El fascialismo de la sanidad estadounidense

Por Thomas J. DiLorenzo. (Publicado el 23 de octubre de 2009)

Traducido del inglés. El artículo original se encuentra aquí: http://mises.org/story/3793.

                  

Hace tiempo inventé el término “fascialismo” para describir el sistema estadounidense de economía política.. Fascialismo significa una economía en parte fascistas, en parte socialista. El fascismo económico no tiene nada que ver con dictaduras, militarismo o absurdas teorías racistas. El fascismo es una rama del socialismo que fue el sistema económico de Alemania e Italia a principios del siglo XX. Se caracterizaba por empresas privadas, pero que estaban completamente reguladas y regimentadas por el estado, aparentemente “por el interés público” (arbitrariamente definido pro el estado).

El socialismo empezó significando la propiedad gubernamental de los medios de producción, pero paso a significar igualitarismo promovido por impuestos “progresivos” e instituciones del estado del bienestar, como indicaba F.A. Hayek en su prólogo a la edición de 1976 de Camino de servidumbre. Los problemas del sistema sanitario estadounidense se deben íntegramente al hecho de que el gobierno somete al sistema a intervenciones masivas, algunas de las cuales son de naturaleza fascista y otras son socialistas.

En 1992, la Hoover Institution publicó un ensayo de Milton Friedman titulado “Input and Output in Medical Care”, en el que Friedman documentaba cómo al principio del siglo XX, alrededor del 90% de todos los hospitales estadounidenses eran privados, de empresas que buscaban beneficios. Entonces el estado y los gobiernos locales empezaron a apoderarse del sector hospitalario. Así que a principios de los 1990 sólo alrededor del 10% de todos los hospitales estadounidenses eran privados, de empresas que buscaban beneficios. El socialismo caracteriza al menos el 90% de todos los hospitales. Muchos otros hospitales han recibido subvenciones del gobierno y con éstas llegan resmas de regulaciones, haciéndolos fascistas pro definición.

El efecto de esta vasta apropiación gubernamental de la industria hospitalaria, documentaba Friedman, es lo que cualquier estudiante de la economía de la burocracia debería esperar: cuanto más se gasta en atención hospitalaria, pero se va a haciendo la calidad y cantidad de dicha atención, gracias a los efectos de la burocratización gubernamental. De acuerdo con Friedman, a medida que el gobierno iba apropiándose de una mayor porción de la industria hospitalaria (al estar exento de las leyes antitrust) el personal de hospital por cama ocupada se quintuplicó y el coste por cama se decuplicó.

Friedman concluía que la “Ley de Gammon”, llamada así por el médico británico Max Gammon, “ha sido de plena aplicación para los hospitales de EEUU desde el final de la Segunda Guerra Mundial”. La Ley de Gammon dice que “En un sistema burocrático, los aumentos en gastos corresponderán a descensos en producción. (…) Esos sistemas actuarán como ‘agujeros negros’ en el universo económico absorbiendo recursos y empequeñeciéndose en términos de (…) producción”. El Dr. Gammon sin duda conocía de qué hablaba, habiendo desarrollado su carrera en el Servicio Británico de Sanidad Nacional.

“El sistema médico de EEUU, en buena medida, se ha convertido en una empresa socialista”, terminaba Friedman. Friedman asimismo sugirió una vez un silogismo para explicar el absurdo espectáculo hoy a la vista de responder a problemas causados por el socialismo en la sanidad con más socialismo en la sanidad.

El silogismo era el siguiente:

  1. El socialismo ha sido un fracaso allá donde se ha probado;
  2. Todos saben esto;
  3. Por tanto, necesitamos más socialismo.

Varias capas de regulación cubren cualquier aspecto de la atención médica y del aseguramiento sanitario en Estados Unidos. Por ejemplo, en el sector del seguro médico cada estado impone docenas de mandatos regulatorios sobre las aseguradoras, obligándolas a incluir cobertura de todo, desde terapias de masaje a implantes de pelo. La razón de esos mandatos es que los sectores de las terapias de masaje e implante de cabello (y muchas otras) contratan a cabilderos para sobornar a los legisladores estatales para obligar a las aseguradoras a cubrir su práctica particular si quien vender seguros en el estado. Entre los estados con mayor número de regulaciones en 2009 están Rhode Island (70), Minnesota (68), Maryland (66), Nuevo México (57) y Maine (55). Idaho es el que tiene menos regulaciones (13), seguido pro Alabama (21), Utah (23) y Hawai (24).

Cada mandato aumenta el coste del seguro médico y probablemente incrementa la póliza típica en cientos o miles dólares anuales. Es un buen ejemplo de fascismo en la sanidad.

La política del gobierno en el sector del seguro médico aplica a la vez tanto el freno como acelerador. Mientras impone regulaciones onerosas y que aumentan los costes, también limitan la responsabilidad legal en algunos casos en que una aseguradora rechaza pagar un procedimiento o tratamiento particular que cuesta la vida a un paciente. El estado también crea cárteles a nivel estatal con leyes que prohíben la portabilidad de algunos aspectos del seguro médico. (Por ejemplo, el seguro médico de mi empleador cubre los gastos de farmacia en Maryland, donde resido, pero no en otros estados).

