¿Es necesaria la deuda para la recuperación?

Por Robert P. Murphy. (Publicado el 3 de noviembre de 2011)

Traducido del inglés. El artículo original se encuentra aquí: http://mises.org/daily/5781.

 

Desde que empezó la crisis, uno de los temas dominantes en los argumentos sobre la política pública apropiada ha sido la opinión keynesiana de que es crucial aumentar el gasto total. El giro añadido durante esta recesión concreta es la aplastante carga de la deuda del sector privado, que supuestamente hace más urgente que los gobiernos generen déficits fiscales.

En un artículo anterior me ocupaba del llamado desapalancamiento y argumentaba que era algo bueno, tanto para la persona o empresa deudora como para la recuperación económica general.

Sin embargo, motivado por una reciente regañina de Paul Krugman, es importante revisar el tema de una forma más elemental. Cuando Krugman y otros afirman de pasada de que reducción de la deuda por pura contabilidad hace que caiga el gasto total, sencillamente se equivocan. Así que su error es doble: su defectuosa economía keynesiana les lleva a preocuparse innecesariamente acerca del gasto nominal, mientras que su resbaladiza contabilidad les lleva a defender la deuda como necesaria para la inversión.

Krugman, sobre la reducción de la deuda

En un post, titulado irónicamente “La aritmética tiene una conocida inclinación keynesiana” (irónico porque su inclinación keynesiana le lleva a cometer un error contable elemental), Krugman explica que un exasperado experto británico estaba

Reaccionando a la declaración de Cameron, semi-retraído pero no del todo, de que lo que necesita Gran Bretaña es que todos amorticen sus deudas, dicho con un evidente olvido del hecho de que si todos recortan los gastos al mismo tiempo,el ingreso debe caer.

Pero este tipo de olvido está muy extendido y mi experiencia es que si tratas de apuntar el problema (si tratas de explicar que mi gasto es tu ingreso y viceversa), obtienes una respuesta beligerante. Y=E se ve como una declaración política, que lo es si una parte del espectro político insiste en creer cosas que no pueden ser verdad. (Cursivas añadidas)

Como mencioné al principio, esta afirmación se ha repetido ad nauseam durante los últimos tres años. En concreto, los que se oponen al gasto público en déficit han recibido palos con el supuesto “hecho” de que, como un asunto de simple contabilidad, la reducción extendida de la deuda implica una reducción en el gasto y por tanto un reducción en el ingreso.

La segunda parte de la afirmación es cierta. Cada vez que alguien gasta un dólar en una transacción, ésta es, al mismo tiempo, parte del ingreso de algún otro. En mi artículo anterior, argumentaba que esta tautología no basta para el alegato keynesiano a favor del gasto público en déficit.

Aún así, la cita anterior de Krugman contiene un error aún peor. Da por supuesto que si la gente en Gran Bretaña empezara a amortizar sus deudas, necesariamente eso llevaría a una reducción en el gasto total británico. Sencillamente se equivoca en esto, como demostraré en la siguiente sección.

Deudas y gastos: Un cuento sencillo

Imaginemos un mundo sencillo con tres personas: Cathy la capitalista, Larry el terrateniente y Willy el trabajador. Inicialmente nos encontramos en un patrón estable en el que en cada periodo se producen las siguientes transacciones:

  • Larry paga a Willy 1.000$ para que trabaje en sus tierras y coseche alimentos.
  • Willy paga 100$ en cargas financieras sobre su deuda existente de 500$ a Cathy, que la refinancia al tipo de interés del 20% por periodo. (Willy paga en cada periodo solo las cargas financieras, manteniendo el balance existente intacto en 500$).
  • Willy gasta sus restantes 900$ en comprar parte de la comida a Larry.
  • Cathy gasta 100$ de ingresos de intereses en comprar parte de la comida a Larry.
  • Larry come la comida restante que no ha vendido a Cathy o Willy.

