Fascismo económico y economía del rescate

Por Gary North. (Publicado el 20 de febrero de 2009)

Traducido del inglés. El artículo original se encuentra aquí: http://mises.org/daily/3333.

[Este artículo apareció originalmente en LewRockwell.com]

 

He vivido tres acontecimientos históricos monumentales. Solo recuerdo dos de ellos.

No recuerdo el lanzamiento de las dos bombas atómicas en agosto de 1945. Como símbolos del la transformación del mundo científico, constituyeron el acontecimiento más trascendental del siglo XX. Este avance, hasta ahora, no ha llevado a una guerra nuclear, aunque en varias ocasiones parecía ser una posibilidad nada desdeñable. Sin embargo, la llegada de la era nuclear anunció la transformación del mundo moderno. Aún no hemos visto el final de esta transformación.

Martin van Creveld, el gran historiador militar en el estado de Israel, ha argumentado que la era nuclear arruinó los planes imperiales de grandes naciones. Ya no podían arriesgarse a una guerra entre ellas. Aún así aumento el gasto en imperio. Hoy, grandes estados afrontan resistencias de grupos no estatales. La Unión Soviética cayó cuando los afganos del derrotaron utilizando misiles Stinger. La URSS era un imperio y un imperio que pierde ante insurgentes ha perdido su razón de existir.

Estamos a punto de experimentar una derrota similar en el mismo país.

Ha habido otros dos acontecimientos importantes desde 1945. Supongo que la mayoría de la gente estará de acuerdo en uno de ellos: el colapso de la Unión Soviética, el 19-21 de agosto de 1991. Aunque la caída del Muro de Berlín en 1989 fue la evidencia simbólica del colapso del imperio soviético, ésta no quedó clara hasta agosto de 1991. Históricamente no ha habido nada comparable a esa desintegración. Ningún imperio tan grande se derrumbó tan rápido sin derramamiento de sangre. Yo estuve allí para verlo.

Hay anticomunistas de la vieja escuela que siguen insistiendo en que fue todo mentira, que es un engaño, que los comunistas siguen moviendo los hilos en Rusia. No entienden la diferencia entre el fascismo y el comunismo. El sistema ruso es fascista hasta la médula: capitalismo de estado.

Estamos viendo ahora lo que los progresistas duros siempre predijeron que ocurriría: la convergencia económica de los dos sistemas, el de EEUU y el de la URSS. El sistema de convergencia económica es fascismo. Es lo que esos progresistas siempre quisieron, pero lo llamaban de otra forma: “democracia económica” o “la alianza de empresas y gobierno”.

Septiembre/octubre de 2008

El segundo acontecimiento que considero como casi comparable en importancia al colapso de la Unión Soviética fue el colapso del sistema bancario estadounidense que tuvo lugar en septiembre y octubre de 2008.

Nadie vio venir ese colapso en agosto. Los gobernantes veteranos de Estados Unidos (no me refiero a los políticos) han visto con horror cómo caían instituciones que habían sobrevivido desde mediados del siglo XIX: los bancos de inversión. Eran bancos que no tomaban depósitos del público general. Reunían grandes cantidades de capital de inversores privados ricos. En cuestión de semanas, el modelo de negocio se derrumbó. Los bancos de inversión se las arreglaron para reestructurar sus operaciones legales como para ser definidos como bancos comerciales y por tanto convertirse en candidatos al dinero del rescate federal. Entretanto, enormes bancos comerciales casi fueron a la quiebra. No quebraron solamente gracias a la intervención del gobierno y a que bancos más grandes los absorbieron. Wachovia cayó. Washington Mutual cayó. Los precios en bolsa de los dos bancos más grandes de Estados Unidos, Bank of America y Citigroup, siguen cerca de tener precio en peniques.

Quien no entienda la magnitud de lo que está pasando es un ignorante económico. Tengo a muchos de estos ignorantes contactándome, diciéndome que todo estaba planeado desde el interior. ¡La conspiración ha vuelto a ganar! En su visión del mundo, la conspiración siempre gana. Es porque creen que la conspiración tiene los atributos de Dios. Es omnisciente, omnipotente y omnipresente.

