Elogio de los libros viejos

Por Daniel James Sanchez. (Publicado el 21 de julio de 2011)

Traducido del inglés. El artículo original se encuentra aquí: http://mises.org/daily/5470.

 

Compré recientemente el nuevo modelo de libro electrónico Nook de Barnes and Noble. Hice una crítica del Nook antiguo aquí y aquí). Es un cacharro muy nuevo, pero ahora está lleno, casi exclusivamente, con libros muy viejos.

Un artículo reciente en el New York Times argumentaba que el movimiento del tea-party está, en cierta medida, inspirado por “textos de hace mucho tiempo” e “ideas aletargadas desde hace mucho tiempo”. En la medida en que esto es cierto, probablemente solo cierto para cualquier hilo de liberalismo clásico que aún exista en el movimiento. Dudo que los miembros del tea-party que escuchan a Mark Levin estén estudiando concienzudamente las fuentes originales de sus doctrinas neoconservadoras (los escritos de Bill Buckley y similares). y en todo caso, el neoconservadurismo casi indudablemente no ha estado aletargado “desde hace mucho tiempo”.

Nunca ha habido un mejor momento para ser un estudiante investigador de la larga tradición liberal. La mayoría de las obras modernas escritas por miembros del Instituto Mises están disponibles en línea gratis. Y tanto el Instituto Mises como el Liberty Fund han estado construyendo enormes bibliotecas digitales, insuflando nueva vida a clásicos viejos y antes oscuros.

BK Marcus y su equipo han estado haciendo un trabajo heroico digitalizando las obras de la “Vieja derecha” (Garett, Nock, Hazlitt, Rothbard et al.), Mises y los primeros misesianos (Haberler, Hayek, Robbins, Machlup et al.), primeros austriacos (Wicksteed, Wicksell, Clark et al.), preaustriacos de la “tradición continental” (Cantillon, Turgot, Say, de Tracy, Bastiat et al.) y más. Todos los días en Mises.org se convierte un texto clásico al formato ePub, que es ideal para los lectores de libros electrónicos. , muy recientemente, la sección de libros de Mises.org es mucho más fácil de navegar ahora que tiene enlaces alfabéticos encima sus página de autores. Ver también el artículo de Jeffrey Tucker “Los textos muertos remontan el vuelo”.

La Online Library of Liberty del Liberty Fund tiene una magnífica colección de clásicos, particularmente en la tradición liberal británica, incluyendo pensadores de la ilustración escocesa (Ferguson, Hume, Smith et al.), economistas de la escuela clásica (Ricardo, Senior et al.), juristas ingleses (Blackstone, Coke, Maine et al.) y pensadores políticos ingleses (Bentham, James Mill, John Stuart Mill, Cobden, Trenchard et al.). Muchos de estos escritores británicos no han gozado del favor de los rothbardianos, pero hay mucho aprendizaje y estímulo a obtener de estos titánicos pensadores de épocas pasadas.

La Online Library of Liberty también tiene una extensa colección de clásicos occidentales en general. En sus estanterías digitales podemos encontrar literatura con la que, en su momento, todo hombre educado estaba íntimamente familiarizado: Homero, Esquilo,  Aristóteles, Virgilio, Horacio, Tácito, Cicerón, San Ambrosio, San Agustín, Santo Tomás, Dante, Petrarca, Erasmo, Spinoza, Donne, Bacon, Milton, Pope et al. Obras como éstas parecen tener poco que ver con el liberalismo en sí. Aún así este tipo de creaciones es también atrayente para la tradición liberal. Significa que hay esperanza para la mente moderna.

Verán, la mente moderna ha sido desecada y atrofiada por el estado. La educación dominada por el estado es tan inepta que la mayoría de niños y niñas adquieren una completa aversión de por vida a la lectura, tal que no leen ningún libro fuera de la escuela. Y casi todos los que sí leen, no leen libros con fundamento.

