La picardía venezolana, histórica pero no eterna (actualizado 18julio2009)
He leído el libro de Axel Capriles sobre La Picardía del venezolano o el triunfo
de Tío Conejo y me parece muy interesante. Aun cuando el libro habla de la
cultura histórica del pasado venezolano, tengo razones para pensar que el
futuro, debido a la globalización, el acceso masivo a internet y el hastío de
todos los sectores políticos de todas las tendencias por los sucesos actuales,
me hacen pensar que quizás pudiese en un futuro cercano haber, si no un brusco
cambio cultural, al menos una evolución nacional liderizada por algunos
venezolanos que no necesariamente en lo personal funcionan bajo el arquetipo del
pícaro. Por ejemplo, los venezolanos que viven en Florida tienen en conjunto un
mayor nivel educativo que el norteamericano blanco promedio. Quizás esta
afirmación mía confirme sin embargo la eterna dualidad del arquetipo del
trickster.
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La descripción histórica de las causas y manifestaciones de la doble
personalidad del venezolano, amistoso pero desconfiado, es pertinente y
ajustada a nuestra realidad. Sin embargo el autor Axel Capriles en el
primer capítulo, en la página 34, comenta lo que hemos concluido
algunos venezolanos, una vez que hemos logrado transferir esta
experiencia histórica desde nuestro inconsciente colectivo hacia
nuestro consciente indivuidual:
"Aunque puede atraernos sobremanera el argumento romántico según el
cual es preferible vivir intensamente un breve tiempo por un gran logro
que tener una larga vida irrelevante, es preciso considerar que mucho
más debe el bienestar y el progreso humano a la lenta consolidación de
las instituciones y a la acumulación de pequeños aportes mediante la
formación de redes sociales y el trabajo en cooperación que al destello
solar de los grandes genios y héroes culturales."
La pregunta que me hago, pues el papel y la imaginación lo pueden
todo, es si por diversas causas de las más variada índole, gran parte
de los venezolanos, todos pícaros en nuestro inconsciente colectivo,
logramos concientizar que nos convendría más preferir esa menospreciada
larga y segura vida irrelevante. De plantearnos esta alternativa a
nivel masivo, pudiese generarse un cambio social ya a nivel consciente,
debido a una hipotética pero enorme sumatoria de cambios de conducta
individuales, para que nuestros futuros actos sean más provechosos para
nosotros, nuestra cultura, nuestro desarrollo y nuestra descendencia.
No estoy sugiriendo que sea posible desligarnos de nuestro arquetipo
nacional. Pero a nivel individual muchas personas que responden a otro
tipo de personalidad más productiva, de todos modos están obligadas a
seguir los patrones picarescos para sobrevivir.
La picardía ha secuestrado por completo la psicología nacional del
mismo modo que las adicciones han secuestrado por completo la
psicología individual de muchas personas. Cuando un adicto en
recuperación reconoce a nivel consciente su enfermedad, aprende a
actuar sobriamente y sostenidamente a lo largo del tiempo. No por ello
deja ser un adicto, pero mejora significativamente su conducta y en
algunos casos logra continuar su vida con plenitud y con cambios
positivos insospechados.
Por lo tanto, si nuestra adicción nacional es hacerlo todo con
viveza, desdeñando el trabajo arduo y productivo, de igual modo
pudiéramos bajar nuestro nivel agregado de picardía a un nivel
estadísticamente menos enfermizo, y dar rienda a futuras generaciones
sucesivas para que liberen de su inconsciente indivual hacia el
inconsciente colectivo futuro nacional, otros modos de actuar
concordantes con los demás arquetipos. Hay venezolanos individuales
cuyo inconsciente individual es más acorde con el ánimus, el ánima, la
cuaternidad, el héroe, la madre, la mándala, el padre, la persona, el
puer aeternus, el sí mismo, la siombra o el viejo sabio. El
hipertrofiado trickster venezolano nos tiene actualmente secuestrados y
nuestras variadas personalidades individuales, llevadas a nuestro
comportamiento colectivo, no se manifiestan con plenitud porque
seguimos obligados a actuar como tricksters para sobrevivir en nuestro
medio social actual.
Desde la independencia hasta nuestros días hemos sido víctimas y
perpetuadores de la hipertrofia del trickster. El tomar conciencia de
que estos largos siglos de exceso picaresco han motivado gran parte de
nuestro subdesarrollo sería el primer paso para transformar nuestra
sociedad a favor de un mayor bienestar y progreso, con instituciones
más consolidadas y con acumulación de aportes cooperativos en beneficio
de las generaciones futuras.
Una concientización voluntaria de nuestra picardía almacenada en
nuestro inconsciente colectivo nacional sólo es posible a través de la
sinergia entre numerosos y lentos procesos individuales. Algún evento
exógeno por ocurrir pudiese acelerar esta concientización. En todo caso
nuestra mayor interacción con la psicología del resto del mundo por la
globalización y el internet, nos puede hacer descubrir que existen
modos más efectivos de vivir nuetra existencia con mayor plenitud y
menos contradicciones. Indvidualmente cada uno de nosotros, venezolanos
pájaros bravos, podemos aprender a reconocer que no estamos obligados a
mentirnos constantemente entre nosotros mismos para poder sobrevivir.