Por Mark Thornton. (Publicado el 17 de febrero de 2011)
Traducido del inglés. El artículo original se encuentra aquí: http://mises.org/daily/5050.
La Reserva Federal ha estado ocupada los últimos tres meses inyectando en la oferta monetaria 300.000 millones de dólares, con muchos más prometidos en los próximos meses. Algunas de las consecuencias han sido dolorosamente predecibles, otras menos.
El presidente de la Fed, Ben Bernanke dijo que lo hacía para estimular la vivienda y el empleo. La tasa de desempleo ha caído en los meses recientes, pero la mayoría de los analistas de mercado son escépticos acerca de que la mejora estadística sea real o duradera.
Las grandes cifras en la vivienda también parecen buenas, aumentando las licencias de construcción en un 16,7% en diciembre. Sin embargo las unidades realmente “actualmente en construcción” bajaron en la misma cantidad, un 16,7%. Los inicios de construcciones de viviendas disminuyeron en diciembre en un 4% y las de viviendas unifamiliares bajaron un 9%.
Incluso la mejora en los permisos de construcción indica que los problemas continúan. El aumento en los permisos se produjo principalmente en el Nordeste y el Oeste y la mayoría de aumento fue para estructuras multiunidad (es decir, pisos y dúplex). Esto tiene sentido, dado que la gente está perdiendo sus casas o mudándose a pisos debido a sus limitaciones de presupuesto.
Asimismo el número de permisos emitidos en diciembre de 2010 fue de un 7% menos que en diciembre de 2009. Igualmente los inicios de construcciones de viviendas fueron un 8% menos en este diciembre respecto del año pasado.
Un factor que pesaba en el mercado inmobiliario eran los tipos de interés. Los tipos de las hipotecas ha empezado a aumentar junto con los rendimientos de los bonos. Supuestamente Bernanke pensaba que la QE2 habría reducido los tipos de las hipotecas, pero recientemente testificó en el Congreso que los nuevos tipos más altos son realmente una señal de “brotes verdes” en la economía. Los tipos más altos podrían ser una señal de confianza económica, pero otras señales indican que a los prestamistas les preocupa la inflación y están aumentando los tipos al tener en cuenta la caída de valor del dólar.
Los precios de todo parecen haberse disparado. Solo la vivienda, el dólar y la renta ajustada a la inflación son negativos. Los precios mundiales de alimentos y materias primas han subido un 28% en los últimos 6 meses. El “Billion Prices Project” del MIT confirma que los precios han venido subiendo más de lo que indica el índice de precios del consumo. Los empresarios me icen que ya están planeados grandes aumentos de precios para todo, desde las verduras a los vaqueros.
Los precios más altos de los alimentos desencadenaron las revoluciones en Túnez y Egipto y las manifestaciones masivas en países como Argelia, Jordania, Yemen, Bahrein e Irán. La gente de esos países compra más comida no procesada y gasta un porcentaje mucho mayor de su renta en comida, por lo que se han visto gravemente empobrecidos por la QE2 de Bernanke.
Bernanke afirma que la política monetaria no puede cambiar la cantidad de trigo en un solo kilo y que los más altos precios en los alimentos son la consecuencia del mal tiempo en Rusia y Australia. Sin embargo el mal tiempo no explica por qué los precios de prácticamente todos los alimentos y todas las materias primas que no son alimentos han aumentado sustancialmente en los tiempos recesionistas recientes. Es claramente un caso de demasiado dinero buscando demasiados pocos bienes.
Por supuesto, sería incorrecto dar a Bernanke el mérito de liberar al pueblo egipcio, porque los precios de los alimentos fueron solo la espoleta, no la causa real de toda esta incomodidad social.
Sin embargo es indudablemente correcto dar el mérito a Bernanke y a sus colegas banqueros centrales de todo el mundo por la inflación de materias primas en todo el mundo.
Mark Thornton es miembro residente senior en el Instituto Ludwig von Mises en Auburn, Alabama, y es editor de la crítica de libros del Quarterly Journal of Austrian Economics. Es autor de The Economics of Prohibition, coautor de Tariffs, Blockades, and Inflation: The Economics of the Civil War y editor de The Quotable Mises, The Bastiat Collection y An Essay on Economic Theory