David Frum, New Dealer neoconservador

Por Robert P. Murphy. (Publicado el 29 de marzo de 2010)

Traducido del inglés. El artículo original se encuentra aquí: http://mises.org/daily/4211.

                         

Siguiendo los pasos de la victoria de Ron Paul en las encuestas de opinión en la convención de la CPAC, el autor neoconservador David Frum dijo a los lectores de CNN que una vuelta al patrón oro sería al tiempo indeseable e imposible.

Frum y yo hemos tenido en el pasado nuestros más y menos sobre el patrón oro y no quiero repetir esas discusiones. En el presente artículo expondré  nuevas objeciones centradas en sólo en el último ataque de Frum al patrón oro.

Frum confunde a los estadounidenses con respecto a FDR

Después de minimizar la importancia del triunfo de Ron Paul en la CPAC, frum admite que muchos estadounidenses han asumido en mensaje de Paul de ligar de nuevo el dólar al oro. Frum piensa que una opinión tan pintoresca ignora la historia de Estados Unidos. Escribe:

“G.K. Chesterton decía que nunca deberíamos derribar una valla antes de entender por qué se puso.

Así que redescubramos en primer lugar por qué los estadounidenses abandonaron el patrón oro”.

En primer lugar, es algo curioso usar una cita de G.K. Chesterton (el epítome de conservador sabio en el verdadero sentido de la palabra) para justificar la eliminación del patrón oro, que el propio Frum reconoce que se consideraba un baluarte de la civilización occidental.

En todo caso, resulta extraño decir que “los estadounidenses abandonaron el patrón oro”. Recordemos los acontecimientos reales: El oro era originalmente la moneda elegida voluntariamente por el mercado (junto con la plata). Los estadounidenses querían tener papeles moneda llamados “dólares” sólo porque eran originalmente títulos legales que daban derecho a los portadores a una cantidad específica de oro (o plata).

Así, en 1933, el recién investido Presidente Roosevelt anuló las obligaciones contractuales del Tío Sam. Posteriormente obligó a todos los estadounidenses a entregar su oro bajo amenaza de prisión y una multa de 10.000$. Ni siquiera era legal que los estadounidenses ligaran cláusulas contractuales al precio mundial del oro, hasta la década de 1970.

Ni siquiera ocurrió que FRD hiciera campaña prometiendo acabar con la ligazón de dólar con el oro. De hecho una de las quejas más amargas de Herbert Hoover fue que FDR causó un caos innecesario en los mercados financieros después de su elección en noviembre de 1932 al no explicar cuál sería su política respecto del oro durante la temporada en funciones de Hoover . (En aquel entonces, los presidentes no asumían el cargo hasta el 4 de marzo).

Hay muchas formas de describir la historia anterior, pero “los estadounidenses abandonaron el patrón oro” no estaría en mi lista personal. Bajo el mismo razonamiento, si un texano se quejara de los escandalosos impuestos federales, yo no diría “¡Eh! Deberías recordar por qué Estados Unidos mantuvo la Confederación”.

David Frum economista keynesiano

Analicemos la explicación de Frum de por qué “Estados Unidos” abandonó el patrón oro al principio de la década de 1930:

“En 1929, la economía de EEUU cayó en la recesión. Bajo el peso de una serie de terribles decisiones, esa recesión colapsó en la Gran Depresión mundial.

¿Pero por qué adoptaron tantas decisiones malas quienes tomaban las decisiones? La respuesta breve es que estaban atrapados. Casi todas las decisiones correctas habrían hinchado el déficit presupuestario federal de EEUU. A medida que se expandían los déficits presupuestarios, los inversores inevitablemente se habrían preocupado porque sus dólares podrían perder valor en el futuro. Reclamarían cambiar sus dólares por oro al precio fijo de 20,67$ la onza. Bajo las reglas del patrón oro, el gobierno de EEUU se hubiera visto obligado a vender.

Mientras continuasen los déficits, el gobierno de EEUU perdería oro. Amenazado por el agotamiento de su oferta de oro, el gobierno sintió que no tenía elección: Tenía que eliminar el déficit presupuestario. Así que en vísperas de una severa crisis, el gobierno de EEUU hizo exactamente lo contrario de lo que habrían aconsejado los economistas: recortó el gasto y aumentó los impuestos, volcando aún más la economía hacia la depresión.

Es muy extraño escuchar a los partidarios del patrón oro criticar al Presidente Hoover por imponer grandes aumentos impositivos en 1932, el peor año de la Depresión. Aún así, el patrón oro que defienden fue el motivo de los aumentos impositivos que deploran”. (Énfasis añadido)

No necesito centrarme en la mala economía detrás de las afirmaciones de Frum. David Friedman ya ha hecho un trabajo fabuloso y yo me limitaría a repetir lo mismo que escribí hace una semana al criticar las malas historias de fantasmas de Paul Krugman sobre Herbert Hoover.

En el presente artículo, sólo quiero hacer una observación: ¿no es curioso que David Frum, antiguo redactor de discursos de George W. Bush y miembro del American Enterprise Institute, piense que es de conocimiento común que el gasto en déficit es la forma de arreglar una economía en depresión?[1] Hay que reconocer que Frum es consecuente: Realmente ha criticado a los republicanos conservadores por oponerse al paquete de estímulo de Obama.

