Por Doug French. (Publicado el 30
de mayo de 2006)
En el 484
a de C., Herodoto, el padre de la historia escrita, nació en la antigua ciudad
de Halicarnaso, hoy conocido como Bodrum, en Turquía. Durante el invierno,
Bodrum es un pueblo somnoliento de 35.000 habitantes, pero cuando llega el
verano, la población explota cuando llega medio millón de turistas de todas
partes del mundo a disfrutar de las playas, los barcos, la historia, las
compras y la vida nocturna que ofrece esta antigua ciudad a orilla del Mar
Egeo.
Se ha
hecho historia de nuevo en Bodrum recientemente con la reunión inaugural de la Property
and Freedom Society, la creación del profesor Hans-Hermann Hoppe. Hoppe invitó
a intelectuales de Europa y Estados Unidos a este lugar extraordinario para
realizar presentaciones, crear relaciones y disfrutar del área y su historia.
Los participantes procedían de 30 países distintos.
La
conferencia tuvo lugar en el Karia Princess, un hotel elegante y encantador
propiedad del Ahmet Veli Menger Holding de Estambul. El vicepresidente del AVM
es Gulcin Imre, cuya tesis doctoral en economía trata de la obra de Ludwig von
Mises.
Los temas
de las presentaciones iban de la religión a los derechos de propiedad y las
oportunidades de negocio en Europa Oriental. Pero el tema general de la
conferencia era el crecimiento del gobierno en todo el mundo y como cambiar la marea
a favor de la libertad.
Además de
Hoppe, los conferenciantes incluían a los contribuidores habituales de LRC Tom
DiLorenzo, Stephan Kinsella y Paul Gottfried, así como el miembro senior del
Mises, Guido Hulsmann y el investigador adjunto Marco Bassani.
Pero por
muy distinguidos que fueran los conferenciantes, la historia de Bodrum y sus
alrededores fue lo más destacado. Se ofreció al grupo una visita guiada al
Castillo de San Pedro, que es el monumento más distinguido de Bodrum,
dividiendo en dos el puerto de la ciudad. Los trabajos en el castillo empezaron
en 1406 por parte de los caballeros de San Juan. El castillo y la ciudad
cayeron bajo el gobierno otomano en 1523. Después de siglos de olvido, el
castillo se convirtió en prisión en 1895 e incluso fue dañado durante la
Primera Guerra Mundial por obuses procedentes de un buque de guerra francés.
Ahora el castillo muestra tesoros submarinos encontrados en toda Turquía.
Desde las
plantas superiores del castillo hay unas vistas magníficas del puerto de Bodrum
y toda la ciudad, incluyendo el anfiteatro situado en la ladera que la rodea.
Con una capacidad de alrededor de 13.000 personas, el anfiteatro durante el
reino de Caria en la época helenística (330-30 a de C.). Hoy no ocurren muchas
cosas en el anfiteatro: se convirtió en museo en 1973. Ahora la vida nocturna
ofrece la acción en el Bodrum moderno y aunque solo acoge alrededor de la mitad
de lo que el anfiteatro en su tiempo, el club nocturno Halikarnas es el lugar
para estar para quienes les guste la noche. Pero no piensen que el club
Halikarnas es barato para quien tenga dólares. La entrada costaba unos 20$ (¡el
domingo por la noche!) y las copas aproximadamente lo mismo. Estábamos ansiosos
por ver lo que les gusta y bailan los turcos modernos. Sin embargo, parece que
el rap y la música hip hop son las exportaciones estadounidenses más
dominantes.
Los
muelles dominan el otro lado del Puerto de Bodrum. Y para quienes tengan la
impresión de que Turquía es algún tipo de país atrasado y pobre, un paseo por
los muelles donde están atracados los yates privados cambiará inmediatamente su
percepción. Obras de varias docenas de millones de dólares están atracadas unas
junto a otras, muchas con tripulaciones a tiempo completo. Una hilera de
tiendas y restaurantes de lujo en la orilla completan un escenario que podría
ser San Diego.
Después
del primer día de presentaciones, los asistentes a la conferencia fueron
llevados en autobús al cercano pueblo pesquero de Kadikalesi para una cena el
atardecer en la playa. Al llegar, se sirvió la bebida nacional de Turquía, el
raki. El raki es un “anisette” que se enturbia cuando se le añade agua.
Normalmente lo mezclas en la mesa con aproximadamente dos tercios de agua. En l
leguaje turco común, también se le llama “aslan süt” (leche de león). Según un
sitio webd e Bodrum: “Lo grande del raki es que su sabor combina con todos los
platos, los entremeses, los dulces, el pescado o la carne, el raki siempre va
bien”. O no.
Para
quienes busquen una bebida sin alcohol para saciar su sed, el ayran es una
bebida hecha de yogur, diluida en agua, salada y servida fría. El ayran es muy
apreciado por los turcos (y cierto profesor ruso de economía) y supuestamente
es ideal cuando tienes sed en días calurosos. O no.
