Hay secesión en nuestro futuro

Por Clifford F. Thies. (Publicado el 28 de abril de 2009)

Traducido del inglés. El artículo original se encuentra aquí: http://mises.org/daily/3427.

 

¿Pueden secesionarse los estados? Hay tres niveles a los que puede contestarse esta pregunta:

  1. El inalienable derecho de secesión,
  2. El derecho internacional de secesión y
  3. El derecho de secesión en EEUU.

Todos responden que sí.

El inalienable derecho de secesión

La Declaración de Independencia de los Estados Unidos de América invoca las verdades evidentes de que todos los hombres ha sido creados iguales y han sido dotados por su Creador de ciertos derechos inalienables, que los gobiernos se crearon para proteger estos derechos y obtuvieron sus justos poderes del consentimiento de los gobernados y que cuando el gobierno abusa de estos derechos, es derecho – no, es obligación – del pueblo alterar o abolir ese gobierno.

Decir que los gobiernos se crearon para proteger los derechos de los hombres sería históricamente incorrecto. Casi todos los gobiernos los constituyeron hombres despiadados ejerciendo su voluntad sobre otros a través del uso de la fuerza. Con el tiempo, algunos gobiernos evolucionaron hacia el estado de derecho, quizá solo porque sus gobernantes veían que esto sancionaría su propio disfrute continuado de la riqueza que poseían. En algunos casos, esta evolución implicó una o más “revoluciones” en las que quienes eran gobernados fueron capaces de establecer mejor un estado de derecho.

El lenguaje de la Declaración no debería interpretarse como una argumentación sobre los orígenes históricos del gobierno, sino más bien como lo que sería cierto y justo para una persona ilustrada, es decir, que como personas y comunidades de personas, tenemos el derecho y la obligación de alterar o abolir a los gobiernos que abusen de nuestros derechos. Como dijo una vez Benjamin Franklin: “La rebelión ante los tiranos es la obediencia a Dios”.

El concepto de un derecho inalienable de secesión no era original de la Revolución Americana. Puede remontarse a los escolásticos, la política de la Reforma y a los escritos griegos y hebreos más antiguos. Sin extenderme sobre el asunto, déjenme apuntar sencillamente a la bandera del estado de Virginia, diseñada por Thomas Jefferson. Muestra a una guerrera (Atenea) encima de un tirano asesinado (Zeus).

De acuerdo con la leyenda, Zeus, el mayor y más terrible de los dioses, se suponía que era el dios del derecho, aunque él mismo no se metía a la ley. Cuando oyó que iba a engendrar un hijo que le destruiría, se tragó entera a su mujer para impedirlo. Pero el niño creció dentro de él y acabó naciendo de él completamente crecido. El hijo era Atenea, la diosa de la victoria, la libertad y la paz. Y realmente asesinó a su padre. Sería fácil ver en esta leyenda cómo el estado de derecho podría establecerse a partir de un gobierno formado a través del uso de la fuerza.

Ahora bien ¿constituye un aumento masivo en los impuestos, el gasto y el déficit federal un abuso tal de los derechos de los hombres como para justificar la secesión bajo la doctrina de un derecho inherente a la sucesión? No lo creo. Pregúntenme acerca del derecho inherente a la sucesión cuando el gobierno empieza a restringir nuestra libertad de expresión, a cerrar los medios de comunicación independientes, a confiscar nuestras armas o a llevarse a nuestros hijos.

El derecho internacional de secesión

El derecho internacional de secesión está en el proceso de aparecer en este mismo momento. La Declaración Universal de Derechos Humanos de la ONU indica que todos los pueblos tienen derecho a un país. Un corolario  de esto es que ningún pueblo debería permanecer es una estatus sin naciones, por ejemplo, los palestinos. Otro corolario de esto es que ningún pueblo debería mantenerse en ningún estado de subyugación, como ser ciudadanos o súbditos de un países del que son alienados.

Ahora, en sentido práctico, hay que considerar si existe un pueblo identificable en un lugar identificable. Al menos, esto es lo que se piensa actualmente. Pero si estos distintos elementos se juntan: un pueblo identificable en un lugar identificable que se queja bajo la subyugación de una nación más grande, hay un creciente consenso en que ese pueblo y lugar puede separarse de la nación más grande, incluso por rebelión y con apoyo del exterior de la nación más grande. Timor Oriental, Eritrea y las restauraciones de la antigua Unión Soviética y Yugoslavia (incluyendo la actual situación de Kosovo) ejemplifican el desarrollo del derecho internacional de secesión.