Cuando era más joven, cuando era aún más ingenuo que ahora, no podía entender por qué las “derechas” podían ser tan buenas en asuntos internos como impuestos y regulaciones comerciales, pero tan terribles en asuntos de política exterior. No podía entender cómo conservadores declarados podían detestar y temer al gran gobierno cuando aludían al Departamento de Salud y Servicios Humanos, pero no cuando lo hacían a la CIA y el Pentágono.

Ahora me doy cuenta de que no hay hipocresía o inconsistencia en absoluto, al menos no entre algunos de los principales teóricos neoconservadores: Son muy consecuentes en creer que los políticos de Washington tiene a la vez la capacidad y el deseo de hacer del mundo un lugar mejor, ya sea en territorio extranjero o en las ciudades del interior de Estados Unidos. Sólo se necesitan varios billones de dólares y unos pocos expertos como David Frum asesorándoles.

¿Es imposible el patrón oro?

Después de pintar un cuadro de lo terrible que sería un patrón oro moderno (habría hecho imposibles los recientes déficits de más de un billón de dólares, ¡caramba!), Frum argumenta que toda la discusión es inútil:

“Ningún gobierno puede retornar jamás al patrón oro.

Ya en la década de 1930, los gobiernos aceptaron terribles sufrimientos porque estaban aterrorizados ante las consecuencias de quedarse sin oro. Cuando el Presidente Franklin Roosevelt comunicó a su director de presupuesto, Lewis Douglas, su decisión de abandonar el oro, Douglas replicó: ‘Es el fin de la civilización occidental’. Tampoco estaba bromeando.

De hecho, la decisión fue el momento clave de la Depresión, el inicio de la recuperación. Y cualquier economista monetario lo sabe. Lo que significa que lo primero que cualquier gobierno futuro en el patrón oro tendría que hacer en caso de recesión sería deshacerse del oro. Y cualquier operador en el mercado también sabe eso.

Así que (…) tan pronto como apareciera en el horizonte el primer signo de recesión, los comerciantes echarían por tierra la moneda del país con patrón oro. Dicho país tendría entonces que decidir si autoimponerse un equilibrio presupuestario draconiano al estilo del de 1932 o evitar toda esa experiencia dolorosa y rendirse de inmediato a lo que antes o después es inevitable.

Como todos saben que un país con patrón oro abandonaría éste tan pronto como aparecieran dificultades, nadie creerá nunca una decisión de de restaurar el patrón oro.

Está tan muerto como los monóculos y los bastones de paseo. En realidad, más muerto”.

Ya me he ocupado aquí de la historia de los gobiernos que rompen sus lazos con el oro. Lo que quiero hacer ahora es demostrar que el argumento de la conclusión de Frum contradice los escritos de G.K. Chesterton, subrayando la curiosidad a la que antes aludí. Reitero que Frum afirma que la historia ha avanzado y el patrón oro ahora está obsoleto. No he podido encontrar una cita de Chesterton sobre el mismo patrón oro, pero he encontrado esto:

“Una de las primeras cosas que están mal es ésta: la profunda y silente suposición moderna de que las cosas pasadas se han convertido en imposibles. Hay una metáfora que les gusta mucho a los modernos: siempre están diciendo ‘no puedes volver el reloj atrás’. La respuesta simple y obvia es ‘Sí puedes’. Un reloj, al ser una construcción humana, puede restaurarse con cualquier dedo humano a cualquier hora. De la misma forma, la sociedad, al ser una construcción humana, puede reconstruirse bajo cualquier plan haya existido”. (G.K. Chesterton, Lo que está mal en el mundo).

Es difícil apuntar el error preciso en el razonamiento de Frum, pues es una ristra de afirmaciones. Bajo el plan de Murray Rothbard de retorno a un verdadero dólar oro, los billetes estarían cubiertos al 100% con reservas de oro. Así que incluso si los inversores de todo el mundo dudaran del compromiso de que, por ejemplo, un Presidente Paul recién elegido cumpliera con sus obligaciones respecto del oro en el gobierno de EEUU, esto no sería un problema. Los gobiernos se pondrían en problemas si imprimieran más papel moneda del que puedan redimir, quedando vulnerables ante una “corrida de oro” por parte de los especuladores. Bajo un patrón oro con reservas del 100%, es cierto que se impediría la capacidad del gobierno federal de generar déficits, pero esa es una de las ventajas de la propuesta.

Conclusión

Aunque escribe con confianza, el rechazo del patrón oro de Frum se basa en una historia errónea, una mala economía y una creencia en el poder de Washington para dirigir la economía. Por encima de todo, Frum acaba con un non-sequitur similar a mi declaración de que una dieta no puede reducir mi barriga, pues la he abandonado hace dos semanas.

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Robert Murphy, investigador adjunto del Mises Institute y miembro de la facultad de la Universidad Mises, gestiona el blog Free Advice y es autor de The Politically Incorrect Guide to Capitalism, Study Guide to Man, Economy, and State with Power and Market, Human Action Study Guide y The Politically Incorrect Guide to the Great Depression and the New Deal.



[1] Después de escribir este artículo, Frum abandonó el AEI.

Published Sun, Apr 4 2010 7:55 PM by euribe

Comments

# La Fed: El talón de Aquiles de la Escuela de Chicago

Tuesday, October 18, 2011 12:03 PM by Mises Daily en español

Por Robert P. Murphy. (Publicado el 13 de diciembre de 2010) Traducido del inglés. El artículo