En este escenario, en cada periodo se gastan 1.000$ en comida, el único bien o servicio final. Medido oficialmente (advirtamos que olvida el “consumo doméstico” de Larry) el Producto Interior Bruto (PIB) para esta economía sencilla es de 1.000$ por periodo.

Supongamos ahora que Willy escucha a Dave Ramsey y decide no tener deudas. En este periodo concreto podría pasar lo siguiente:

  • Larry paga a Willy 1.000$ para que trabaje en sus tierras y coseche alimentos.
  • Willy paga 100$ en cargas financieras sobre su deuda existente de 500$ a Cathy, que la refinancia al tipo de interés del 20% por periodo.
  • Además, Willy paga otros 500$ a Cathy para liquidar su deuda con ella.
  • Willy gasta sus restantes 400$ en comprar parte de la comida a Larry.
  • Cathy gasta 100$ de ingresos de intereses y sus 500$ de liquidación del principal en comprar parte de la comida a Larry.
  • Larry come la comida restante que no ha vendido a Cathy o Willy.

En este escenario, el gasto total sigue siendo de 1.000$ y el PIB medido sigue siendo de 1.000$. Larry el terrateniente no vería una caída en la demanda de su comida. Willy reduciría su consumo y ahorraría mucho más de su ingreso en este periodo, pero esto no afecta siquiera a la renta nominal porque el consumo de Cathy ocuparía su lugar.

Tal vez nuestro escenario no sea probable, dependiendo de distintos supuestos que podemos hacer respecto de los hábitos de gasto de Cathy, pero indudablemente es posible. Así que vemos que una economía puede empezar con una persona teniendo una deuda enorme y luego librarse de esa deuda sin alterar necesariamente el gasto o el ingreso total, incluso cuando se mide en términos nominales (es decir, en dólares).

Quiero se justo con Krugman. Éste podría reconocer que el escenario anterior algo parecido a lo que Cameron (o Dave Ramsey, lo mismo da) tiene en mente cuando pide a la gente que “amortice sus deudas”, pero si lo viéramos técnicamente (podría argumentar Krugman) realmente no hubo reducción neta agregada de la deuda en el escenario anterior. Sí, Willy amortizaría su deuda en 500$, pero Cathy en cierto sentido “desahorra” al dejar que sus propios activos financieros caigan 500$. Si queremos, podemos decir que la deuda de Cathy empezó en -500$ y acabó en 0$, lo que significa que su deuda “aumentó” en 500$.

De acuerdo, me encanta dar a Krugman esta vía de escape. Como veremos, no le salva. Aún puedo demostrar cómo Willy puede liquidar su deuda sin hacer que caigan los gastos monetarios totales y sin que nadie en la comunidad sufra siquiera una caída en sus activos financieros.

Para verlo, volvamos a nuestro escenario original, en el que Willy debe a Cathy 500$. Como antes, Willy decide amortizar su deuda, ahorrando mucho más. Pero esta vez imaginemos que ocurre lo siguiente:

  • Larry paga a Willy 1.000$ para que trabaje en sus tierras y coseche alimentos.
  • Willy paga 100$ en cargas financieras sobre su deuda existente de 500$ a Cathy, que la refinancia al tipo de interés del 20% por periodo.
  • Además, Willy paga otros 500$ a Cathy para liquidar su deuda con ella.
  • Cathy gasta 100$ de ingresos de intereses en comprar parte de la comida a Larry, como ha hecho siempre.
  • Larry emite 500$ en nuevas acciones para su empresa de posesión de tierras, que compra Cathy.
  • Larry paga a Willy 500$ para cultivar una parcela de sus terrenos que previamente estaba sin cultivar.
  • Willy gasta sus 400$ + 500$ = 900$ en comprar comida a Larry.
  • Larry come la comida restante que no ha vendido a Cathy o Willy.

En este escenario final, el gasto en consumo es de 1.000$, mientras que gasto neto en inversión es de 500$, lo que significa que el PIB oficial es de 1.500$ (realmente ha aumentado ¡un 50%!). Al mismo tiempo, Willy liquidó su deuda mientras que Cathy cambió un bono de 500$ por 500$ en acciones, de forma que (solo considerando a estos dos) ha habido una reducción neta de la deuda en la comunidad.