Su problema intelectual es éste: no creen en el libre mercado. No pueden concebir que una institución social basada en el voluntarismo pueda romper la espalda a los planificadores públicos y banqueros centrales. Creen en cualquier cosa menos en esto. Piensan en sí mismos como defensores del libre mercado, pero no aprecian el poder del libre mercado para aplicar las decisiones de los consumidores.

La conspiración de gente importante en el interior ahora vacila. Toda la estructura del sistema político nacional estadounidense se ha basado en la solvencia de los bancos estadounidenses más grandes. Todos estos bancos han sido puestos en cuestión. Ahora están destrozados.

La idea de que desde el interior de los bancos comerciales se han demolido activamente billones de dólares de su propio capital como parte de un plan conspiratorio es tan imbécil, tan absurda, tan ridícula que estoy convencido de que estos adoradores de las conspiraciones han perdido completamente la cabeza. Han sido destrozados intelectualmente, igual que los bancos han sido destrozados financieramente.

Algunos probablemente piensen que los comunistas siguen dirigiendo Rusia. Lo hacen excomunistas: burócratas, matones y agentes del KGB. Pero el comunismo está muerto. ¿Cómo lo sé? Mirad el mapa de Rusia. Buscad los viejos nombres: Stalingrado y Leningrado. Desaparecidos. Los mapas dicen mucho acerca de una civilización. Los mapas rusos nos dicen que el comunismo está muerto.

Los conspiradores estadounidenses han perdido lo que pensaban que tenían: control sobre la nación y las finanzas de la nación por medio del sistema de banca de reserva fraccionaria. Este sistema se está despegando, tal y como dijo Ludwig von Mises que ocurriría, tal y como dijo Murray Rothbard que ocurriría y tal y como todos los demás economistas austriacos  que entienden las enormes debilidades del sistema de reserva fraccionaria dijeron que ocurriría.

A veces me pregunto si queda algo coherente en lo que se llama de forma generalizada el movimiento conservador. ¿Alguna de esa gente tiene algún indicio de lo que está pasando? Estamos viendo la desintegración del sistema de banca de reserva fraccionaria en todo el mundo. Se mantiene unidos por recates, que son el equivalente gubernamental al cable de salvamento y el chicle.

Lo único que mantiene junta toda la estructura es una enorme fe residual en el estado y una fe ingenua en que los déficits no importan. Esta frase se asocia a los conservadores del lado de la oferta y a la vasta mayoría de esa gente que se llama a sí misma economistas de la Escuela de Chicago. Los del lado de la oferta lo dicen y los economistas de la Escuela de Chicago meten baza cautelosamente: “Algún día, tal vez, los déficits importen, pero no será pronto. Marginalmente (este año, el siguiente y hasta la muerte) los déficits no importan”.

Han sido los economistas de la escuela austriaca los que han advertido, década tras década, de que el aumento en la deuda federal acabaría amenazando la solvencia del gobierno y la estabilidad del dólar. Ahora que se ve que esto se hace realidad, seguimos sin oír los gritos de los economistas profesionales advirtiendo respecto de los déficits federales de billones de dólares. No dicen nada, experto cuando dicen que es una buena idea, porque es necesaria, porque tenemos que salvar a los bancos, porque tenemos que regular la economía y, sobre todo, porque un sistema de libre mercado no intervenido en realidad no funciona.

Esto es lo que obtenemos de gente que es reconocida generalmente como economistas de libre mercado. Se alinean como animadoras mientras los bancos recorren el pasillo federal. El déficit federal aumenta a niveles astronómicos y la base monetaria aumenta igual de rápido y aún así los economistas académicos se mantienen en silencio. No es el silencio de los corderos: es el silencio de los coconspiradores no acusados, la mayoría de los cuales enseña en universidades soportadas por impuestos y emplea sus carreras escribiendo artículos ilegibles en revistas académicas no leídas para ganase la vida, de forma que los contribuyentes nunca les despidan. Esa gente son apologistas del estado. La mayoría de ellos han estado en nómina pública toda su vida. Son la gente que, en nombre de los principios conservadores del libre mercado, se supone que están en lo alto del palo mayor para advertirnos de que el barco del estado va hacía la catarata.

No aguanten el aliento.

¿Qué hay que hacer?

