que el desempleo puede utilizarse de alguna forma como medidor de salud económica. Durante muchas décadas, las economías socialistas presumían de su nulo desempleo, pero las economías estaban en regresión cada año. Incluso en economías mixtas como la nuestra, el alto empleo es muy a menudo un efecto de la prosperidad y nunca una causa.

Además no podemos creer a Bernanke en que solo el dato del empleo marcará la decisión. Es un recadero de los grandes bancos y Wall Street. Tomará sus decisiones de acuerdo con la política. Y no podemos sino estar seguros de que habrá muchas malas noticias en el verano, que proporcionarán suficiente cobertura para otra ronda de estímulo.

¿Entretanto qué vamos a hacer con el problema de precios mucho más altos, que es el terrible monstruo que nos espera tras la esquina? La verdad es que la Fed actúa como si no tuviera nada que ver con esto. Bernanke dice habitualmente que los precios se forman por oferta y demanda, lo que es cierto en un mercado libre, pero la creación de moneda complica la perspectiva.

Otra realidad es que a la Fed realmente no le preocupa la inflación tanto como la solvencia de los sistemas bancarios y financieros. Bernanke nos llevaría directo a la hiperinflación para salvar sus sectores. Los ahorradores que viven de sus pensiones simplemente no tienen la influencia política como para detener la máquina del dinero.

Y contradiciendo las promesas de Bernanke, éste no tiene la capacidad de cerrar el grifo monetario una vez que los precios empiecen a dispararse. La economía está demasiado globalizada como para eso. Tengan en cuenta que aunque la Fed tiene mucho poder, no lo tiene para controlar las expectativas inflacionistas y la demanda de efectivo en general, y en entornos hiperinflacionistas éstos son los factores esenciales.

La historia está llena de gestores monetarios que creían que tenían un control total hasta que se produjo el desastre. Es una arrogancia de primera categoría creerse el amo del universo, pero esta arrogancia es endémica en Washington.

La QE3 es jugar con fuego. O con una tercera dosis de droga. O con otra botella de whisky. Escoja su metáfora. Es una política mala y profundamente peligrosa, toda construida a partir de la loca opinión de que si estimulas con dinero fiduciario suficiente a un zombi, éste empezará a vivir y respirar por sí mismo.

Resumiendo esto aún más, pensemos en esto: Si bebemos suficiente, ¿empieza nuestro cuerpo a generar su propio licor?

La Fed y el gobierno han enganchado a la economía estadounidense a una droga malévola. Nuestro trabajo es quitar a los traficantes sus puestos en el poder.

 

Llewellyn H. Rockwell, Jr es Presidente del Instituto Ludwig von Mises en Auburn, Alabama, editor de LewRockwell.com, y autor de The Left, the Right, and the State

Published Fri, Mar 18 2011 10:19 PM by euribe