Política de la Fed y precios de los activos

Por Robert P. Murphy. (Publicado el 26 de octubre de 2011)

Traducido del inglés. El artículo original se encuentra aquí: http://mises.org/daily/5777.

 

Recientemente, Ben Bernanke causó un revuelo cuando sugirió que, en el futuro, la Fed debería desempeñar un papel en combatir las burbujas de los activos. Aunque estas ideas concretas sean como pedir a Al Capone que combata el crimen organizado, la sugerencia de Bernanke sí implica un genuino debate entre los economistas académicos: Cuando evaluamos la rigidez u holgura de la política monetaria, ¿deberíamos centrarnos exclusivamente en los precios del consumo en el periodo actual o deberíamos también mirar al impacto del banco central en los precios de los activos?

Lo austriacos siempre han advertido que centrarse exclusivamente en los precios del consumo podría llevar al desastre. Por ejemplo, durante la década de 1920, el IPC oficial y otros índices de precios fueron bastante estables, llevando a Irving Fisher y otros economistas mainstream a dar un enorme respaldo a la Reserva Federal del momento por mantener el poder adquisitivo del dólar. Aún así, los austriacos sabían que la expansión monetaria de la Fed (aunque no se mostrara en aumentos agudos del IPC) estaba llevando a la economía al crash. Desde esta perspectiva, el enorme auge y luego el colapso del mercado bursátil a finales de la década de 1920 no sorprendió a los austriacos.

Por la misma razón, durante los años de la burbuja inmobiliaria e incluso desde la crisis de 2008, muchos austriacos han advertido de que las políticas de la Fed estaban distorsionando la economía de formas que no se apreciaban en el IPC oficial.

En el presente artículo, resumiré alguna de la literatura mainstream clave sobre el caso teórico y práctico de incluir precios de los activos en una medición de la “inflación” (que es como llaman estos economistas a la “subida de precios”. Como veremos, no es una obsesión oscura y extravagante, sino realmente algo bastante defendible, incluso pajo parámetros neoclásicos.

La razón teórica para incluir los precios de los activos

En la literatura mainstream, el trabajo seminal esta área es un escrito de 1973 de los gigantes de UCLA, Armen Alchian y Benjamin Klein, titulado “On a Correct Measure of Inflation”. Yendo al grano, dicen al empezar: “El análisis de este escrito basa un índice de precios en la tradición de Fisher de una definición adecuada del consumo intertemporal y lleva a la conclusión de que un índice de precios utilizado para medir la inflación debe incluir los precios de los activos”.

Alchian y Klein advierten de que los “índices y análisis inapropiados que dominan la literatura popular han demostrado por tanto que generan errores significativos en investigación, teoría y política monetarias”.

El escrito de Alchian y Klein es bastante técnico, incluyendo funciones y cálculos matemáticos de utilidad. Aún así, su lógica económica es sólida desde una perspectiva austriaca. Un individuo forma un plan de acción incluyendo sus pertenencias de riqueza, para proveer flujo de servicios de consumo presentes y futuros. Si estamos tratando de determinar si los bancos centrales están causando un aumento en el “coste de la vida”, sería absurdo, dicen Alchian y Klein, centrarse sencillamente en los precios actuales de los bienes de consumo. Deberíamos también incluir los precios actuales de peticiones de compra de flujos de consumo futuros.

En un mundo teórico de perfecta certidumbre y sin costes de transacción, la gente podría entrar en mercados dedicados a los distintos servicios de consumo desde hoy hasta su muerte. Por ejemplo, Joe Smith podría ver cuántos dólares tendría que pagar hoy para que un propietario le alquile un piso el mes de julio de 2025. Si la Fed imprimiera un montón de nuevo dinero e hiciera que subiera este precio en concreto, entonces el “coste de la vida” habría aumentado, porque parte de su “vida” hoy incluye sus planes de alojamiento futuro. (Por la misa razón, quien contrate a Joe Smith podría tener que acordar darle más dinero hoy para contratar los servicios laborales de Joe Smith en el mes de julio de 2025. Este aumento en la renta laboral nominal ayudaría a Joe Smith a capear el mayor coste de la vida).

Por supuesto, el mundo real apenas es como el modelo teórico que acabamos de describir. En la práctica, la gente no vende hoy sus servicios laborales por el resto de su carrera y no cierra hoy sus compras de consumo para el resto de su vida. En realidad, reconocen Alchian y Klein, la gente hoy se prepara para el consumo futuro invirtiendo en distintos tipos de activos. Por esto una medición correcta del “coste de la vida” debe incluir los precios de los activos.