Respecto de Estados Unidos, está hoy bien establecido que el país consiste en muchos estados “rojos” (republicanos) y “azules” (demócratas), junto con unos pocos estados “púrpuras” (campo de batalla). Incluso en los llamados corrimientos de tierras, como en 2008, solo unos pocos estados “cambiaron” de republicanos a demócratas y éstos pasaron de republicanos por poco a demócratas por poco. Además, todo el propósito de las elecciones se ha convertido en decidir si los demócratas subirán los impuestos respecto de los republicanos mientras ajustan el Impuesto Mínimo Alternativo para minimizar el impacto en sí mismos y si los demócratas podrán forzar a los republicanos a aceptar el matrimonio homosexual o si los republicanos obligarán a los embarazos no deseados a los demócratas. En otras palabras, ya no hay ninguna pretensión de federalismo en la que la política doméstica se deje a los estados de la Unión.

Bajo estas condiciones, puede argumentarse que si cualquier partido cayera en un estado de minoría permanente y el otro estableciera un control hegemónico sobre el llamado gobierno federal, la gente del otro partido podría decir que está alienada, un pueblo identificable en un lugar identificable, y podría afirmar un derecho de secesión bajo el derecho internacional emergente.

El argumento para la secesión bajo el derecho internacional emergente podría ser más fuerte para Alaska. Geográficamente, el lugar está separado de los demás estados de la Unión, haciendo de él un lugar identificable. Además, bajo su explícito derecho de privacidad de la constitución del estado, la posesión de pequeñas cantidades de marihuana es un derecho y aún así el llamado gobierno federal impone los costes de su guerra contra las drogas a los ciudadanos de Alaska.

Además hace tiempo que l pueblo de Alaska se ve frustrado en el desarrollo de sus recursos naturales en razón de la oposición de las mayorías en los estados continentales. De hecho, como nación independiente, Alaska sería el lugar más libre del mundo sin impuestos a causa de sus recursos naturales, libertades civiles bien establecidas y una actitud socialmente tolerante y de vive y deja vivir entre su gente.

Tras Alaska, estados como Florida y Texas tendrían los siguientes mejores argumentos para la secesión bajo el derecho internacional, ya que están ellos mismos en la costa y su secesión no interrumpiría carreteras, líneas de comunicación, oleoductos u otras redes de infraestructura de los demás estados.

Estados como Utah y Kentucky, siendo “enclaves” rodeados de tierra tendrían argumentos relativamente débiles. Por otro lado, sería relativamente fácil que estos estados se unieran a otros que se hubieran secesionado o estén en proceso de hacerlo y formar un mosaico de repúblicas independientes que desarrolle acuerdos para facilitar los viajes interestatales, el comercio, el transporte de agua, la transmisión de electricidad, etc.

El derecho de secesión en EEUU

El derecho de secesión en Estados Unidos se supone resuelto por el Tribunal Supremo de EEUU en White vs. Texas, tras la Guerra de Secesión. El asunto real a resolver era relativamente insignificante. El tribunal aprovechó la ocasión para emitir una sentencia muy amplia. El Juez Principal Chase, hablando en nombre de Tribunal, dijo:

La unión entre Texas y los demás estados fue tan completa, tan perpetua y tan indisoluble como la unión entre los Estados originales. No hay posibilidad de reconsideración o revocación, excepto a través de la revolución o el consentimiento de los Estados.

Adviertan que la segunda frase parece contradecir completamente a la primera.

La primera frase que acabo de citar invoca palabras como “perpetua” y hacerlo puede crear la impresión de que el Tribunal Supremo decretó que ningún estado podría nunca secesionarse de la Unión. Pero, en una lectura cuidadosa, la relación entre Texas y los demás estados de Unión es meramente “tan indisoluble como la unión entre los Estados originales”. En otras palabras, Texas, al haber sido una estado no original, no tiene un mayor derecho de secesión que los estados originales. Respecto de cómo podrían secesionarse los estados, la segunda frase dice “a través de la revolución o el consentimiento de los Estados”.

Respecto de por qué podría secesionarse un estado, ya sea mediante revolución o consentimiento, el Juez Principal Chase explica prescientemente las enmiendas Novena y Décima de la Constitución de EEUU, que reservan a los estados y por tanto al pueblo todos los poderes no otorgados expresamente al gobierno federal, y que el modelo de la Unión, implícito en el mismo nombre de “Estados Unidos” es la preservación de los estados así como de la Unión:

La preservación de los Estados y el mantenimiento de sus gobiernos, están tanto en el diseño y cuidado de la Constitución como la preservación de la Unión y el mantenimiento del gobierno nacional.

Los llamados Estados Unidos de América dejan de existir cuando la mayoría política del país intenta gobernar todo el país como una nación en lugar de cómo un gobierno federal. En esas circunstancias, la “indestructible unión de estados indestructibles” del que habla el Tribunal ya está disuelta.

