¿“Arreglará” la Eurozona el último plan?

Por Frank Shostak. (Publicado el 2 de noviembre de 2011)

Traducido del inglés. El artículo original se encuentra aquí: http://mises.org/daily/5798.

 

El pasado jueves, 27 de octubre, los líderes europeos llegaron al acuerdo de que lo0s bancos de la Eurozona asumieran un pérdida del 50% del valor facial de su deuda griega. Los líderes también establecieron un plan para obligar a los bancos a aumentar su capital para aislarlos de potenciales impagos de deuda soberana.

Los bancos deben llegar al 9% en reservas de capital el 30 de junio de 2012. Se estima que las necesidades de capital de los bancos sean de 106.000 millones de euros.

Los políticos de la Eurozona también han acordado expandir el fondo de rescate de emergencia de 1,4 billones de dólares desde los 610.000 millones, sugiriendo que podría garantizar los alrededor de 1,4 billones de dólares en bonos emitidos por países como España e Italia. ¿Pero servirá este nuevo plan como plataforma para un crecimiento económico sano en la Eurozona?

Creemos que lo que se necesita para establecer una plataforma para un crecimiento económico sano es aumentar el nivel de capital en la economía en general, no solo en el sector bancario. La fuente clave para aumentar el capital en la economía es una existencia del ahorro real en expansión.

Aunque no es posible cuantificar esta existencia, pueden determinarse los factores que la socavan. Sostenemos que un factor importante que subyace esta crisis actual de la Eurozona son las políticas monetarias laxas pasadas y presentes.

Por ejemplo, después de establecerla en el 7% en julio de 2007, la tasa anual de crecimiento del balance (inyección monetaria) del BCE saltó al 53% en enero de 2009. En respuesta a esta tasa de crecimiento anual de la Eurozona, la AMS subió el 0,3% en julio de 2008 al 15,8% en agosto de 2009. También el tipo de interés del BCE se rebajó del 4,25% en septiembre de 2008 al 1% en mayo de 2009. Se mantuvo al 1% hasta marzo de  2011.

Sostenemos que esta postura laxa en moneda y tipo de interés ha contribuido una muy mala asignación del ahorro real en un entorno ya distorsionado creado por políticas temerarias previas. En lugar de emplearse para generar riqueza real y alimentar así la base de capital, los ahorros reales se han desperdiciado en diversas actividades de burbuja que han aparecido a la espalda de esas políticas laxas.

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Los grandes desembolsos públicos y la consiguiente gran deuda como porcentaje del PIB son otros factores tras el daño infligido a las existencias de ahorro real, que a su vez ha debilitado el proceso de formación de capital. Así, en Alemania la deuda pública en porcentaje de PIB llegó al 83% en 2010, frente al 74% en 2009. En Francia el porcentaje llegó al 82% el pasado año frente al 79% en 2009. En países como Grecia e Italia, el porcentaje muestra una tendencia alcista. El porcentaje de deuda respecto del PIB llegó en Grecia al 160% en 2011, frente al 130% en 2009. En Italia la cifra llegó al 120, frente al 116%.

Figure 2

Entretanto, el BCE informó el 6 de octubre que el endurecimiento en los patrones de crédito de los bancos de la Eurozona aumentó significativamente en el tercer trimestre. El 16% de los bancos dijeron que habían endurecido las condiciones de préstamo, comparados con un 2% en el segundo trimestre.

Además, de acuerdo con una encuesta de Bloomberg, los bancos en la Eurozona han anunciado que recortarán más de 775.000 millones de euros de sus balances en los próximos dos años para alcanzar el requisito del 9% en capital. Algunos expertos opinan que el desapalancamiento bancario podría llegar a los 5 billones de euros en los próximos tres a cinco años.

Los políticos y la mayoría de los economistas mainstream preferirían, sin embargo, que la recapitalización de los bancos tuviera lugar sin un proceso de desapalancamiento, que consideran malo para la economía.

Por qué el pensamiento popular se opone al desapalancamiento

La visión popular de por qué el desapalancamiento es malo para la economía puede explicarse con el siguiente ejemplo.

