Todas las leyes tienen dientes

Por Jeffrey A. Tucker. (Publicado el 12 de octubre de 2010)

Traducido del inglés. El artículo original se encuentra aquí: http://mises.org/daily/4775.

 

Hace cinco años que los federales apuntaron al descongestivo nasal. Bajo George Bush, se convirtió en un acto criminal una parte normal de la vida diaria civilizada, que era la compra sin receta médica de Sudafed y muchos otros productos que contienen pseudoefedrina. Puedes conseguirla, pero está severamente racionada. Tienes que presentar tu carnet de conducir y nadie sin ella puede comprarla. Los límites en las cantidades permitidas comprar quedan muy por debajo de la dosis recomendada y los compradores raramente saben cuándo están comprando demasiado.

El racionamiento y criminalización de este producto aparece como parte de la Patriot Act. La droga sustitutiva, fenilefrina, es mucho menos eficaz en narices, pero más eficaz en Washington: la compañía que la fabrica, Boehringer Ingelheim, gastó 1.600 millones de dólares cabildeando en Washington en 2006 (los últimos datos) y la misma cantidad el año anterior. Los fabricantes de la medicina que todo el mundo quiere realmente son diversos y extendidos por toda China. La pseudoefedrina se convirtió en objetivo en nombre de la guerra contra las drogas  porque según parece puedes usarla para fabricar metanfetamina. Desde la casi prohibición, hay indicios de que la producción de la droga ha aumentado, principalmente debido al contrabando desde México. Incluso una rápido vistazo a Google demuestra que el mercado gris está prosperando.

He escrito con simpatía hacia quienes han sido capturados en las redes legales: muchos compradores no están haciendo realmente nada malo. Quien intenta comprarla es tratado como un criminal y uno nunca sabe con  seguridad cuándo está comprando más del límite legal. En diversos casos que he destacado, la gente ha comprado sin intentar fabricar drogas, pero fueron detenidos de todas formas. En otros casos, a la gente les ha pedido amigos que las compraran que pueden haber tratado o no de hacer metas. Otros casos incluyen figuras oscuras con antecedentes criminales y asociaciones sospechosas que han sido así desacreditadas y perseguidas por policía y jueces.

En mi opinión, cualquier persona detenida merece ser defendida. Se han violado sus derechos. Una mujer de mi comunidad afronta 20 años en la cárcel sólo por comprar 4 cajas en un periodo de 12 días. Las noticias sugieren que es una mala persona por muchas otras razones, y por eso ha habido poca simpatía pública hacia ella, de la misma forma que la gente bajo la prohibición del alcohol era condenada por ello a pesar de que el motivo de su detención era otro (podían ser los impuestos u otra cosa).

Algo tan serio como la ley y la cárcel deberían usarse para castigar a quienes atacan a personas o propiedades, no por automedicarse. Si esta mujer es mala, debería ser castigada por el mal que hizo, no por alguna razón falsa.

En cualquier caso, con todas las leyes estúpidas como ésta, los inocentes acaban siendo dañados. Es extraño cómo la mayoría de la gente está dispuesta a dar a la policía y los tribunales el beneficio de la duda y hacer como si el sistema de alguna forma supiera algo que nosotros no sabemos. Cualquiera que sea llevado a la cárcel probablemente merezca lo que le pasa, a pesar de que no sepamos los detalles. La gente haría mejor si se apartara del mal camino, de estar más allá de los reproches. No juegues con fuego y no te quemarás, eso es lo que la gente tiende a pensar en estos casos.

Echan la culpa a la víctima. De alguna forma, sospecho que los mismos sentimientos prevalecen incluso en los peores estados totalitarios. Para cuando la gente despierta a la realidad de que la ley y sus aplicadores son el problema, es demasiado tarde.

Esta mañana ha llegado este correo:

Navegando por Internet, he visto su artículo “Free the Clogged Nose-25” y quiero agradecerle que me demostrara que no estoy casi solo en mi forma de pensar y que la situación actual en que nos encontramos mi marido y yo sin duda no es extraordinaria. Verá, tenemos, tres hijos adolescentes aún viviendo en casa. En abril de este año, tienen 17, 16 y 15 años, Tanto mi marido como yo, junto con nuestros tres adolescentes sufrimos terribles alergias de temporada y hemos tratado de conseguir por todos los medios la medicina disponible, así como una pocas recetas médicas. Lo único que nos alivia es el Sudafed o el genérico equivalente.

