Cómo pueden hacer dinero los fotógrafos sin derechos de autor

Por Lorin Partain. (Publicado el 15 de junio de 2011)

Traducido del inglés. El artículo original se encuentra aquí: http://mises.org/daily/5371.

[Eyesometry (2011)]     

 

A principio del proceso de crear Eyesometry, mi compañía fotográfica, hice muchas lecturas sobre diversos temas relacionados con la fotografía. Un libro que leí sobre las prácticas de negocio para fotógrafos tenía un capítulo inusual sobre derechos de autor. No era inusual por su defensa de los derechos de autor: la mayoría de los fotógrafos están a favor. Pero lo que me llamó la atención fue la confesión honrada por parte de este autor de lo que realmente son los derechos de autor. Los derechos de autor, escribía, son un monopolio otorgado por el gobierno.

Nunca he visto un autor a favor de los derechos de autor admitir realmente de una forma tan honesta lo que están apoyando, Aprecié la honradez del autor; sin embargo, mientras empezaba a preguntarme si apoyo también que el gobierno otorgue a otros el “derecho” a un monopolio, me di cuenta de que no, aun cuando eso significara que podría beneficiarme financieramente de dicho monopolio. En esencia, los derechos de autor son una forma de proteccionismo. Utilizan la fuerza del gobierno para restringir los derechos de otros a actuar pacíficamente cuando no hacen nada que dañe a nadie más. Una retención de un derecho de autor sobre algo que sea reproducible es un medio de controlar las acciones de algún otro sobre sí mismo y su propiedad.

La pregunta es ¿por qué? ¿Cuál es la falta de honradez en un acto tal que hace que sea un delito? ¿Por qué reproducir y vender una copia de La sirenita de Hans Christian Andersen es legal y reproducir una obra de alguien con derechos de autor no lo es? Puedes acabar en prisión.

La respuesta está en el hecho de que los derechos de autor protegen los beneficios de quienes producen dichos trabajos. Realmente protegen los beneficios que de otra forma no percibirían. No lo entiendan mal: estoy completamente a favor de los beneficios, de hecho, soy un capitalista irredento, pero también soy honrado. Los beneficios obtenidos por leyes del gobierno tienen poco que ver con el capitalismo y más con el proteccionismo. El proteccionismo es una forma de extraer por medio de la fuerza del gobierno más beneficios de los que se habrían obtenido de una forma libre. La gente honrada, en mi opinión, no puede aceptar un régimen así.

Esto tiene implicaciones directas en el negocio de la fotografía, ya que las fotografías, especialmente en la era digital, son extremadamente reproducibles. Muchos fotógrafos han lamentado este hecho y por consiguiente han estado lentos en adoptar la fotografía digital; sin embargo, en mi opinión, es una gran ventaja, como explicaré luego.

Por ahora quiero seguir con el tema de los derechos de autor y por si no se ha dado cuenta hasta ahora, déjeme que se lo aclare: no apoyo las leyes de derechos de autor ni siquiera para mis propios productos y negocio. Explicaré aquí en breve mi postura, pero hay una buena cantidad de trabajos para leer más si usted está interesado.

Cambios de asunto y veamos si esto ayuda  a aclarar las cosas. Supongamos por un momento que vendo lápices en lugar de fotografías. Usted acude a mí y me pide una docena de lápices, que le vendo pero luego que indico que de acuerdo con la ley no puede usar esos lápices los martes o cualquier otro día u hora que yo determine. En otras palabras, le vendo algo y luego le digo lo que puede hacer lo que no con lo que es evidentemente su propiedad.

Después de la compraventa, ¿son los lápices propiedad suya o siguen siendo míos en parte? Bajo dicha ley, el vendedor de la propiedad “retiene algunos derechos” o “se reserva derechos” sobre la propiedad. No hago esto por acuerdo voluntario pidiéndole que me firme un contrato y acordando esos términos, sino por decreto del gobierno, una ley que de hecho puedo haber cabildeado pues como tal me resulta financieramente beneficiosa.