Tomemos por ejemplo la empresa X, que tiene un patrimonio neto de 200$. La empresa pide prestados 800$ y compra un activo que vale 1.000$. En este ejemplo, podemos decir que la empresa X tiene un apalancamiento de 5. Es como decir que el patrimonio de 200$ representa 1/5 del activo de 1.000$. Si el valor del activo cae un 10%, es decir, a 900$, dada la deuda de 800$, implica una caída en el patrimonio neto a 100$, o 1/9 del activo de 900$, aumentando el apalancamiento de 5 a 9 y haciendo menos solvente a la empresa X.

Supongamos ahora que la empresa X ha decidido desapalancarse y rebajar su apalancamiento de vuelta a 5 (al hacerlo, el empresa se hará más solvente). Para conseguir este objetivo, la empresa X vende activos por 400$ y reduce su deuda a 400$. Por consiguiente, la empresa X tendrá ahora 500$ en activos, 100$ en patrimonio y 400$ en deuda: el apalancamiento es de nuevo de 5. Pero si muchas empresas intentan rebajar su apalancamiento, hay un riesgo de que baje el valor de los activos. Si, por ejemplo, el valor de los activos de la empresa X disminuye un 10% hasta 450$, entonces, dado el valor de la deuda de 400$, el patrimonio neto cae a 50$, lo que implica que el apalancamiento vuelve a 9.

A partir de esto podemos concluir que una presión sobre los bancos europeos para reforzar su capital podría forzarles a recortar activos. Sin embargo, al recortar los préstamos (recortando sus activos) los bancos están forzando a distintos prestatarios a vender sus activos para prevenir la insolvencia. Por consiguiente, esto pone en marcha una deflación en el precio de los activos. Esto a su vez rebaja el colateral del prestatario y hace que los bancos reduzcan más sus préstamos, etc.

De esto se sigue que si todas las instituciones financieras están haciendo lo mismo (tratando de arreglar sus balances), los precios de los activos podrían bajar, lo que para una deuda concreta disminuiría su valor neto y aumentaría su apalancamiento, haciéndolas más insolventes. Ésta es la paradoja del desapalancamiento. Si este proceso no se ataja a tiempo podría llevar a una contracción de la liquidez y dañar seriamente la economía real, eso es lo que se dice.

Esto significa que cualquier efecto colateral del desapalancamiento, como una contracción del crédito y una depresión económica debería ser agresivamente contrarrestado por las autoridades por medio de políticas monetarias laxas.

¿Es el desapalancamiento realmente malo para la economía?

¿Es verdad que si todos los bancos fueran a intentar “arreglar” su balance, el resultado colectivo sería desastroso para la economía real? Por el contrario, ajustando sus balances para reflejar las condiciones reales, los bancos pondrían los cimientos para una recuperación económica sostenida. Después de todo, al recortar sus préstamos, los bancos probablemente recorten también la expansión del crédito “creado de la nada”. Es este tipo de crédito el que debilita a los generadores de riqueza y por tanto lleva al empobrecimiento económico.

Al contrario que los defensores de la “paradoja del desapalancamiento”, solo podemos concluir que si todos los bancos trataran de arreglar su balance y en el proceso se recortara la creación de crédito de la nada, esto sería el cimiento para una sana recuperación económica.

Creemos que la contracción en la Eurozona ocurrirá no como resultado del desapalancamiento como tal, sino por el daño infligido en el proceso de formación de capital por las políticas laxas monetarias y fiscales pasadas y presentes.

El desapalancamiento es solo un síntoma de la capacidad disminuida de la economía para generar capital. De ahí que cualquier intento de arreglar el síntoma solo vaya a hacer mucho peores las cosas. (Advirtamos de nuevo que en este sentido el desapalancamiento es una buena noticia para el proceso de formación de capital, porque reduce el crédito inflacionista y por tanto el dinero creado de la nada).

Entretanto, una caída en la tasa interanual de crecimiento del AMS de la Eurozona del 15,8% en agosto de 2008 a -0,3% en mayo de este año está socavando seriamente distintas actividades de burbuja. Creemos que son buenas noticias para el proceso de creación de capital y los creadores de riqueza.

Figure 3

Mantenemos que esta caída en la inercia del crecimiento de la oferta monetaria está deprimiendo varias actividades de burbuja y esto a su vez se manifiesta mediante varios indicadores económicos populares.