Respecto de “Texas” continuaba siendo un estado y, además, como un estado de Estados Unidos durante el periodo de rebelión, el Tribunal dejaba claro que continuaba siendo ambas cosas aunque ciertos derechos que normalmente corresponden a los estados de Estados Unidos estuvieran en suspenso. Supuestamente, si Texas se hubiera secesionado “con el consentimiento de los Estados”, Texas habría podido librarse de la Unión descrita como “Estados Unidos” y podría haber considerado unirse a otra Unión descrita como los “Estados Confederados”.

También supuestamente, si los Estados Confederados de América hubieran sido capaces de imponer su voluntad a los demás estados de Estados Unidos a través de la fuerza o hubieran sido capaces de inducir los demás estados a consentirlo, Texas y los demás estados de los Estados Confederados podrían haberse secesionado de una Unión y haberse unido a otra. Pero los resultados de las guerras son problemáticos.

¿Cómo consienten “los estados” la secesión?

La explicación de amplio rango del Tribunal en White vs. Texas contiene un montón de comentarios intrigantes y obtusos. Por ejemplo, ¿cómo dan su consentimiento “los estados” a la secesión de un estado? La Constitución, como dice el Tribunal, no contempla tal cosa y no ofrece un proceso. ¿Qué pasa si los parlamentos de “los Estados” envían delegados a una convención que redacte una constitución para una unión más perfecta, que tendría efecto para aquellos estados que la ratificaran, siempre que al menos una mayoría de dos tercios de los mismos lo hiciera? Para quienes no hayan estudiado en casa, puede ser necesario apuntar que este fue el proceso a través del cual se creó la Constitución de 1789 y a través del cual once estados optaron por la secesión prevista por los Artículos de la Confederación, dejando a Rhode Island y Carolina del Norte como los dos únicos estados en esa unión previa. (Esos dos estados acabaron asimismo optando por la secesión de la unión previa, haciéndola nula, y se unieron a la nueva unión).

Aunque la Constitución de 1789 requería la secesión de 9 de 13 estados, ¿significa esto que sería necesaria una supermayoría de estados para el consentimiento? Me parece que esa supermayoría no sería necesaria, sino solo una mayoría simple, para una versión en EEUU de lo que se ha llamado la “revolución de terciopelo” en Checoslovaquia, actualmente República Checa y Eslovaquia. En ese país, la disolución no implicó nada más catastrófico que un puñado de contables recorriendo el país, totalizando el valor de los activos del gobierno nacional que caerían en poder de cada gobierno sucesor para determinar cómo atribuir justamente la deuda nacional a cada gobierno sucesor. Por supuesto, en ese caso, ambos gobiernos sucesores llegaron a ser miembros de la Unió n Europea, garantizando el libre flujo de bienes trabajo y capital entre ellos y los demás miembros de la UE, así como garantizando ciertas libertades civiles y procesos democráticos a las personas en cada una de las republicas sucesoras.

Viendo los mapas electorales de Estados Unidos de las recientes elecciones presidenciales, parece que los potencialmente estados rojos desafectos a una nación azul socialista en economía y liberal en lo social constituyen un bloque casi compacto y completo de la costa del sudeste al oeste de las Montañas Rocosas, más Alaska. Indiana y Ohio aparecen como los dos estados púrpura sobresaliendo en una por otra parte azul región de los Grandes Lagos.

New Hampshire es un estado púrpura en una Nueva Inglaterra profundamente azul (pero al ser un estado costero, no importaría mucho si no estuviera conectado por tierra con otros estados que se separaran). Por el contrario, Colorado y Nuevo México son dos estados azules o púrpuras en la región de las Montañas Rocosas que podrían acabar como enclaves de Vieja América entre las repúblicas independientes de Nueva América.

Por supuesto, una vez que quede claro que una mayoría de los estados (y en concreto aquéllos que son los más productivos) se están secesionando, los restantes estados de Vieja América tendrán que considerar sus opciones. ¿Querrían rescatar a las grandes empresas, los profesores sindicalizados de las escuelas públicas, los funcionarios municipales y el sindicato del automóvil y los estados en bancarrota de California y Nueva Jersey, entre otros, cuando la carga recaiga más duramente sobre ellos?

Un estado como Minnesota, con una sólida ética de trabajo, que tiende a votar demócrata en las elecciones presidenciales, podría pensar que le iría mejor en Nueva América que con los gorrones de Vieja América. Incluso Iowa, donde hoy en día entierran a los granjeros a solo tres pies de profundidad, para que puedan mantener su mano fuera, tendría que sopesar los pros de las subvenciones del etanol que reciben frente a los contras de los impuestos que tendrían que pagar para subvencionar a todos los demás. Posiblemente, una vez que empezara la carrera, el único “estado” que quedara en Vieja América sería el Distrito de Columbia.

 

 

Clifford F. Thies es el titular de la Cátedra Eldon R. Lindsay de Libre Empresa en la Universidad de Shenandoah en Winchester, Virginia.

Published Tue, Apr 19 2011 7:18 PM by euribe