Tal vez limitando su uso de lapiceros pueda venderle más lápices que estén “autorizados” para su uso en los días de prohibición. Un plan así es evidentemente deshonesto cuando se describe en estos términos pero no cuando hablamos de restricciones similares en términos de derechos de autor. La razón para ello es que nos vemos condicionados por una larga tradición de derechos de autor a pensar que es perfectamente correcto y una simple práctica empresarial normal. Sin embargo, una nueva generación, que ha crecido con tecnologías que permiten el fácil flujo libre de información, está empezando a cuestionar el status quo, y correctamente bajo mi punto de vista.

Así que para Eyesometry, la empresa, tenemos un problema a superar a causa de cómo funciona la ley de derechos de autor. Aunque tengamos que reclamar un derecho de autor para poder aplicarlo ante un tribunal, los derechos de autor persisten en cuanto un fotógrafo profesional toma una foto. Hay aquí un área difusa acerca de cómo aplicarlos y todo se convierte en muy indefendible.

El sistema actual de licencias que es el usado comúnmente por los poseedores de derechos de autor ofrece una buena solución sin ninguna necesidad de campañas, cartas a congresistas o cabildeo. Resulta que un poseedor de derechos de autor puede renunciar voluntariamente a éstos a través de una licencia. Aunque es raro encontrar esa generosa licencia (la mayoría de las licencias son bastante restrictivas) el poseedor de derechos de autor puede escribir cualquier licencia que prefiera o puede usar un patrón de licencia existente.

Por suerte para todos existe tal patrón de licencia que ya ha establecido un precedente legal y se usa comúnmente a varias áreas. Las licencias Creative Commons nos ofrecen una opción legal establecida de licencias que da unos permisos tan generosos que anulan en la práctica las provisiones de los derechos de autor. Podría haber hecho que un abogado escribiera una licencia a medida, pero ayuda ser inmediatamente capaces de acceder a un patrón de licencia que tenga un registro y pueda adaptarse a nuestros usos.

¿Qué significa todo esto para el cliente? Digamos, por ejemplo, que usted ha contratado a Eyesometry para fotografiar su boda. Parte de lo que ofrecemos a los clientes son ficheros digitales que pueden descargarse de un sitio web. Puede obtener varios tamaños hasta una resolución completa. Cada fichero de imagen viene con una licencia Creative Commons cuando lo compran que les da permiso para hacer copias de ese fichero y compartirlas con quien quiera. Eso es lo que hace la licencia CC, es un permiso para compartir o copiar y eso es lo que restringen los derechos de autor.

Realmente la única restricción es se atribuya al creador original, en este caso Eyesometry, pero en cualquier otro caso si alguien pide una copia ese fichero que descargó, usted es libre de dársela. La razón por la que he seguido esta postura es sencilla: si usted me compra un producto, le pertenece a usted y es de su propiedad. No puedo luego darme la vuelta y decirle directamente lo que puede o no hacer con su propiedad, como tratan de hacer los derechos de autor.

Esos fotógrafos que aplican furibundamente sus derechos de autor están en el bando equivocado en este tema y mi opinión es que es una batalla perdida. La realidad es que sus clientes están copiando de todas formas y sin pensarlo. ¿Por qué no dar sencillamente a tus clientes la licencia que hace que todo sea legal? Aceptemos lo inevitable aunque no nos guste y volvamos a hacer buenas fotos.

Creo que hará falta un cambio de actitud por parte de muchos en este sector, pero que podemos acabar eliminado los derechos de autor y las cosas irán mejor. Debemos dejar atrás la coacción del proteccionismo y seguir el espíritu de la caridad.

 

 

Lorin Partain es fotógrafo profesional especializado en fotos de familias y bodas. Es asimismo el autor de Eyesometry, disponible para el Kindle de Amazon.

Este artículo se adaptó de “Liberty”, un capítulo en Eyesometry (2011).

 

Published Thu, Jun 16 2011 8:27 PM by euribe