Por dar un ejemplo sencillo (éste es mío, no de Alchian y Klein), consideremos el flujo de los servicios de alojamiento. En un mundo de certidumbre perfecta y “mercados completos”, una persona sería capaz de pagar el total a un arrendador para alquilar un piso durante los próximos 20 años. Pero en la práctica, quien desee hacer esto es mucho más probable que lo compre directamente. Así que podemos ver que un aumento súbito en los precios inmobiliarios (incluso se los precios actuales de alquiler aumentan solo moderadamente) puede indicar un mayor “coste de la vida” y ser por tanto una señal de advertencia de que el banco central esta realizando una política monetaria laxa.

La razón práctica para incluir los precios de los activos

Charles Goodhart ha redactado un escrito de 2001 afirmando que los argumentos teóricos de Alchian y Klein nunca se han rebatido, ¡aunque curiosamente sí cita a Bernanke y Gertler (2000) por sus recelos prácticos! Goodhart utiliza diversos argumentos para demostrar que puede ser bastante práctico incluir activos en la medición de la inflación (de precios) a pesar de las críticas. Sin embargo, los detalles son un poco retorcidos y yo recomendaría a los lectores interesados que examinen directamente el escrito de Goodhart.

Para nuestro porpósito, mucho más interesante es la observación del austro-libertario Gerald O’Driscoll en un escrito de 2008:

Después de las crisis bancarias en las décadas de 1980 y 1990, la garantía de depósitos se puso bajo una base sensata y se mitigó esa fuente de riesgo moral. En su lugar, la política monetaria se ha convertido en una fuente de riesgo moral. Al actuar para compensar los efectos económicos de los precios a la baja de los activos, la Reserva Federal ha llegado a verse como suscriptora de inversiones de riesgo. Los pronunciamientos políticos por parte de altos cargos de la Fed han reforzado esa percepción. Estas acciones y pronunciamientos se refuerzan mutuamente y destruyen la operación de los mercados financieros. La actual crisis financiera empezó en el mercado de la vivienda subprime y luego se extendió a través de los mercados del crédito. La nueva política de la Fed alimentó el auge inmobiliario. Al rechazar aceptar la responsabilidad de la burbuja inmobiliaria, las acciones recientes de la Fed probablemente alimenten una nueva burbuja de activos.

O’Driscoll ha puesto aquí el dedo en la llaga sobre la gran inconsistencia de la línea oficial de la Fed. Hasta la reciente reconsideración de Bernanke, la Fed ha negado que su tarea sea preocuparse por las burbujas de activos. Alan Greenspan declaró que era imposible para la Fed reconocer una burbuja de activos en tiempo real (mientras que su sucesor, Bernanke, siempre ha estado más inseguro respecto del tema).

Aún así, aquí está la contradicción: Además de no querer interferir en los mercados reventando burbujas de activos, Greenspan también tenía su famosa política del “put de Greenspan”. En otras palabras, Greenspan veía como tarea de la Fed intervenir con dinero fácil cuando se venían abajo los precios de los activos, pero no implantar un dinero difícil cuando subían los precios de los activos.

Conclusión

Los economistas austriacos han reconocido desde hace tiempo que la economía es mucho más compleja de lo que reflejan los modelos sencillos, lo que significa que la confianza en un índice sencillo de precios como el IPC puede resultar muy mal intérprete a la hora de evaluar la política monetaria. Ésta es un área en la que el “sentido común” de los austriacos se iguala a los modelos formales neoclásicos.

Incluso un índice teóricamente perfecto de la inflación de precios incluiría los activos, lo que significa que la burbuja inmobiliaria (y nuestra actual burbuja en la deuda pública) pueden atribuirse a las políticas de dinero fácil de Bernanke y los banqueros centrales equivalentes.

 

 

Robert Murphy es investigador adjunto del Instituto Mises, donde enseña en la Mises Academy. Gestiona el blog Free Advice y es autor de The Politically Incorrect Guide to Capitalism, Study Guide to Man, Economy, and State with Power and Market, Human Action Study Guide, The Politically Incorrect Guide to the Great Depression and the New Deal y su nuevo libro Lessons for the Young Economist

Published Thu, Oct 27 2011 8:59 PM by euribe