¿Qué puede hacerse respecto de esto? Políticamente, nada. El sistema político estadounidense ha sido un fascismo suave durante casi un siglo. A los progresistas les encanta llamar fascistas a los conservadores. El problema que los progresistas tienen razón. Por supuesto, a los conservadores bien informados les encanta llamar fascistas a los progresistas y también tienen razón. Todo el que crea en la eficiencia de la llamada alianza gobierno-empresa es un fascista.

El estado fascista ha sido siempre un intento de controlar el sector privado por medio de inflación, impuestos y regulación. El fascismo ha sido siempre un sistema de mantener vivos y felices a los grandes a costa del contribuyente. Por supuesto, las caras cambian. El sistema fue siempre un gigantesco sistema de cárteles, regulaciones y moneda fiduciaria. Fue, en resumen, todo lo que los críticos del capitalismo moderno dicen que está mal en el capitalismo. Por eso John Maynard Keynes escribió esto en su prólogo a la edición alemana de su Teoría general (1936):

La teoría de la producción agregada, de la que trata el siguiente libro, puede sin embargo adoptarse mucho más fácilmente a las condiciones de un estado totalitario [eines totalen Staates] que la teoría de la producción y distribución de una producción dada llevada a cabo bajo condiciones de libre competencia y un alto grado de laissez faire. Ésta es una de las razones que justifica que llame a mi teoría una teoría general.

El sistema económico moderno es un sistema gigantesco entremezclado de rescates comprometidos, empezando con la Seguridad Social. En el comercio, es un sistema diseñado para mantener protegidos a los grandes productores de los consumidores. Nunca ha sido otra cosa desde el triunfo político nacional del movimiento progresista en el infausto año de 1912. En ese año, los tres candidatos a presidente eran estatistas hasta la médula, todos seguidores de las doctrinas progresistas, todos defensores de la banca centralizada y todos felices de ver que el gobierno federal expandiera el control sobre los negocios en todo el país, y en todo el mundo.

No es el relato que obtenemos en los libros de texto de historia, porque a sus escritores les gusta lo que se hizo en 1912 y posteriormente. El sistema de escuelas públicas ha enseñado que esto fue la salvación del capitalismo desde entonces.

Estamos viendo ahora como se desmorona todo el sistema en todo el mundo. Sea lo que sea que ocurra a partir de este momento, la producción económica ser verá dificultada por la regulación siempre creciente. El gobierno interviene ahora para salvar a los bancos, lo que significa que los bancos están en deuda con el gobierno.

El presidente Obama ha dicho que los directivos de bancos no van a poder recibir más de 500.000$ al año. No van a obtener dinero en stock options hasta que el gobierno recupere su dinero. Creo que es estupendo. Lo único que lamento es que no dijera 250.000$ al año. O tal vez 100.000$ al año. O tal vez 50.000$ al año. ¡Que vivan en Nueva York con eso! Toda la banda debería dimitir y dedicarse a algún trabajo decente.

La banca de reserva fraccionaria ha sido algo mafioso desde el principio. Rothbard y Mises apuntaban esto y se les odiaba por ello. Los economistas confían en la burocracia. Confían en gente con doctorados, como ellos mismos. Pero, excepto la Reserva Federal, las agencias la dirigen las dirigen abogados y cargos designados que esperan obtener un buen salario de cabildeo cuando abandonen el gobierno. ¿Por qué deberíamos pensar que un grupo de abogados formado en Harvard y Yale, que fueron contratados por bancos de Nueva York que estuvieron siempre protegidos por el sistema de la Reserva Federal, tienen alguna idea de cómo dirigir una economía? Ahora sabemos lo bien que podían dirigir la economía: cobraron bonus de millones de dólares por dirigir el sistema al abismo.

Las cosas no van a mejorar mucho. Los bancos están destrozados. Los mejores y más brillantes graduados no irán a la banca mientras haya un tope de 500.000$ en los salarios, si Obama tiene éxito.

En lo que a mí respecta, el tope salarial debería ser eterno. Y cuando venga la inflación creada por los bancos, el gobierno no debería cambiar este tope salarial para dejarles beneficiarse de una cláusula de aumento del coste de la vida. Sus predecesores sabían cómo hacerse ricos bajo una moneda manipulada. En lo que a mí respecta, sus reemplazos deberían empobrecerse de la misma manera.

