¡La esfinge habla!

Por Robert P. Murphy. (Publicado el 29 de abril de 2011)

Traducido del inglés. El artículo original se encuentra aquí: http://mises.org/daily/5252.

 

La gran noticia financiera de esta semana fue la primera conferencia de prensa de la Reserva Federal. La prensa financiera y los bloggers ya han alabado cada silaba de Bernanke, pero hare algunas observaciones que no he visto en ningún otro lado.

¿Por qué nos importa lo que “Bernanco” tiene que decir?

En cierto modo, es absurdo que el mundo esté tan pendiente de las palabras de Ben Bernanke. Se ha equivocado literalmente en cada punto importante en la burbuja hipotecaria y posterior crisis. Entonces, ¿por qué deberían importarnos sus predicciones con respecto a la economía o sus recomendaciones sobre cómo salir del bache?

La respuesta, por supuesto, es que la Reserva Federal tiene el poder de destruir la economía mundial. La gente busca significado en cada punto y coma de Bernanke porque tal vez den alguna pista de la próxima jugada en la política de la Fed. El asombroso poder de la Fed nos ha hecho comportarnos a todos los demás como la familia aterrorizada que vive con ese niño espantoso de The Twilight Zone.

¿Precios estables = Inflación del 2%?

En homenaje a Orwell, los oficiales de la Fed continuamente se refieren a su meta de (aproximadamente) un 2% de inflación como “estabilidad de precios”. Hay que conceder que Bernanke (o los escritores de su discurso) hizo referencia directa a esta aparente contradicción. (Nótese que las citas en este artículo están marcadas en minutos con respecto a este video en YouTube de la conferencia de prensa) Aquí esta Bernanke en el minuto 4:20:

Entre el 1,7% y el 2% la tasa de inflación coherente con el mandato es mayor a cero por varias razones. Tal vez la más importante sea que tratar de mantener una inflación en cero incrementaría los riesgos de experimentar un periodo de deflación, o precios y salarios decrecientes, que a su vez podría llevar el desempleo por debajo del nivel mínimo sostenible para un periodo de tiempo extenso. Por tanto el objetivo de una inflación literalmente cero no es coherente con el doble mandato a la Reserva Federal.

El análisis de Bernanke es bastante convencional, la opinión típica entre la mayoría de los economistas es que precios descendientes son mucho peor que precios ascendientes. Aunque común, esta opinión tiene sorprendentemente poca base en la realidad.

Un argumento es que los precios decrecientes son malos por que activan un efecto de bola de nieve. Los consumidores esperan que los precios caigan y entonces posponen sus compras, causando que los precios caigan aún más. Pero eso puede también mostrar el problema con la inflación de precios: los consumidores esperan que los precios suban y por lo tanto aceleran sus compras, causando que los precios se eleven aun más. Con ese criterio no hay razón para preferir la inflación sobre la deflación, excepto por la (errónea) opinión de Keynes  de que” gastar” es bueno per se y es lo que mueve la economía.

Otro problema con el típico miedo a los precios descendientes es que vemos que su lógica falla en la industria de las computadoras. Cualquier comprador de computadoras sabe muy bien que si pospone su compra un año obtendrá una mejor computadora por el mismo precio. ¿Pero y qué? ¿Acabo de “probar” que la industria de las computadoras no se puede expandir porque nadie toma la iniciativa y hace la compra?

Históricamente ha habido largos periodos de tiempo en la historia de EEUU en que los precios y salarios permanecieron estables. Esta deflación de precios no llevo al desastre: fue consistente con un crecimiento económico real. La gente asocia la “deflación” con la terrible Gran Depresión, pero la mayoría no sabe que el índice de precios del consumo cayó constantemente (aunque mucho más suavemente) desde finales de 1925 a 1929 en medio de los salvajes 20, un periodo que no se asocia con un estancamiento económico.

Una vez que las expectativas de la gente se adaptaran a la nueva realidad, un sistema de dinero sólido que mantenga el poder adquisitivo promovería en realidad un mayor crecimiento económico. La gente podría hacer planes de negocios a largo plazo con confianza, y no tendrían que recurrir a diversas estrategias de cobertura para protegerse de devaluaciones.

Causalidad invertida

Aproximadamente al minuto 6:50 Bernanke dice “La caída proyectada del índice de desempleo es relativamente lenta debido, en gran medida a que el crecimiento económico está proyectado solo ligeramente por encima de la tendencia de crecimiento de la economía”.

Este tipo de declaración es típica y tampoco tiene sentido. Los economistas de la corriente principal hablan como si el “PIB” fuera una cosa externa que se expande o se contrae dependiendo de choques eléctricos del gobierno y el banco central, y si tan solo pudiera crecer lo suficientemente rápido impulsaría consigo al empleo.

En realidad se necesita trabajadores (y otros recursos) para producir cosas, no a la inversa. Si un terremoto mata a la mitad de los trabajadores, el PIB (real) va a caer en picado porque solo habrá la mitad de gente en las fábricas y oficinas.

En sentido contrario, si el gobierno dejara de interferir con la recuperación natural de los mercados tras la burbuja hipotecaria, entonces los precios y los salarios se ajustarían a sus niveles normales y las empresas empezarían a contratar otra vez. Entonces veríamos al PIB expandirse naturalmente.

En este contexto la declaración de Bernanke es análoga a que un meteorólogo declarara: “Esperamos que la tormenta de nieve termine para el sábado, porque estamos proyectando una disminución en la actividad de los quitanieves”.

