Les presento a mi benefactor

Por Jeffrey A. Tucker. (Publicado el 14 de abril de 2011)

Traducido del inglés. El artículo original se encuentra aquí: http://mises.org/daily/5203.

 

Por pura casualidad, la pasada semana me senté junto a un hombre que ha sido mi benefactor toda mi vida y buena parte de la suya y no nos habíamos conocido. De hecho, aunque me ha estado sirviendo finalmente durante tres décadas, ocupándose de mi bienestar y tratando de mejorar mi nivel de vida, ni siquiera conocía mi nombre. Realmente sigue sin saberlo, porque es algo raro ser demasiado personal con la persona del asiento de al lado en el avión. Todos los sabemos. Y aún así le comuniqué mi profunda gratitud por todo lo que ha hecho.

El hombre está a cargo de la mercadotecnia de una de las seis plantas de fabricación en Norteamérica de propileno orientado para materiales de envasado. Esta sustancia se denomina OPP para abreviar. Va a empresas que fabrican cosas como bebidas y caramelos y otros productos y les explica las ventajas del OPP (más de ello en un momento).

Este hombre está constantemente de viaje y tiene un pilón de tarjetas de recompensa de aerolíneas que lo prueba. Es como el personaje de George Clooney en la película Up in the Air (un viajero veterano casado con su trabajo). Su trabajo es ser los ojos y los oídos de la empresa mientras se ocupa de los compradores de su producto. Su vida discurre en B2B (las transacciones de empresa a empresa que son invisibles para el público consumidor).

Su vocabulario es propio de la industria, lleno de neologismos que no podría entender nadie fuera del mundo de los embalajes. Puede decirte las propiedades químicas de una bolsa a cinco pies. Puede explicar por qué una bolsa es más fácil de romper y otra más difícil. Conoce la historia, el proceso, la competencia, además del nombre de todos los gestores de compras de bolsas a gran escala en Norteamérica y le encanta hablar de ello.

¿Cuál es su función? Es el hombre que hace de las invenciones y las fabricaciones parte de nuestra vida. Sin la persona en el frente que vende realmente el producto, nada de lo que se inventa y fabrica tiene sentido. Es la interfase entre los materiales en bruto y el producto final, el hombre que tiene que tener todas las respuestas que enlazan la gran cadena de la estructura de producción de principio a fin.

Respecto de su producto, usted y yo conocemos bien el OPP, aunque probablemente no sabíamos cómo se llamaba. Es lo que se usa para hacer bolsas de patatas fritas. Es la razón por la que el contenido se mantiene crujiente sin que importe la temperatura exterior. Pueden meter la bolsa en el agua y no cambia nada. El aire puede ser caliente o frío y aún así las patatas en el interior no cambian. El mismo material envuelve caramelos como los Snickers y el efecto es el mismo.

También es la razón por la que estas bolsas puedan ser tan bonitas. El OPP puede estamparse. Es una plantilla perfecta para diseñadores. Los resultados nunca te manchan los dedos. Tampoco la impresión se decolora con el sol. Puede aceptar incluso las gradaciones de color más sutiles. Podríamos imprimir una obra de Miguel Ángel en OPP y colgarla en un museo.

Resulta que las patatas fritas en aceite son super vulnerables a enranciarse. Tal vez usted haya pensado que eran los conservantes químicos (¡vivan éstos también!) los que lo impedían. Es parte de la respuesta, pero no toda la respuesta. La razón real es el OPP. Es lo que detiene el proceso degenerativo. No es un problema para otros productos fritos, como los chicharrones, que por eso a menudo vienen en bolsas transparentes. El OPP no es transparente y eso es bueno. Al producto que lleva dentro no le gusta la luz. El OPP también la mantiene fuera.

El OPP tiene otras características estupendas. Tiene una capacidad de “arrugado” muy baja, por eso, cuando arrugas un bolsa de patatas vuelve a su forma original. Esto protege el interior. Por eso en la década de 1960 las patatas fritas venían con el contenido aplastado y hoy esta en buena parte intacto y perfecto. ¿Pensaban que era solo porque estaba rellena de aire? Bueno, pregúntense por qué no escapa el aire. La respuesta es de nuevo: OPP. Sella perfectamente. Es impenetrable.

Y sépanlo: es un producto del petróleo. Es verdad, está hecho de un material derivado del petróleo. Así que el precio fluctúa de acuerdo con el precio de aquél. Cuando el precio del petróleo sube, nuestras patatas fritas se hacen más caras, debido principalmente al envase, razón por la que la industria del OPP defiende firmemente la idea de liberalizar las regulaciones sobre la prospección y refinado del petróleo. Mi benefactor director de mercadotecnia está muy interesado en esto.

Bueno, todo esto es muy curioso y maravilloso. Pero ocupémonos de lo importante aquí. ¿De qué va todo esto? ¿Por qué se inventó el OPP y por qué se vende y por qué se usa tanto en todo el mundo? ¿Por qué este hombre se pasa la vida viajando y sigue todos los detalles de las noticias de la industria? ¿Por qué todo esto?

Por una razón: mi bienestar. También el de ustedes. Es para agradarnos y hace mejor nuestra vida. Es por el consumidor por lo que le fabricante fabrica y es por el consumidor por lo que todos en todas las etapas de la fabricación tratan de hacer un producto cada vez mejor. Llegan hasta la bolsa de patatas fritas que tomamos con nuestro sándwich. Por eso millones de personas en el sector del OPP en todo el mundo bailan esta danza. Por eso las patatas se cultivan, cortan, fríen, envasan y envían a millones de lugares.

Lo malo de esto es que esta gente no recibe reconocimiento. Ninguna bolsa de patatas fritas dice: esta bolsa está hecha por la fábrica de OPP de Joe. No, son benefactores anónimos de la sociedad. Casi nadie piensa en ellos. Y aún así, si compráramos una bolsa de patatas que está llena de patatas aplastadas y rancias, sabríamos la diferencia. Nos enfadaríamos con la tienda que las vendió, la empresa que la fabricó y tal vez incluso con el sistema económico que permite a la gente beneficiarse por vender malos productos. Los fabricantes privados de OPP impiden que pase esto, millones y millones de veces al día.

Usted y yo hacemos que funcione este espectáculo y ni siquiera lo sabemos. Los fabricantes de estas bolsas nos sirven ciegamente todos los días y no lo sabemos ni nos importa. Y de alguna forma todo esto ocurre sin un planificador central, sin mandatos del gobierno y sin fábricas propiedad del estado o gente sabia en lo alto dirigiendo el proceso de principio a fin. Todo lo que hace falta para generar este sistema complejo y brillante es que tengamos que tener un deseo: un deseo de una buena patata frita. El resto se produce por sí mismo: un sistema autogestionado que responde a las señales más mínimas.

Así que me gustaría mandar un mensaje a mi benefactor que ha dedicado su vida a explicar a los productores de comida las bondades del OPP. Mi mensaje es: muchas gracias. Sospecho que podría ser el primer consumidor que lo haya dicho nunca, pero en mi mundo ideal, miles de millones de personas estarían dándole las gracias a usted y a todos los que son como usted. Son todos servidores de la gran causa de hacer el mundo un lugar mejor para vivir.

 

 

Jeffrey Tucker es editor de Mises.org y autor de Bourbon for Breakfast: Living Outside the Statist Quo.

Published Fri, Apr 15 2011 6:06 PM by euribe