Durante más de un siglo, los mejores y más brillantes estudiantes graduados en las principales universidades del país han sido contratados en el gran gobierno y la banca de reserva fraccionaria. En otras palabras, se han apoyado en la coacción para hacerse ricos personalmente y dirigir el crecimiento del capitalismo estadounidense. Se hicieron ricos y el capitalismo creció, pero creció en términos de malas inversiones. Creció porque el dinero fiduciario  se usó para rebajar los tipos de interés y estos tipos de interés más bajos llevaron a invertir mal el capital. Mises mostró cómo operaba este sistema ya en 1912.

Desde septiembre de 2008, hemos visto los frutos de las raíces del dinero fiduciario contra los que advertía Mises hace casi un siglo. Pero los economista modernos del libre mercado son tan hostiles a la teoría de Mises del ciclo económico como hostiles eran a la teoría de irracionalismo económico del socialismo… hasta que cayó la Unión Soviética. Luego entraron en la religión, pero siguen sin mencionar a Mises. Era como si nunca hubiera vivido.

¿Mises? ¿Quién es Mises? Sí, la Unión Soviética fue a la quiebra. No pensábamos que fuera en 1986. Excepto aquella adivina con suerte, Judy Shelton, nadie predijo que lo haría. Dijimos a la gente que la Unión Soviética tenía un notable crecimiento económico. Sí, resultó que la Unión Soviética no era más que Bangla Desh con misiles, como dijo en la década de 1980 un periodista llamado Richard Granier. No lo vimos en su momento. Aún así, nos apuntaremos el tanto: el nuevo capitalismo la derrotó. Seguiremos alabando la economía fascista regulada que ha estado siguiendo Estados Unidos en los últimos cien años y pediremos más de lo mismo. Amamos la eficiencia económica, porque la eficiencia permite que el estado aumente. Cuando la gente se hace más rica, puede pagar más impuestos.

Por eso los economistas académicos están reclamando aún más gasto federal para rescatar a los bancos y otras instituciones asociadas con las altas finanzas. Como un solo hombre, dicen que los rescates son necesarios. ¿Por qué? Porque han sido grandes defensores de la economía mixta desde que John Maynard Keynes escribiera la Teoría general en 1936, e incluso antes, con el mentor real de la banca fascista estadounidense, Irving Fisher, ya en 1911.

Fisher casi fue a la quiebra en la Gran Depresión, pero aún se le reverencia como el mayor economista de la historia estadounidense. Fue un hombre de la moneda fiduciaria desde el primer día. Creía que el gobierno y el banco central podían controlar la economía por medio de una política monetaria. Fue el gran apologista del corrupto sistema monetario que ahora sufrimos. Como intelectual, fue el gran sacerdote. Milton Friedman era poca más que un acólito para Irving Fisher en la cuestión monetaria.

Recuperación nominal

Hay recuperación real y recuperación nominal (recuperación en términos de precios crecientes). Aumentar salarios y precios da una ilusión de prosperidad.

En el pasado, siempre ha habido una recuperación después de una recesión. En el pasado, los rescates siempre han ocultado el capital subyacente mal invertido. En el pasado, siempre la Reserva Federal ha inflado y la economía ha revivido.

Esta economía revivirá, pero revivirá sobre una nueva base. Ya no es posible que quien entienda la economía austriaca vea a esta economía como algo que se parezca remotamente a una economía de libre mercado. En el centro mismo de la economía de libre mercado, como decía Mises en 1912, está el sistema monetario. Ese sistema está hoy completa y abiertamente dirigido por un cártel que ahora se ve atrapado por el gobierno federal. El Sistema de la Reserva Federal pronto va a tener que rescatar al gobierno federal. El gobierno federal está rescatando a los bancos comerciales y si el gobierno federal no puede rescatar a los bancos, la Reserva Federal tendrá que hacerlo directamente. En todo caso, los bancos están en declive. El capital ha desaparecido: desperdiciado. El dinero sigue en las cuentas corrientes de la gente, pero posproyectos financiados con dinero fiduciario han resultado se perdedores. Los rascacielos están vacíos. La recuperación va a ser nominal, basándose en dígitos conocidos como dólares. Estos dígitos van a producirse en cantidades tan masivas que los precios se dispararán como nunca antes en Estados Unidos en tiempo de paz. Va a ser la destrucción del dólar.