No tenemos nada que temer más que a la propia inflación

Alrededor del minuto 9:50 Bernanke realizó una tautología disfrazada de sabiduría económica:

El incremento a corto plazo de la inflación no ha exhortado al comité a reforzar la política en esta coyuntura. Sin embargo es importante el punto de vista del comité respecto de la inflación que predice que las expectativas de inflación a largo plazo permanezcan estables. Si los hogares y las empresas siguen esperando que la inflación regrese a términos coherentes con el mandato a medio plazo, entonces los precios de alza de las materias primas probablemente no tendrán efectos secundarios, en los cuales la inflación tenga lugar en precios de productos fuera de las materias primas y los salarios nominales. Por lo tanto además de monitorear la propia inflación, el comité pondrá mucha atención en las expectativas de inflación y posibles indicadores de efectos secundarios.

Admito que estoy siendo un poco injusto con nuestro noble presidente Fed, pero esa declaración se puede traducir como “La inflación no se nos irá de las manos hasta que la gente se dé cuenta de que se nos fue de las manos. Pero la estamos vigilando y por ahora no está fuera de control, por lo tanto no esperamos que salga de control. Si la gente creyera que voy a hacer que esto nos explote en la cara, ya estaría despedido”.

No se preocupen, Bernanke tiene sus “herramientas”

En la conclusión de sus observaciones preparadas (en el minuto 11:00) Bernanke dijo:

El comité mantiene la confianza en que tiene las herramientas que necesita para reforzar la política monetaria cuando determine que las condiciones económicas ameriten ese paso. Y al elegir el plazo para comenzar la política de normalización, así como el ritmo de la normalización, consideraremos cuidadosamente ambas partes de nuestro doble mandato.

Ye he escrito anteriormente acerca de mi falta de confianza en Bernanke y sus herramientas. Específicamente, el problema es que se está basando en el análisis de curva de Phillips que creí estaba ampliamente desacreditado por la estanflación de la década de 1970 en Estados Unidos. Como el caso de Zimbabue ilustra recientemente, cuando el desempleo es de alrededor del 90% mientras la inflación de precios es también bastante alta, un país puede sufrir de inflación masiva a pesar de la “pobre utilización de recursos”.

No, no estoy sugiriendo que EEUU será como Zimbabue el próximo año. Pero Bernanke y compañía siguen actuando como si fuera a haber una señal obvia de cuándo cerrar el grifo monetario: por ejemplo, cuando la recuperación se acelere, caiga el desempleo y el “núcleo inflacionario” empiece a incrementarse.

¿Pero qué pasa si, digamos, el dólar y el mercado de valores caen, ambos más del 30% en una semana, el petróleo se dispara a 175$ el barril, el índice de precios del consumo se incrementa el 8% mensual mientras el desempleo sube al 12%? Hasta ahora ha estado hablando como si eso fuera imposible. Su respuesta (minuto 14:25) a una pregunta sobre eliminar la flexibilidad monetaria no se ocupó de este tipo de escenario de doble amenaza.

¿La Fed no puede controlar los precios de la gasolina?

Alrededor del minuto 18:05 un reportero del Wall Street Journal preguntó sobre los precios de la gasolina. Bernanke respondió que los precios ascendentes del petróleo eran impulsados por la demanda de los mercados emergentes y las interrupciones al suministro en puntos clave del Medio Oriente.

Es cierto, si observamos a una materia prima en particular (como el petróleo) será difícil desligar los efectos en las condiciones de mercado individuales de los efectos generales de la política monetaria.

Pero Bernanke tendría más problemas tratando de explicar por qué están incrementando los precios de todo tipo de materias primas, especialmente plata y oro, que tradicionalmente son barreras contra la depreciación monetaria. La siguiente grafica (de esta página) muestra un índice del precio del petróleo en términos de dólares americanos y gramos de oro.

Figure 1

Como indica la gráfica, desde finales de la década de 1940 hasta principios de la de 1980, el precio del petróleo medido en dólares o en gramos de oro se movía al mismo ritmo. Pero luego a partir de 1972 (poco después de que Nixon cerrara la ventanilla del oro) las dos líneas empezaros a divergir, aumentándose la brecha dramáticamente en años recientes. Aunque desgraciadamente la gráfica termina en diciembre del 2007, el patrón desde entonces ha sido básicamente el mismo: el petróleo se disparó más y cayó más fuerte en 2008, pero tanto el petróleo como el oro han subido tremendamente desde la llegada de los programas extraordinarios de Bernanke para “proveer liquidez”

Conclusión

Llámenme cínico o paranoico (o ambas cosas) pero trato de no exaltarme mucho con las declaraciones públicas de Ben Bernanke. No creo que los banqueros poderosos se hayan tomado las todas las molestias de establecer una estrategia de cartelización solo para darle las llaves a un profesor de Princeton.

Sin embargo siempre es entretenido analizar las justificaciones que presidente nominal de la Fed da a las políticas que causan ciclos de auge y caída y erosionan el poder adquisitivo del dólar.

Solo espero que Bernanke sea tan inteligente como sus dos predecesores y renuncie antes de que el mercado de valores caiga otra vez.

 

 

Robert Murphy es investigador adjunto del Instituto Mises, donde enseña en la Mises Academy. Gestiona el blog Free Advice y es autor de The Politically Incorrect Guide to Capitalism, Study Guide to Man, Economy, and State with Power and Market, Human Action Study Guide, The Politically Incorrect Guide to the Great Depression and the New Deal y su nuevo libro Lessons for the Young Economist.

Published Tue, May 10 2011 8:17 PM by euribe