No solo ha caído el entusiasmo lector, sino también la comprensión lectora. Herodoto y Tito Livio solían ser lecturas de escolares. Ahora incluso muchos estudiantes universitarios tienen problemas para analizar sintácticamente estos escritores claros y directos, y mucho menos para retos como Tucídides y Polibio.

Vivimos ahora en una especie de edad oscura artificial. Los “bárbaros” responsables de esta edad oscura no queman nuestras bibliotecas. En su lugar, queman nuestras mentes y nuestra curiosidad, empezando por la revolución educativa progresista, que empezó en el siglo XIX y culminó a principios del siglo XX.

Para los menguantes pocos que sí leen libros que tratan ideas importantes, la situación no es mucho mejor (tal vez peor), porque la mayoría de estos libros son basura, tanto en términos de estilo como de contenido. Esto también se debe a la educación dominada por el estado. Como dicen: si entra basura, sale basura.

Ha habido una marcada degradación en todas las formas de producción literaria durante los siglos XX y XXI. Podemos verlo en los escritos posteriores a la Primera Guerra Mundial y empeoró mucho más tras la Segunda Guerra Mundial. Tomemos por ejemplo la escritura de correspondencia. Veamos el documental de Ken Burn, Civil War, y prestemos atención a las cartas escritas por los soldados. La escritura de un soldado de infantería de la Guerra de Secesión sin estudios universitarios tenía más gracia e inteligencia de que encontramos en casi cualquier cosa escrita por un licenciado universitario de hoy en día.

Libros de texto, enciclopedias, periodismo, educación popular, educación académica, obras de teatro, novelas, memorias y libros de viajes, todos han sufrido. Y la mayoría de lo escrito está impregnado con las ideas de un campo de entrenamiento de la socialdemocracia en el mejor de los casos (y de un campo de entrenamiento de marxismo cultural en el peor). Y luego está la minoría de literatura impregnada de conservadurismo moderno, que es de calidad aún más pobre.

Pero ahora es posible eludir la escoria que son las letras modernas. Es posible educar a nuestros niños en casa (y reeducarnos) utilizando viejos libros, disponibles gratis en línea en sitios como los indicados antes, así como eBooks@Adelaide, Project Gutenberg y Archive.org. Cualquier cosa escrita por alguien educado antes de 1914 es preferible.

En lugar de leer la última novela denostando la supuesta hipocresía y vacío de trabajo burgués y el hogar suburbano, podemos leer las obras maestras de la ficción francesa del siglo XIX. En lugar de aprender acerca de la historia de Inglaterra de viejos profesores como Simon Schama, podemos ir directamente a Hume y Macaulay. En lugar de estudiar la identidad y la alienación en las antiguas Grecia y Roma, podemos ir directamente a Gibbon, Grote y Mommsen. El lugar de leer algo seco y sin inspiración como la Historia del Antiguo Egipto de Nicolas Grimal, podemos leer la prosa urbana y deliciosa de Rawlinson. Y en lugar de leer obras modernas de referencia llenas de corrección política, podemos leer la Enciclopedia Británica de 1911 (como sitio web o en libro electrónico). Podemos llenar un Kindle, Nook o Sony Reader con miles y miles de magníficas cosas viejas. Sí, alguna información en esas viejas obras estará obsoleta. Pero esos casos son muchos menos y fáciles de corregir con recursos suplementarios, de lo que son todos los ejemplos de mal razonamiento, ideas superficiales, estilo espantoso e inclinación políticamente correcta que tenemos que soportar en la escritura moderna.

Viejos libros más nueva tecnología pueden hacer del liberalismo de los tiempos modernos el movimiento más refrescante e interesante de los alrededores, dando a la persona reflexiva una bienvenida alternativa al petulante y retrógrado intelectualismo de la izquierda y al orgulloso anti-intelectualismo de la derecha.

 

 

Daniel James Sanchez es el administrador de la Academia Mises y moderador principal de los Foros de la Comunidad Mises. Escribe en el blog de Economía de Mises.org y mantiene su propio blog, Summa Anthropica. Hágase amigo suyo en Facebook.

Published Thu, Jul 21 2011 8:26 PM by euribe