Los economistas de la Escuela Austriaca han estado prediciendo esto durante años, pero ahora la Reserva Federal está de nuestro lado. Podemos mirar la base monetaria ajustada y podemos ver lo que va a pasar. Salvo que el Sistema de Reserva Federal aumente el requisito de reserva (socavando así la rentabilidad de todo el sistema bancario y echando abajo a cientos de bancos, incluyendo algunos de los grandes) la base monetaria ajustada se va a convertir en dinero real. El dinero real va a gastarse. Cuando se gaste, va a aumentar los precios.

Estamos asistiendo a la culminación de un siglo de malas políticas económicas. Los economistas académicos nunca hicieron sonar la alarma después de 1936. No la hicieron sonar porque eran los agentes pagados del estado, certificados por generaciones anteriores de agentes pagados del estado. El estado ha pagado por los servicios de estos hombres y mujeres y ellos responden de acuerdo con ello. Entienden la regla fundamental: “Cuando tomas el chelín del rey, haces el antojo del rey”.

El siguiente libro de texto universitario de economía que exponga el Sistema de Reserva Federal como el brazo ejecutor del cártel de la banca comercial será el primero en hacerlo.

No hay alboroto académico contra los déficits masivos del gobierno federal y los rescates masivos del gobierno federal. Los economistas guardan silencio porque han sido animadoras del Sistema de Reserva Federal desde el primer día. Para esta gente, la Reserva Federal no puede hacer hoy nada mal, porque lo hizo de 1929 a 1933 y Milton Friedman lo explicó para que todos lo vieran. ¿Cuál fue el gran error de la Reserva Federal durante ese periodo, según Friedman? No infló para compensar la contracción de dinero debida a los bancos que se hundían.

Friedman odiaba la banca de libre mercado. Despreciaba el patrón oro. Creía en el control público del dinero. En el centro del libre mercado está el dinero. En el centro de la economía de Friedman estaba el estado. Solo quería hacer más eficiente al estado.

Los economistas académicos nunca mencionan el hecho de que fueron las políticas expansionistas de la Reserva Federal durante la década de 1920 las que llevaron al colapso del sistema bancario a principios de la década de 1930. Se había creado la Fed para impedir un colapso así y aún así fue el peor en la historia de Estados Unidos. ¿Cuál era entonces la aproximación correcta? ¿Qué dicen los economistas de debería haberse hecho? Dar más poder al Sistema de Reserva Federal. Esto es exactamente lo que se ha hecho durante los últimos cinco meses y lo economistas académicos lo alaban.

Los economistas académicos dicen que las cosas se recuperarán. Nos dicen que habrá de nuevo negocios como es habitual. Nos dicen que una vez que pasemos esta crisis, la economía estadounidense florecerá de nuevo. Creen en la economía fascista. Creen que la regulación pública es mejor que el libre mercado. Creen que los bancos protegidos ante quiebras y dirigidos por el gobierno, que ahora tenemos abiertamente, son mejores que las instituciones privadas con ánimo de lucro que no están protegidas por un cártel creado por el gobierno llamado el Sistema de Reserva Federal. Creen en el fascismo y van a decirte que todo va bien mientras el estado fascista extiende su poder sobre todo los aspectos de nuestras vidas.

Promesas rotas, fe que se desvanece

¿Veo esto como el fin de la libertad? No, lo veo como el fin del estado fascista. El monstruo estuvo a punto de volverse patas arriba el pasado octubre. Está en las últimas, con sus piernas inseguras. Ha perdido el respeto del público.

Incluso los políticos están convencidos de que los bancos estaban dirigidos por un grupo de hombres corruptos al servicio de sus propios intereses, lo que era verdad. ¿Qué sector protegido por el gobierno no lo está? Pero los banqueros no perdieron dinero por esto. Se vieron engañados por las políticas de dinero fácil y bajos tipos de interés de Alan Greenspan, creyendo que el auge era real y que podían apalancarse 30 a 1 o 40 a 1 y que se les pagara por su sabiduría. Eran idiotas bien pagados. Los economistas de la Escuela Austriaca advirtieron a lo largo de todo el periodo de que esto iba a pasar. Se nos rechazó por raros.

A medida que Internet crece en influencia, las opiniones alternativas pueden llegar a una minoría de gente formada. El éxito del Instituto Ludwig von Mises en poner a la Escuela Austriaca delante de cientos de miles de jóvenes en todo el mundo, que no habrían oído hablar nunca de Mises o Rothbard si no hubiera sido por la World Wide Web, indica que los cimientos de la economista fascista moderna están siendo socavados donde importa, que en las mentes de gente brillante que ya no cree en el sistema.