¿Pero qué pasa con Larry? ¿Ha reemplazado sencillamente a Willy como el nuevo deudor en nuestra economía?

No. Aunque Larry obtuvo 500$ al conseguir fondos para su empresa, no debe a Cathy, así que no podemos decir que su decisión financiera durante el periodo no compense de alguna manera. Cathy no tiene ningún derecho deudor sobre Larry: en su lugar, posee capital  en su empresa. Hay toda una literatura en financzas sobre las importantes diferencias entre deuda y capital social, incluyendo el hecho de que financiar deuda hace que una empresa se apalanque, mientras que financiarse con acciones no lo hace.

Ni siquiera es el caso de que Larry tenga que reducir su consumo futuro para hacer pagos de dividendos a Cathy (para justificar la valoración inicial de sus acciones en 500$). Si la inversión de 500$ de Larry es sensata, el nuevo campo aumentará las futuras cosechas, permitiendo posiblemente a Larry mantener su consumo original de comida a pesar de que Cathy ya tiene una porción de propiedad en los beneficios netos del negocio.

La inclinación de la aritmética de Krugman

Como muestra nuestro ejemplo ideal, no hay nada en la contabilización general del PIB que requiera un periodo de desapalancamiento para conseguir un “gasto total”, y por tanto un “ingreso total”, inferior, incluso si medimos esas cosas en términos de dinero nominal.

Por supuesto, Krugman podría objetar que he preparado la baraja y elegido un relato completamente irrelevante. En nuestra situación actual en el mundo real de demanda deprimida y exceso de capacidad, Krugman, podría decir, ¿por qué emitiría Larry más acciones para expandir sus operaciones?

Así que abandonamos el ámbito de la contabilización del PIB y entramos en el de los modelos económicos. Por eso dije que el título del post de Krugman (“La aritmética tiene una conocida inclinación keynesiana”) era tan irónico. Mi ejemplo ideal muestra que la tautológica contabilización del PIB (la “aritmética”) es coherente con un relato en el que ahorros extra permiten más inversión, lo que a su vez ofrece una oportunidad para que los trabajadores subempleados tengan mayores ingresos. (Advirtamos que en el último escenario, Willy no reducirá su consumo de comida. Por e contrario, liquidará su deuda trabajando más y ganando un mayor salario para todo el periodo).

Tal vez el lector encuentre convincente mi relato, tal vez no. Pero lo que quiero decir es que no hay nada erróneo en la contabilización del PIB en mi sencillo cuento. Las objeciones inmediatas a mi relato se basarían en suposiciones acerca de cómo funciona la economía, suposiciones que habitualmente hacen los keynesianos y que habitualmente rechazan sus críticos.

Conclusión

La solución de sentido común de la vieja escuela para una economía acosada por un deuda excesiva es que la gente trabaje duro y ahorre más. Los economistas keynesianos han venido diciendo a lo largo de nuestra crisis actual que esta sabiduría consuetudinaria olvida tautologías contables básicas, pero estos expertos están colando de rondón una teoría keynesiana sin exponerla.

Frente a las afirmaciones de estos expertos, una economía no necesita montañas de deuda (ya sea pública o privada) para crecer. Las empresas siguen pudiendo obtener la financiación necesaria a través de la emisión de capital. Hay pros y contras en la financiación por deuda, pero eso no significa que sea necesaria para tener una economía fuerte.

 

 

Robert Murphy es investigador adjunto del Instituto Mises, donde enseña en la Mises Academy. Gestiona el blog Free Advice y es autor de The Politically Incorrect Guide to Capitalism, Study Guide to Man, Economy, and State with Power and Market, Human Action Study Guide, The Politically Incorrect Guide to the Great Depression and the New Deal y su nuevo libro Lessons for the Young Economist.

Published Fri, Nov 4 2011 5:28 PM by euribe