Por S.M. Oliva. (Publicado el 10 de julio de 2008)
Traducido del inglés. El artículo
original se encuentra aquí: http://mises.org/daily/3035.
En el día de inocentes de este año,
el residente en Nuevo México, Mark Hershiser, recibió una carta de Erika
Wodinsky, una abogada de San Francisco, reclamando que Hershiser facturara
todos los ingresos de Native Essence Herb Company, una pequeña empresa copropiedad
de Hershiser y su esposa Marianne. La carta no era una broma o un error. Era un
acto premeditado de extorsión de la Sra. Wodinsky. Nunca se había reunido o
había hablado con Hershiser: su equipo descubrió Native Essence a través de su
modesto sitio web.
Los engaños y robos son comunes en
Internet. Lo que distingue a Erika Wodinsky de un banquero nigeriano o un
pedófilo es que es la directora adjunta de la oficina de San Francisco de la
Comisión Federal de Comercio (FTC, por sus siglas en inglés). Su personal
dedica su tiempo a peinar Internet en busca de propietarios de pequeñas
empresas, como los Hershiser, que venden hierbas y remedios herbales a clientes
interesados. La FTC se dirige habitualmente contra ese tipo de empresas como
parte de su misión de “protección al consumidor”, que en la práctica no tiene
nada que ver con los consumidores reales.
La carta de reclamación de la Sra. Wodinsky
decía que su oficina había realizado una “investigación no pública” de Native
Essence y determinado que el sitio web de la empresa contenía “afirmaciones
falsas o no justificadas” que “inducían” a los clientes a comprar ciertos
productos herbales. Precisamente esto es una afirmación falsa. Ni la Sra. Wodinsky
ni su personal entrevistaron nunca a ningún cliente de Native Essence. De
hecho, muchas de las afirmaciones del sitio web consideradas ilegales por la
Sra. Wodinsky ofrecían testimonios de primera mano alabando los productos y el
servicio a los clientes de Native Essence.
Pero en los casos de “protección al
consumidor”, la FTC no tiene que alegar o probar ningún daño real al
consumidor. Por el contrario, burócratas de nivel medio como la Sra. Wodinsky
sustituyen simplemente con su propio juicio al de los clientes de un negocio.
Como ella no compraría productos de Native Essence basándose en el sitio web de
la compañía, tampoco debería hacerlo nadie más. Cada vez que un funcionario de
la FTC se muestra de acuerdo con el contenido de un sitio web, de ello se
deduce lógicamente que el operador de dicho sitio web está realizando
“afirmaciones falsas o no justificadas” que violan el Acta de la Comisión
Federal de Comercio de 1917.
Tras haber llegado a una
determinación unilateral de que el sitio web de Native Essence debería
censurarse, la Sra. Wodinsky ofrece a los Hershiser una alternativa sencilla:
firmar un “acuerdo de liquidación” incluido en la carta, donde ella ya ha
decidido los términos del mismo, o afrontar un proceso contencioso
administrativo controlado por la FTC. Por supuesto, si optan por litigar, la
Sra. Wodinsky pediría a un juez federal que pusiera a Native Essence bajo
administración pública y embargara todos los bienes personales de la pareja
para asegurarse de que no puedan defenderse.
Sin embargo, el “acuerdo de
liquidación” no es una opción mucho mejor. Bajo sus términos, Native Essence y los
Hershiser individualmente quedarían bajo el control de la FTC durante los
próximos diez años. Esto significaría, entre otras cosas, que todos los
registros empresariales de la pareja (para cualquier negocio que tengan hoy o
en el futuro) estarían sujetos a investigación y apropiación por parte de la
FTC sin orden judicial: registros contables, registros de personal, ficheros de
clientes (incluyendo nombres, direcciones, cantidades pagadas y productos
adquiridos), publicidad y materiales promocionales, todo estaría bajo el
control de la FTC.
El “acuerdo” también requeriría que
los Hershiser y Native Essence entregaran todo el dinero obtenido por la venta
de sus productos al Tesoro de EEUU. En teoría, la FTC administraría la
devolución a los clientes “perjudicados”, pero como no hay clientes
perjudicados, el dinero simplemente permanecería en el Tesoro “para su
restitución”. Y como la FTC no sabe cuánto dinero ganaron los Hershiser,
formularios de declaración financiera detallada acompañaban al “acuerdo”
propuesto para Native Essence y los Hershiser individualmente.
La mayoría de lo receptores de las
cartas de la Sra. Wodinsky y otros burócratas regionales de la FTC simplemente
firman el “acuerdo de liquidación” e imploran piedad. Los Hershiser hicieron lo
contrario: presentaron una demanda de interdicción contra la FTC en la Corte de
Distrito en Albuquerque. Han pedido al tribunal que prohíba a la FTC actuar
contra ellos, basándose principalmente en que la Primera Enmienda protege a su
sito web frente a la censura del gobierno.
