Krugman y la austeridad británica

Por Sean Rosenthal. (Publicado el 7 de marzo de 2012)

Traducido del inglés. El artículo original se encuentra aquí: http://mises.org/daily/5939.

 

En un reciente artículo de opinión en el New York Times llamado “The Austerity Debacle”, el columnista Paul Krugman advierte cómo las políticas en Gran Bretaña han fracasado en conseguir una recuperación económica. Al hacerlo, afirma que las decisión del gobierno británico de “recortar el gasto” ha llevado una recuperación económica más lenta que la producida durante la Gran Depresión medida en crecimiento real del PIB. Sin embargo, como se verá enseguida, el actual gobierno británico ha implantado insignificantes reducciones en el gasto y continúa teniendo grandes déficits presupuestarios mientras que el gobierno británico de la Gran Depresión adoptó medidas de “austeridad” mucho más estrictas que el gobierno actual. Por tanto, si los acontecimientos históricos sin relación proporcionan alguna, la evidencia histórica en Gran Bretaña apoya la opinión de que los recortes en el gasto producen mayores recuperaciones económicas de las que produce el gasto en déficit.

Para Krugman, las medidas de austeridad representan la fuente de problemas económicos serios en Gran Bretaña. Por consiguiente, Krugman apunta:

Resulta que por una medida importante (los cambios en el PIB real desde que empezó la recesión), Gran Bretaña lo está haciendo peor esta vez de lo que lo hizo durante la Gran Depresión. Tras cuatro años de Depresión, el PIB británico había recuperado su máximo anterior; cuatro años después de que empezara la Gran Recesión, Gran Bretaña no está ni cerca de recuperar el terreno perdido (…) Sí, hay algunas matizaciones y complicaciones. Pero esto en todo caso representa un contundente fracaso de una política. Y es un fracaso, en concreto, de la doctrina de la austeridad que ha dominado las discusiones de la élite política en Europa y, en buena medida, en Estados Unidos durante los últimos dos años.

Basándose en una combinación de problemas económicos en Gran Bretaña y una afirmación de que la austeridad causó o exacerbó estos problemas, Krugman cree que tiene soporte empírico para esta opinión de que, durante las recesiones, el gasto en déficit promueve el crecimiento económico y el recorte del gasto exacerba las recesiones económicas.

Curiosamente, Krugman no proporciona ningún dato sobre las acciones del gobierno británico. En concreto, aunque afirma que las políticas británicas han sido sencillamente “recortar el gasto”, olvida que Gran Bretaña ignoró el consejo de los defensores del libre mercado aumentando significativamente los impuestos, por ejemplo aumentando el tipo marginal del impuesto de la renta al 50%, el tipo del impuesto a las ganancias del capital al 28% y el tipo del impuesto del valor añadido al 20%. Más dañino desde su punto de vista, como puede verse en las tablas 25 y 27 de este documento de OCDE, el gasto británico no ha experimentado recortes significativos y aún presenta un fuerte incremente comparado con los niveles previos a la recesión.

Aunque el gasto británico como porcentaje del PIB cayó ligeramente del 51,1% en 2009 al 49,8% en 2011, este nivel sigue significando un aumento masivo del gasto respecto de niveles de 2007 del 43,9% del PIB. Igualmente, aunque el déficit británico como porcentaje del PIB cayó del 11% en 2009 al 9,4% en 2011, este déficit sigue siendo un enorme aumento comparado con el nivel de 2007 de solo un 2,8% y, con la excepción de esta recesión, excede a todos los demás déficits en Gran Bretaña desde la Segunda Guerra Mundial. Aunque indudablemente lo keynesianos pueden ver estos recortes menores en el ámbito del gasto público como compatibles con sus teorías de cómo afecta a la economía reducir los déficits, deberían destacar por el bien de la honradez que creen que un gobierno que representa la mitad de todo el gasto en una economía con un historial esencialmente de un déficit tras la Segunda Guerra Mundial mayor del 9% del PIB está siendo “austero”, para que la gente que no haya visto los datos pueda hacer sus propios juicios sobre lo justo de la afirmación.