Es
difícil tener una comida en Turquía sin que haya yogur. También son comunes
tomates, pepinos, aceitunas, queso y cordero. Mucha de la comida se cultiva o
cría en el área de Bodrum. El grupo de la Property and Freedom contempló los
alrededores con un viaje a las ruinas arqueológicas de Éfeso y la última
residencia de la Virgen María. Los olivos dominan el paisaje durante parte del
viaje. Kilómetros y kilómetros de muros de piedra separan las distintas
propiedades en las laderas donde florecen los olivos. El clima es perfecto para
las aceitunas, como lo es el suelo calizo que alimenta las raíces de los
árboles. El área del Mar Egeo es la principal región productora de aceite de
oliva de Turquía.
Con una
historia que se remonta al año 1.200 a. de C., Éfeso fue la capital del Asia proconsular
durante el Imperio Romano y sus ruinas se consideran unas de las mejores del
mundo. La ciudad ostentaba el título de “la primera y más grande metrópoli de
Asia”. La población de Éfeso se ha estimado que estaría entre 400.000 y 500.000
habitantes en el año 100, haciendo de ella la mayor ciudad del Asia romana y
una de las mayores de aquel entonces. El teatro construido en la ladera del
Monte Panayir, que una vez albergó 25.000 espectadores, es verdaderamente
espectacular, como lo es la Vía del Mármol, la calle que conecta el teatro con
la Biblioteca de Celso. La Biblioteca, construida en el siglo II, fue atacada
por el fuego en el 260, pero la intrincada fachada no sufrió ningún daño y debe
verse para creerse.
De vuelta
a Bodrum, os encantará saber que el auge inmobiliario mundial no ha acabado en
esta antigua ciudad. Las oficinas de ventas inmobiliarias son abundantes y los
complejos de vacaciones parcialmente terminados numerosos, abarrotando las
laderas que forman un cuenco alrededor de la ciudad. Pueden comprarse unidades
nuevas por solo unos 80.000$. Pero no esperéis mudaros de inmediato. El plazo
de entrega es dentro de dos años. Justo a tiempo para la apertura del primer
campo de gold de Bodrum. El diseñador del campo cree que los europeos locos por
el golf se precipitarán sobre un templado Bodrum en los meses de invierno para
escapar de la nieve del norte. Está a punto de plantar la hierba para el primer
campo y me asegura que el segundo será de “clase mundial”. Conseguir los
terrenos privados para estos campos le llevó 15 años.
Si se
conoce por algo a Turquía es por sus bailarinas del vientre y sus alfombras.
Una tarde, a los participantes en la conferencia de la Property and Freedom se
les dio la oportunidad de disfrutar de ambas cosas en el Karia Princess. Por
supuesto, las alfombras estaban en venta. Las danzarinas, hasta donde yo sé,
no. Con una banda gitana ofreciendo la música de acompañamiento, tres distintas
intérpretes llevaron a la locura al grupo intelectual. Todo esto después de
pasar el día navegando en el Mar Egeo, lo que dio a algunos l oportunidad de
probar el agua fría y cristalina. Las aguas del Egeo no se calientan hasta
finales del verano, pero no hubo quejas por parte de quienes se lanzaron al
agua.
Volar a
Bodrum requiere una escala en Estambul, una ciudad de más de 11 millones de
habitantes localizada en dos continentes. La parte occidental de la ciudad es
Europa y la oriental es Asia. Docenas de barcos recorren la lengua de agua que
divide a Estambul en dos que es el Bósforo, que conecta el Mar Negro con el Mar
Egeo y luego con el Mediterráneo.
Estambul
bulle de vida. La ciudad está llena de edificios de apartamentos de mediana
altura, con una parabólica y un tendedero de ropa adornando cada balcón. Según
Wikipedia, la población de la ciudad casi se ha triplicado desde 1980, con
millones procedentes del sudeste de Turquía en busca de trabajo. Y a pesar de
tener uno de los precios de la gasolina más altos del mundo, de 7$ a 8$ por
galón, las estrechas calles de la ciudad están atestadas de tráfico.
La
historia está por todas partes en la península histórica de la ciudad. Hay
mezquitas increíbles a poca distancia una de otras y sin una guía no hubiéramos
sabido que hay un baño turco de 3.000 metros cuadrados construido en el siglo
VI debajo de una sencilla esquina comercial. Además, el Distrito del Bazar está
muy cerca. Por cierto, que a los mercaderes del Gran Bazar no les gusta aceptar
la Amercian Express o los dólares de EEUU. Los vendedores prefieren negociar en
euros. Como nos dice nuestro guía, “el dólar está muerto en Europa”. El oro es
popular en el Bazar, con numerosas joyerías y tiendas que venden lingotes y
monedas. Aunque los precios se han moderado durante el pasado año, los turcos,
preocupados por la inflación, han creado la costumbre de mantener su riqueza en
oro y alfombras, en lugar de en un papel que se deprecia. La nueva lira turca
se creó el 1 de enero de 2005 y se hizo equivaler a 1 millón de antiguas liras
turcas. De 1933 a 2001, la antigua lira bajó de dos por dólar a 1,65 millones
por dólar.
Estambul
de noche es un mar de luces hasta donde abarca la vista, puntuada por las
mezquitas iluminadas que salpican la ciudad. Es una vista a contemplar desde
nuestra privilegiada atalaya del restaurante de la terraza.
Es
imposible ver todo lo que hay que ver en esta bella y fascinante parte del
mundo en la corta semana que estuvimos allí. Afortunadamente, el profesor Hoppe
está preparando la segunda reunión de la Property and Freedom Society de nuevo
en Bodrum el año que viene.