A largo plazo, Keynes tenía razón: las políticas económicas de los políticos hoy se basan en los escritos de algún oscuro economista del pasado. Esos dos economistas fueron Irving Fisher y John Maynard Keynes. Su mundo se viene ahora abajo. A través de sus discípulos, son como un par de borrachos tambaleándose, sosteniéndose uno a otro. Keynes quería gasto en déficit. Fisher quería un sistema bancario que cubriera estos déficits.

El dinero del sistema bancario centralizado financia al Tesoro, y el Tesoro a su vez rescata a los grandes bancos comerciales (que ya no son tan grandes). Todo se basa en una cadena de dígitos. Entretanto, el desempleo aumenta, la producción cae, el miedo se extiende, la falta de fe se extiende y decenas de miles de especialistas en finanzas antes bien pagados buscan empleo. No se trata de una conspiración, se trata de que el libre mercado votó finalmente no a los conspiradores.

Hay conservadores que piensan que todo está perdido a causa de la conspiración. Esa gente nunca hizo nada de todos modos. No ven que estamos al final de una era. Estamos asistiendo a la culminación de una era de 500 años. Jacques Barzun tituló a su gran historia de esta era Del amanecer a la decadencia. Estamos viendo lo que Martin van Creveld llamó la caída del estado, refiriéndose al estado-nación.

Estos intelectuales están de acuerdo: estamos asistiendo a la quiebra todo gobierno occidental que haya hechos demasiadas grandes promesas de sanidad gratuita y jubilación garantizada a demasiados votantes. Todo se derrumbará. Los jirones de las promesas apuntarán a los jirones de los que hicieron las promesas (los políticos) y los jirones del sistema que supuestamente iba a garantizar el cumplimiento de las promesas.

Los académicos dicen “no”. Siguen diciéndonos que todo está bien, que unos pocos déficits más de un billón de dólares resolverán el problema. La duplicación de la base monetaria en 2009 no tendrá mayores efectos perturbadores de los que tuvo la duplicación de la base monetaria en la segunda mitad de 2008. Nos dicen todo esto, pero la gente es ignorante o está empezando a sospechar.

Tendremos otra ronda de gobierno centralizado y probablemente más de una o dos rondas de mayor expansión monetaria. Pero lo que no tendremos es una restauración de algo que se parezca al mundo financiero que existía antes de septiembre de 2008. Ese mundo ha desaparecido. Los internos no lo recuperarán. Pueden conseguir una imitación, basada en dinero fiduciario que no compre gran cosa, pero no verán restaurado el mundo de 2007. La base de poder del moderno estado fascista se está deshaciendo rápidamente.

Por eso es importante que preservéis vuestros activos no creyendo las garantías oficiales. Poned el dinero donde los expertos os dicen que no deberíais ponerlo. Deberíais alejar vuestro dinero de aquellos sectores de la economía en los que los expertos dicen que deberíais poner el dinero, afirmando que habrá pronto un auge. Han ignorado el hecho de que el mercado bursátil ha sido un ejemplo de pérdidas desde marzo de 2000. No lo admitieron entonces, no lo admitirán ahora. Quien haya comprado y mantenido una cartera de acciones estadounidenses indexadas en marzo de 2000 ha perdido más de la mitad de su dinero. Los inversores aprenderán, aunque los economistas académicos no lo harán.

Conclusión

Lo que digo es esto: esta vez es diferente. Esta vez el sistema de banca de reserva fraccionaria ha quemado su último cartucho. Está reclamando entregas cada vez mayores del Departamento del Tesoro, que necesita el dinero fiduciario del banco central para rescatar la economía. La gente lo está aceptando a regañadientes y los economistas académicos lo alaban, pero la realidad es que esta vez es distinto. Mejor que ajustéis vuestra cartera, vuestros planes de carrera y vuestros planes de jubilación de acuerdo con esto.

 

 

Gary North es el autor de Mises on Money. También es al autor de una serie gratuita de 20 volúmenes, An Economic Commentary on the Bible. Visite su sitio web: GaryNorth.com.

Published Tue, Jan 10 2012 8:04 PM by euribe
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