Así que, como usted sabe, mi marido y yo somos los únicos de la familia que podemos comprar Sudafed. Era la primera en admitir que para tener medicina suficiente para todos, tanto mi marido como yo comprábamos en más de una farmacia. Sabía que estábamos excediendo nuestra asignación, pero también sabía que el código de Alabama establece que comprar más de 6 gramos por mes permitidos sólo es ilegal “si se intenta fabricar”. Así que como no teníamos intención de fabricar nada, yo no consideraba estar infringiendo la ley.

En marzo de este año, los noticieros locales dijeron que se había aprobado una ley que crearía una base de datos estatal  de todos los establecimientos  que vende pseudoefedrina, para que los consumidores no puedan superar el límite yendo de una farmacia a otra. Eso fue lo que dijo la prensa respecto de la ley. A mediados de mayo, descubrimos de mala manera que habían dejado de lado una parte muy importante de esa nueva ley cuando la comunicaron a la opinión pública. Aparentemente “si se intenta fabricar” había desaparecido de la ley de Alabama respecto de las compras de pseudoefedrina. Estoy seguro de que puede adivinar el resto de la historia. Fuimos arrestados por “compraventa de precursores químicos”, que en el primer delito es una falta de clase C. Mi marido es un marine veterano así que tenía antecedentes criminales (peleas en bares, etc.) pero nunca cargos por drogas. Yo no había pasado de alguna multa por exceso de velocidad y soy licenciada en derecho penal.

Incluso después de explicar la situación al juez y apuntar que somos ciudadanos cumplidores de la ley tratando de ofrecer algún confort a nuestros hijos durante la temporada de alergias, el juez siguió considerándonos culpables. Hemos apelado la sentencia y volveremos a los tribunales en diciembre. No podemos esperar ganar sólo con la verdad, pues evidentemente la verdad no importa, así que voy a rezar por que el “error de lay” nos consiga un veredicto de inocencia esta vez… ¡o tendré que volver a licenciarme!

En el momento de nuestro arresto, nuestro hijo mayor (que no vivía en casa) era estudiante universitario de investigación forense con un 8 de media, nuestra hija mediana estaba a pocos días de graduarse en historia en su instituto después de apuntarse a softball y voleibol y actuar de secretaria en el Beta club, nuestra hija menos estaba acabando su 10º año con sobresalientes hacía pocos días que entró en la banda de música para el siguiente otoño y nuestro hijo acababa 8º con sobresalientes y trabajando duro en los equipos de fútbol. Estamos muy orgullosos de nuestros hijos y nos enfurece el hecho de que hayan tenido que soportar todas las asociaciones negativas que ha conllevado nuestro arresto. ¡Pero son muy resistentes! Saben que no estábamos haciendo realmente nada malo, así que mantienen su cabeza alta y siguen adelante.

Como sospechaba, estos casos no son aislados. Gracias  Google News, podemos descubrir muchos casos trágicos. Hasta donde sabemos, la mayoría de los casos son de gente inocente tratando de despejar sus narices. Pero aunque sólo uno de cada diez casos implicara una injusticia, sería suficiente razón para derogar la ley. No estoy a favor de leyes contra el consumo o la fabricación de metas, pero, si se mantienen esas leyes, entonces es el consumo de meta el que debería penalizarse, no las acciones que simplemente parecen vagamente asociadas con actividades ilegales.

Al final no se trata de uso o fabricación de drogas. Se trata de intereses creados. Se trata del uso del miedo y la coacción y la expansión del poder del estado. Se trata de derechos humanos y libertad. ¿Deberían preocuparnos estas cosas? Sí, si nos preocupa salvar a la civilización de su enemigo, el estado.

 

 

Jeffrey Tucker es editor de Mises.org y autor de Bourbon for Breakfast: Living Outside the Statist Quo.

Published Tue, Oct 12 2010 8:23 PM by euribe
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Por Justin T.P. Quinn. (Publicado el 17 de marzo de 2011) Traducido del inglés. El artículo