Por Joseph T. Salermo y Jeffrey A. Tucker. (Publicado el 18
de marzo de 2009)
Traducido del inglés. El artículo original se encuentra aquí:
http://mises.org/daily/4202.
[Este artículo es una adaptación de las intervenciones de
presentación realizadas pro el primer coautor en la Austrian Scholars
Conference, celebrade del 11 al 13 de marzo en Auburn. Alabama. Tanto las
intervenciones orales como el artículo escrito son productos conjuntos de ambos
coautores.]
Cuando se realizó en primera Austrian Scholars Conference en
1992, estábamos al inicio de la economía de la Gran Burbuja que nos trajeron
Alan Greenspan y Ben Bernanke y sus
asociados de la Fed. Esta brillante y burbujeante “nueva economía” ha seguido
finalmente el camino de todas las burbujas de la economía en la historia,
desinflándose en agua sucia y girando lenta pero firmemente hacia el desagüe
recesionista. Pero ha dejado en su aparición algo verdaderamente asombroso, algo
que nunca podíamos haber previsto: un segundo renacimiento austriaco.
El primer renacimiento austriaco floreció en 1974 como
consecuencia de la coincidencia de dos acontecimientos únicos. En junio, un
grupo de 30 economistas y estudiantes de grado austriacos se reunieron en la
aldea de South Royalton, Vermont. (Algunos participantes todavía juran que el
lugar estaba embrujado, pero esa es otra historia). En octubre, Friedrich
Hayek, un discípulo de Ludwig von Mises y eminente economista, ganó el Premio Nobel
de Economía por su precursor trabajo teórico sobre el dinero, el capital y los
ciclos económicos. Pero a pesar de estos acontecimientos, la teoría económica
austriaca no dejó mucha impresión en la economía de la corriente principal.
Tampoco registró avances en el periodismo económico ni en los comentarios
financieros diarios.
Hayek y Murray N. Rothbard, el principal seguidor de Mises
en Estados Unidos, fueron relegados a las áreas “blandas” de la economía, como
metodología, economía política y filosofía social. Es verdad que algunos
economistas de la corriente principal admitieron que los austriacos hacían
críticas agudas de la metodología positivista y realizaban una defensa
provocativa, aunque extrema, contra el socialismo y a favor de la economía de
mercado. Pero la propia teoría económica austriaca fue, o bien completamente
ignorada o rechazada como atrasada y anticuada. Así que muchos jóvenes
austriacos abandonaron pronto completamente la investigación de la teoría económica técnica y derivaron hacia
la metodología y la comparativa de sistemas económicos, donde al menos podían
escucharse sus opiniones. Desgraciadamente, los altaneros teóricos de la
corriente principal consideraban estas áreas las aguas muertas intelectuales de
la economía, cuyos habitantes eran meros ensayistas.
Ahora todo eso ha cambiado con la repentina implosión de la
falsa prosperidad que se había construido sobre más de una década de bajos
tipos de interés e inflación de dinero fiduciario. Sin una conferencia
importante o la fanfarria de otro ganador del Premio Nobel, ha aparecido
espontáneamente un segundo renacimiento austriaco a partir del fracaso de los
macroecnomistas de la corriente principal en explicar adecuadamente la
inflación y la explosión de las burbujas tecnológica e inmobiliaria. El
consecuente colapso y el rescate de la Fed y la virtual nacionalización de todo
el sector financiero también pillaron a los macroeconomistas completamente por
sorpresa, invalidando su teoría de la banca central y la política de estabilización
monetaria que había sido desarrollada tan cuidadosamente en incontables
artículos en periódicos desde la década de 1980.
Podemos situar casi exactamente el segundo renacimiento
austriaco en el otoño de 2008. Desde entonces, el uso de recursos en línea en
Mises.org se dobló de golpe respecto del año anterior, pues inversores,
comentaristas de medios de comunicación o el público en general buscaban
frenéticamente respuestas en todas partes mientras veían cómo una institución
financiera emblemática tras otra caían en la bancarrota. Además, los austriacos
se han beneficiado por libros superventas, figuras públicas que defienden su
causa, importantes expertos financieros que defienden el punto de vista
austriaco, nuevas herramientas de investigación disponibles por medios
digitales y una explosión de nuevo interés en las nuevas generaciones.