Al final, Hershiser vs. FTC trata del derecho a la libre expresión de las
empresas y de sus clientes. La FTC
está impidiendo de forma preventiva que la gente busque información acerca de
productos que podrían considerar como útiles. Si leemos las contestaciones en
uno de los sitios web de los Hershiser (publicadas después de que se hiciera
pública la noticia de la carta de extorsión de la Sra. Wodinsky) encontraremos
docenas de clientes satisfechos que no quieren ni necesitan la interferencia de
la FTC.
Aquí hay una explicación
particularmente elocuente de lo que realmente hacen los Hershiser, de una
cliente identificada como “V.M.”:
He estado comprando productos
herbales a Native Essence Herb Co. durante casi 14 años. He tenido largas
conversaciones con el propietario de Native Essence Herb Co., Mark Hershiser, y
he leído los datos de su sitio web.
En ningún momento Mark, sus escritos
o su sitio web han afirmado que algo pueda prevenir, tratar o curar ninguna
enfermedad. ¡Punto! Toda la información que se explica lleva claramente
indicado que se basa en investigación de los usos tradicionales de las hierbas.
No es solo que la información y
práctica tradicional de Mark NO sea engañosa, ni siquiera es distinta de los
datos que he encontrado en otras fuentes cuando cruzo información. De hecho,
Mark incluso me ha sugerido libros para que yo pudiera hacer mi propia
investigación.
Mark es una de las personas más
amables y atentas que he conocido. Muchas veces, ni siquiera me ha cobrado por
un producto. No es materialista, sino que verdaderamente intenta ayudar a
mejorar las vidas de la gente y el mundo en que vivimos.
Al proporcionarnos productos herbales
de alta calidad en los que podemos, como sus clientes, confiar, Mark está
atendiendo una verdadera necesidad de nuestra sociedad. Se están perdiendo
grandes cantidades de información y conocimiento tradicionales sobre curación.
Mark nos ayuda investigando los datos, reuniéndolos y ofreciendo algunos productos
herbales tradicionales excelentes para quienes preferimos seguir las
tradiciones.
Multar o amenazar con demandar a Native
Essence Herb Co. y sus propietarios en un esfuerzo por “indemnizar los daños a
los consumidores” es amenazar y causar daños a esos mismos consumidores al que
la FTC se imagina indemnizar. No me encontraría en mejor situación sin el sitio
web y otros datos de Mark. Todas las fuentes de datos acerca de las prácticas
tradicionales de sanación están disponibles. Cualquier amenaza que impida el
libre flujo de información y conocimiento acerca de las prácticas tradicionales
de sanación socava nuestra libertad de expresión garantizada
constitucionalmente.
En mi caso, podría impedirme seguir
las prácticas sanitarias tradicionales que he decidido seguir y que funcionan
bien en mi familia. El conocimiento y la información de Mark han desempeñado un
importante papel en mantenernos sanos a mi marido (66 años) y a mí (63)
mediante el conocimiento tradicional y los productos dignos de confianza basados
en dicho conocimiento. Ninguno de ambos toma ninguna medicina ni tiene ninguna
enfermedad de importancia.
Mark nunca nos ha recetado productos.
La elección es completamente mía, basándome en el conocimiento tradicional y la
investigación contemporánea que consigo, entre otros, mediante el Dr. Andrew
Weil, jefe del Programa de Medicina Integrada de la Universidad de Arizona.
La postura ideológica de la FTC es
que cualquier información acerca de hierbas y remedios herbales debe censurarse
mediante el gobierno federal, preferentemente la FTC. En otras palabras, solo
el gobierno decidirá qué información se permite considerar a los consumidores. Cualquier
información publicada sin permiso del estado es por sí misma “engañosa” e
ilegal.
Algunos libertarios usan la
expresión “estado niñera” para describir este tipo de intervención pública.
Pero “niñera” implica una cuidadora sobreprotectora que sin embargo tiene en
cuenta el interés del niño. La gente como Erika Wodinsky se parece más a los
padres abusadores y alcohólicos que pegan a su mujer e hijos para conseguir una
obediencia estricta. De hecho, la ira de la Sra. Wodinsky parece más dirigida a
los clientes de Native Essence (cómo se atreven a discutir y comprar remedios
herbales sin mi permiso) que los
propios Hershiser.
Espero que la postura de Mark y
Marianne Hershiser de hacer frente al abuso de la FTC anime a otras víctimas a
levantarse y hacer oír. La gente raramente sabe de la extorsión de la FTC hasta
después de que se han firmado y
aprobado las “liquidaciones” por parte de los jefes de la FTC. Es demasiado
pronto como para saber si la demanda de los Hershiser basada en la Primera
Enmienda tendrá éxito, pero hay algo casi seguro: la FTC peleará en este caso
con uñas y dientes; después de todo, podría estar en juego el poder de gente
como Erika Wodinsky para violar la privacidad, la propiedad y el derecho a un
proceso justo de todos los estadounidenses.
S.M. Oliva es escritor y jurista en Charlottesville,
Virginia. Es editor del National
Antitrust Hall of Fame, un archivo en línea de críticas antitrust y
documentos fuente. Vea su sitio web.