Aunque los críticos de los recortes del gasto puedan legítimamente interpretar los datos británicos para que se ajusten a sus teorías, no pueden conseguir mayores evidencias  a través de la comparación histórica hecha por Krugman con la Gran Depresión. Como se ha dicho antes, Krugman cree que las medidas británicas de austeridad han hecho que la recuperación en Gran Bretaña haya sido más lenta que durante la Gran Depresión. Al hacer esta afirmación, no considera la política fiscal real de Gran Bretaña durante la Gran Depresión. Después de abandonar el patrón oro en 1931, el gobierno británico equilibró su presupuesto y redujo el gasto como porcentaje del PIB todos los años hasta 1935, redujo el gasto público de un máximo del 28,8% en 193 a un 24,4% en 1935.[1] Aunque no fuera la ideal (pues parte de la reducción incluyó aumentos en los impuestos), esta política tuvo éxito en crear pequeños superávits presupuestarios cada año desde 1929 a 1936 (excepto un  irrelevante déficit del 0,2% en 1932), llevando como mencionaba Krugman a una recuperación más rápida que la actual política británica de un déficit superior al 9% respecto del PIB.[2]

Comparados con los recortes reales de 1931 con los “recortes” de 2010, que resultaban en la práctica un aumento en el gasto real, está claro que una comparación histórica apoya más a los defensores de los recortes en el gasto que a los del gasto en déficit keynesiano.[3] Es verdaderamente un extraño estado de cosas cuando los economistas encuentran razonable utilizar la palabra “austeridad” para describir tanto los presupuestos equilibrados británicos y las reducciones del gasto en la década de 1930 y sus extremadamente grandes déficits sin ningún recorte real del gasto en 2010. También resulta desafortunado que, al hacer esta comparación, olviden mencionar que la economía de presupuestos equilibrados experimentó una fuerte recuperación.

Al reflexionar sobre el estancamiento británico, Krugman lamenta que la política económica no haya aprendido la lección de la Gran Depresión. Dice en concreto:

Mejorar los registros de la década de 1930 no debería ser algo complicado. ¿No hemos aprendido mucho acerca de la dirección de la economía en los últimos 80 años? (…) Lamento decir que muchos economistas decidieron, en buena parte por razones políticas, olvidar lo que solían saber. Y millones de trabajadores están pagando el precio de su amnesia voluntaria.

Es verdad que es ciertamente triste que muchos economistas hayan defendido malas políticas y Gran Bretaña y otros gobiernos hayan continuado aumentando los impuestos y manteniendo grandes déficits presupuestarios a pesar de la experiencia de que el recorte en el gasto en Gran Bretaña funcionó mejor. También es ciertamente triste que algunos economistas al describir esta historia hayan experimentado “amnesia voluntaria”. Por ejemplo, Krugman dice que ha leído The Great Depression (1934), de Lionel Robbins, pero aparentemente olvidó (o ignoró) la opinión de Robbins de que Gran Bretaña equilibró su presupuesto en 1931, es decir, antes de la recuperación económica.[4]

Ignorando las lecciones de hace 80 años, el columnista del New York Times defiende políticas menos eficaces que las realizadas en aquel entonces, generando una recuperación más lenta en la actualidad. Aunque las comparaciones históricas ofrecen en el mejor de los casos evidencias no concluyentes, Krugman decide hacer esta comparación concreta entre Gran Bretaña durante la Gran Depresión y los conflictos contemporáneos británicos con la interpretación de Krugman. En lugar de sostener las hipótesis keynesianas, la comparación de las políticas británicas en el tiempo apoya la opinión de que verdaderos recortes en el gasto llevan a recuperaciones económicas más robustas que las supuestamente “austeras” políticas de la actual Gran Bretaña.

 

 

Sean Rosenthal es graduado en la Universidad de Georgetwon.



[1] Alan T. Peacock y Jack Wiseman, The Growth of Public Expenditures in the United Kingdoms (Princeton: Princeton University Press, 1961), p. 166. Hay que advertir también que, en pp. 164-165, se demuestra que el gasto público en términos reales cayó todos los años desde 1931 a 1934 antes aumentar ligeramente en 1935. Yo pensaba utilizar la fuente UKPublicSpending.co.uk, debido a la facilidad de uso de sus datos y gráficos, pero encontré errores sistémicos al comparar los datos más recientes en el sitio con las publicaciones de la OCDE y los datos curiosamente contradicen a esta fuente a pesar de ser la fuente de referencia, explicando tal vez en parte por qué parece haber tal confusión acerca de las políticas públicas británicas. Aunque este libro de la década de 1960 utiliza el PNB en lugar de PIB, las diferencias son tan insignificantes como para valer para este fin y publicaciones más reciente no deberían alterar los datos históricos de la Gran Depresión.

[2] Karl Aiginger, The Great Recession versus the Great Depression: Stylized Facts on Siblings That Were Given Foster Parents (Economics: The Open-Access, Open-Assessment E-Journal, Vol. 4, 2010-18), pp. 21–23. Cito los datos útiles y bien organizados, pero no la interpretación que da el autor.

[3] Ver la página 63 de “Public Expenditure: Statistical Analyses 2011”, HM Treasury.

[4] Ver Lionel Robbins, The Great Depression, p. 96.

Published Wed, Mar 7 2012 8:04 PM by euribe