Afortunadamente al contrario que el primero, el segundo
renacimiento de la economía austriaca se ha centrado en la teoría
económica de Mises, Hayek y Rothbard. Paul Krugman y Brad DeLong, dos eminentes
ultra-keynesianos, se sienten ahora obligados a aprender y tratar de refutar la
teoría austriaca del ciclo económico. Otros macroeconomistas, como Lee Ohanian
de UCLA, reexaminaron los datos históricos y descubrieron que Rothbard tenía
razón acerca de las causas de la severidad de la Gran Depresión. En un artículo
publicado en una de las principales revistas teóricas de la corriente
principal, el Journal of Economic Theory, Ohanian concluía:
“Mi análisis también ofrece un teoría
de por qué un gasto nominal bajo (una demanda agregada deficiente) generó una
depresión tan grande en la década de 1930, pero no a principios de la de 1920,
que fue un periodo de una deflación comparable, pero en el que las empresas
industriales recortaron considerablemente los salarios nominales. En ausencia
del programa de Hoover, mi análisis indica que la Depresión habría sido mucho
menos severa. La década de 1930 habría sido sustancialmente mejor
económicamente si el gobierno no hubiera adoptado programas que aumentaron
artificialmente los salarios reales en los mercados industriales de mano de
obra y vetaron que dichos mercados se liquidaran”.
Reconociendo la incapacidad de sus sofisticados modelos de
predecir o incluso explicar el colapso financiero y la consecuente Gran
Recesión, los principales teóricos macroeconómicos del momento han vuelto al
simple keynesianismo en bruto. Piden cada vez más estímulos fiscales y
monetarios a través de déficits masivos y tipos de interés cero. Estas políticas
tradicionales de estímulo han fracasado en encender una recuperación fuerte,
aun cuando se han implantado a una escala masiva.
Pero el fracaso manifiesto de dichas políticas no ha dado
pausa a sus defensores, sólo les ha incitado a proponer planes cada vez más
extravagantes. Una propuesta de este tipo se inspiraba en el excéntrico
monetario Silvio Gesell, a quien Keynes calificó una vez como un “extraño y
excesivamente olvidado profeta”. La versión moderna del plan de Gesell reclama
un impuesto sobre los depósitos del banco público y las existencias de divisas
como medio para llevar a los tipos de interés nominal por debajo de cero y así
estimular el gasto total.
La única alternativa coherente a esta extravagancia
keynesiana y monetaria es la teoría austriaca monetaria y del ciclo económico.
Es la repetición de la década de 1930. El polvo se ha posado y se ha aclarado
el desastre de la macroeconomía moderna y de nuevo los hayekianos se enfrentan
a los keynesianos en el campo de batalla intelectual. Realmente este mensaje ha
llegado hasta el ciudadano medio en la sensación que supone el video en línea
del rap de Keynes y Heyek, “Fear the Boom
and Bust”, producido por John Papola
y Russ Roberts.
Es importante señalar que la renovación del interés por la
teoría austriaca podría no haberse producido o haberse esfumado rápidamente si
no hubiera habido recursos para apoyarla. Estos recursos intelectuales los ha
aportado el Instituto Mises, que ha mantenido viva casi en solitario la
tradición austriaca de los análisis monetarios y el ciclo económico.
Abundan los ejemplos. America's
Great Depresión, de Rothbard, se ha mantenido impresa y se lanzó una
segunda edición de su Mystery of Banking
en 2008. Prices
and Production and Other Works, una recopilación de los escritos
teóricos más importantes de Hayek, mucho tiempo agotada, se publicó en 2008. A
ella le siguió en 2009 A Tiger by the Tail,
una edición resumida de extractos de la obra de Hayek, ajustada a la audiencia
popular. El Instituto Mises también publicó nuevas perspectivas en
macroeconomía austriaca, siendo la más notable el tratado de Jesús Huerta de
Soto, Money,
Bank Credit, and Economic Cycles, publicado en 2006 y, en una segunda
edición, en 2009. Además, el Instituto Mises ha puesto disponibles en línea
casi todos los trabajos importantes en teoría económica austriaca que se han
publicado desde la fundación de la escuela por Carl Menger en 1871.
El resultado de toda esta
preparación material e intelectual es que la batalla entre austriacos y
keynesianos probablemente se resuelva de forma muy diferente esta vez. Los
austriacos están bien armados con armas teóricas sólidas y verdaderas que han
sido renovadas y mejoradas desde las disputas de la década de 1930. El
keynesianismo en todas sus variantes ha sido intentado repetidamente y ha
resultado inútil. Ha perdido su ventaja táctica: ya no es nuevo y nunca fue
verdad. Sus líderes intelectuales están en desorden y confusión. El largo plazo
está llegando para el keynesianismo y está listo para ser enterrado.
Así que este año la Austrian
Scholars Conference significa algo especial. Buscábamos, no enseñar y parender
unos de otros, sino establecer la agenda para la futura ciencia económica.
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Jeffrey Tucker es editor de Mises.org.
Joseph Salerno es vicepresidente académico del Mises
Institute, profesor de economía en la Universidad de Pace y editor del Quarterly Journal of Austrian
Economics. Ha sido entrevistado en Austrian Economics
Newsletter y Mises.org.
Este artículo es una adaptación de las intervenciones de
presentación realizadas pro el primer coautor en la Austrian Scholars
Conference, celebrade del 11 al 13 de marzo en Auburn. Alabama. Tanto las
intervenciones orales como el artículo escrito son productos conjuntos de ambos
coautores.