La disonancia cognitiva de David Frum

Por D.W. MacKenzie. (Publicado el 30 de mayo de 2011)

Traducido del inglés. El artículo original se encuentra aquí http://mises.org/daily/5323.

 

David Frum acusó recientemente a los hayekianos modernos de no tener una respuesta política a la reciente crisis económica. De acuerdo con Frum, los keynesianos tienen las soluciones que quiere la gente, a saber: políticas activistas para restaurar la demanda y el empleo. Los hayekianos supuestamente claman contra el hombre de paja de la planificación central.

Hay dos problemas con el argumento de Frum. Primero, J.M. Keynes defendía la planificación central. Keynes era lo suficientemente listo como para evitar defender la micropkanificación de la industria moderna: inicialmente defendía una macroplanificación por parte de los banqueros centrales. Argumentaba originalmente que “el volumen actual de inversión no podría dejarse a salvo en manos privadas”. La solución original de Keynes para el ciclo económico era “¡no un tipo de interés más alto, sino un tipo de interés más bajo! Pues eso puede hacer que termine el llamado auge”. Quería que los banqueros centrales marcaran un rumbo en las depresiones caracterizadas por un gasto deficiente y los auges caracterizados por un optimismo excesivo, una situación que describía como un “cuasi-auge”.

En 1943, Keynes aceptó la propuesta de Abba Lerner de compensar los auges y declives mediante superávits y déficits fiscales, respectivamente. El consenso de posguerra entre keynesianos era que los banqueros centrales y legisladores podían utilizar la política fiscal y monetaria para un “ajuste fino de la economía”. Este tipo de planificación podría parecer menos ambicioso que la planificación centralizada al estilo soviético.

Sin embargo, Milton Friedman acabó con la idea de que las autoridades fiscales o monetarias puedan hacer un ajuste fino a la economía. La política fiscal y monetaria funciona, en el mejor de los casos, con demoras largas y variables. El hecho es que John McCain y Barack Obama estaban haciendo campaña durante la crisis de 2008. El plan de Obama de estímulo fiscal se implantó a mediados de 2009, cuando había empezado una débil recuperación. El plan de Obama solo podía haber tenido un impacto real en 2010, si es que la política de Lerner funciona realmente. ¿Puede Frum aportar evidencias estadísticas de una recuperación acelerada en 2010? ¿Realmente “el pueblo” ha conseguido lo que quería del estímulo fiscal o monetario?

Segundo y más importante, la crítica de Hayek de la planificación central es pertinente en el debate. Frum no entiende que los auges económicos son el producto de una descoordinación de planes a gran escala en “la economía”. Los bajos tipos de interés llevan a las empresas a planificar inversiones a largo plazo, dirigidas a satisfacer el consumo a más largo plazo. Los bajos tipos de interés llevan a la gente en su casa a aumentar el gasto en consumo a corto plazo, a costa del ahorro y el gasto en consumo a plazo más largo. Estos planes de empresas y hogares son evidentemente inconsistentes.

Frum sí dice algo políticamente legítimo. La mayoría de los estadounidenses se sienten preocupados por el desempleo real y potencial y muchos han dirigido su vista a los políticos en busca de soluciones. Lo que Frum no comprende es que la planificación macro centralizada keynesiana por parte de los políticos de la que es partidario dificulta seriamente la planificación hayekiana descentralizada de las empresas, de la que también es explícitamente partidario.

Keynes mantenía una visión internamente coherente del capitalismo. Creía que las empresas y familias siempre hacían que se cruzaran de todas formas sus señales. Por tanto la afirmación de Hayek de que la macroplanificación exacerbaba los ciclos económicos parecería ser una conclusión irrelevante para Keynes. Frum apoya simultáneamente el orden espontáneo hayekiano y la macroplanificación keynesiana. Así, ha malinterpretado a Hayek y a Keynes. La planificación de la economía privada no puede a la vez tender hacia una mayor coordinación como la concebía Hayek y ser asimismo inherentemente propensa a periodos de descoordinación de planes a gran escala como esperaba Keynes.

Frum escribe que las objeciones a Keynes “en su mayor parte tienen que ver con el largo plazo que él desdeñaba”. ¿Se refiere a las crecientes preocupaciones sobre la deuda a largo plazo? Tal vez, y la carga de la deuda es una preocupación real. Sin embargo, la capacidad de ocuparse de las deudas a largo plazo depende de volver a métodos eficientes de microplanificación en el sector privado, no a una macroplanificación efectiva por parte de políticos o autoridades centrales no elegidas.

Frum no interpreta la aproximación hayekiana como una “política” o solución viable al descontento por las condiciones económicas. Sin embargo, las políticas empresariales hacia la expansión industrial y la captura de una porción del mercado, aunque dirigidas al beneficio privado, sí proveen bienes y buenas oportunidades de empleo a la gente y esta aproximación sí funciona, siempre que los cargos públicos adopten políticas de laissez faire. La insistencia de Frum en que los hayekianos no tienen respuestas a la crisis reciente simplemente desvía la atención de las soluciones eficaces: las que se ocupan de las causas profundas de los ciclos económicos.

 

 

D. W. MacKenzie enseña economía en la Ohio Northern University.

Published Mon, May 30 2011 9:04 PM by euribe