Por ejemplo, los últimos datos muestran que la actividad manufacturera en la Eurozona se ha debilitado aún más en octubre. El índice de gestión de compras (IGC) cayó al 47,3 desde el 48,5 en septiembre. En octubre del pasado año el IGC era del 54,6 (nuestro análisis monetario apunta a un probable mayor debilitamiento en el IGC de la Eurozona). Asimismo, el IGC en el sector servicios se ha debilitado en octubre. El índice cayó a 47,2 desde los 48,8 en septiembre. Utilizando la inercia diferida de crecimiento del AMS real, podemos suponer que el IGC de servicios probablemente se debilite aún más.

Figure 4

Sospechamos que (a causa de una mayor disminución en la actividad económica, es decir, el declive de las actividades de burbuja) los políticos podrían desplegar varios planes para evitar su desaparición. Por ejemplo, el uso del fondo de rescates de emergencia va a debilitar los beneficios de una caída en la inercia del crecimiento del AMS. (El ahorro real se desviará de las actividades generadoras de riqueza al apoyo de actividades no productivas de burbuja).

Además, en respuesta a un debilitamiento en la actividad económica, que hemos visto que es una buena noticia para los generadores de riqueza, el BCE probablemente aumente su ritmo de inyección monetaria. Suponemos que esto va a retrasar una recuperación económica sensata. De hecho, el BCE ya ha aumentado el ritmo de inyecciones. La tasa anualizada de crecimiento del balance del BCE estaba en el 23% en octubre, frente al -9,5% en junio.

Podemos concluir que, aunque la caída actual de la tendencia al crecimiento de la AMS del euro es positiva para el proceso de formación de capital, la probable intervención del banco central para contrarrestar la caída de las actividades de burbuja probablemente empeore mucho más las cosas en lo que se refiere al proceso de formación de capital.

Repetimos que mantenemos que la crisis actual se debe a las políticas laxas monetarias y fiscales pasadas y presentes. También creemos que, dada la severidad de la crisis, esto aumenta la probabilidad de que las existencias de ahorro real se vean seriamente dañadas. Esto significa que para arreglar el problema de la Eurozona lo que se necesita es ocuparse de los factores que socavan estas existencias.

Así que cualquier política que apoyara una postura monetaria y fiscal más firme pondría las bases para la acumulación de capital y pondría en marcha una expansión económica sólida. Evidentemente, una postura más firme acabaría con las distintas actividades de burbuja que han aparecido tras las políticas laxas.

Cuanto mayor sea el porcentaje de estas actividades, más severo va a ser el declive económico. Sin embargo, el declive es bueno, porque proporciona más ámbito a los generadores de riqueza para hacer que las cosas funcionen.

Sin embargo, dudamos que los políticos de la Eurozona permitan una limpieza apropiada: de hecho, han declarado que el desapalancamiento de los bancos debe contrarrestarse. Hemos visto que el desapalancamiento es bueno para la generación de riqueza y por tanto pensamos que el último plan de la Eurozona no producirá resultados aceptables.

Resumen y conclusión

La pasada semana, los líderes europeos llegaron a un acuerdo por el que los bancos de la Eurozona asumirían una pérdida del 50% en el valor facial de la deuda griega. Los líderes también formularon un plan para la recapitalización del los bancos. Asimismo, los políticos han acordado expandir el fondo de rescate de emergencia a 1,4 billones de dólares, desde 610.000 millones. Creemos que lo que hace falta para arreglar la Eurozona no es solo fortalecer las bases de capital de los bancos, sino fortalecer la base de capital de la Eurozona en su conjunto. Los políticos insisten en que la recapitalización de los bancos debe tener lugar sin un proceso de desapalancamiento, que consideran malo para la economía. Esto significa que las autoridades contrarrestarán agresivamente cualquier efecto colateral del desapalancamiento, como una contracción del crédito o una depresión económica. Creemos, por el contrario, que el desapalancamiento es necesario para limpiar el sistema y poner las bases para una expansión económica sólida. De hecho, cualquier política dirigida a contrarrestar el proceso de desapalancamiento solo empeorará mucho las cosas.

 

 

Frank Shostak en investigador adjunto en el Instituto Mises y colaborador habitual en Mises.org. Su empresa de consultoría, Applied Austrian School Economics, ofrece evaluaciones e informes en profundidad sobre mercados mercados financieros y economías globales.

Published Wed, Nov 2 2011 8:57 PM by euribe
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