Volviendo al socialismo puro, los hospitales de Medicare, Medicaid y la Administración de Veteranos socializan una parte muy grande de la sanidad en Estados Unidos, con los mismos resultados predecibles que la socialización de los hospitales: costes desbocados década tras década y fraudes masivos como suele pasar cuando se permite a los políticos gastar el dinero de otros. Incluso el gobierno federal admite que hay actualmente un fraude de alrededor de 60.000 millones de dólares en Medicare. Como el gobierno siempre infraestima el coste de todo lo que hace, posiblemente el número real sea el doble o el triple de esa cantidad.

Habiéndose apoderado de l mayoría del sector hospitalario, el gobierno o los hospitales subvencionados por el gobierno se han creado un poder monopolístico regional con la llamada regulación del “certificado de necesidad” (CON, por sus siglas en inglés). Esta estafa funciona así: un hospital existente en un área se arroga el “derecho” legal a decidir si hay una “necesidad” legítima de más hospitales. En otras palabras, se han otorgado el derecho de veto a nueva competencia en el sector hospitalario. Es como si Microsoft tuviera un derecho legal para vetar nueva competencia en el sector informático.

No es sorprendente que lo estudios hayan demostrado que las regulaciones CON han aumentado los gastos de hospital. La regulación CON también se usa para bloquear la competencia en varias profesiones de la sanidad, desde enfermería a asistencia domiciliaria. (Una vez se me pidió que ayudara a un grupo de enfermeras para obtener la licencia CON en el Condado de Fairfax, Virginia, de manera que pudieran iniciar su negocio de asistencia domiciliaria. El gobierno del condado estaba ya en el negocio y naturalmente vetó su solicitud).

Los médicos han disfrutado desde hace tiempo un grado de poder monopolístico derivado de las asambleas legislativas de estados que delegaban en la Asociación Médica Americana (el sindicato de doctores) el “derecho” a limitar la entrada en las escuelas de medicina a través de acreditación. Sólo se licencia para practicar la medicina a graduados en escuelas médicas acreditadas (por la AMA). La AMA ha usado estos privilegios otorgados por los estados para limitar tanto el número de escuelas médicas como el de graduados en éstas. La reducida oferta de doctores sube el precio de la atención médica y los ingresos de los miembros del AMA. Cientos de otras profesiones sanitarias limitan la entrada con la ayuda de la regulación de las licencias de ocupación, cuyo primer efecto es crear beneficios de monopolio, no asegurar la calidad de la asistencia.

La regulación gubernamental de las farmacéuticas y los dispositivos médicos, principalmente por la Administración de Alimentación y Drogas (FDA, por sus siglas en inglés) aumenta los costes de la sanidad, niega los beneficios de miríadas de drogas y dispositivos útiles y crea un poder de monopolio. Ha sido literalmente responsable de la muerte prematura de miles de estadounidenses ha quienes se les ha privado de drogas que ya estaban disponibles hace tiempo para gente de otros países.

Los burócratas de la FDA tienen una extremada aversión al riesgo: Por un lado, no les cuesta nada personalmente demorar la aprobación de una droga que puede salvar vidas durante años, si no década, pidiendo un test tras otro. Por el otro lado, si permiten entrar en el mercado una droga que resulta ser peligrosa, es desastre para las relaciones públicas de la Agencia, con el que no quiere verse asociada. En consecuencia, la entrada de nuevas drogas y dispositivos médicos en el mercado a menudo se demora años, costando muchas vidas e infligiendo mucho dolor innecesario a quienes ya sufren, al tiempo que se aumentan los precios.

La FDA también hace al mercado de las farmacéuticas menos competitivo restringiendo lo que la publicidad puede decir para miríadas de drogas, incluso la aspirina. Las nuevas drogas no pueden hacer ningún bien a los consumidores si no las conocen. Las restricciones publicitarias impuestas por la FDA, por tanto, aumentan los beneficios de los miembros del mercado afectados a expensas de los que intentan ingresar en el sector y de los consumidores.

El sistema legal gubernamental es asimismo responsable de lo que suele llamarse “la crisis de responsabilidad”. La génesis de esta crisis empezó en los 1960. Los tribunales empezaron a aceptar el argumento de la Escuela de Derecho y Economía de Chicago de que asignando toda la responsabilidad en los casos de responsabilidad por el producto a los fabricantes sería una buena forma de minimizar los “costes sociales” de los accidentes. Los fabricantes saben más que nadie acerca de productos como los dispositivos médicos, seguía el argumento, así que la ley de contratos y la responsabilidad compartida por accidentes con los usuarios del producto se mandaron a la basura.

Así que cuando acaece un accidente, los abogados hábiles lo tienen fácil para convencer a jurados ignorantes otorgar millones o cientos de millones de dólares en reclamaciones judiciales. Estas demandas han hecho quebrara a fabricantes de muchos dispositivos médicos, convenciendo a otros de que los dispositivos son muy arriesgados como para fabricarlos. El efecto en el consumidor de asistencia médica es peor asistencia y precios más altos.

Hay miles de otras regulaciones gubernamentales y controles sobre todos los aspectos de la sanidad, incluso (o especialmente) en el sector se la enfermería a domicilio. Como la mayoría de las regulaciones, beneficia poco o nada al público. Lo más frecuente es que se parte de un acuerdo con un cártel por algún grupo de practicantes de la medicina que están en connivencia con políticos federales, estatales o locales que siempre están dispuestos a vender a sus “electores” a cambio de una generosa “contribución” a su campaña.

La única solución sensata de “reforma” de la sanidad” sería una privatización masiva de los socializados hospitales de los Estados Unidos, combinada con una desregulación de las profesiones médicas para introducir más competencia y una desregulación del sector del seguro médico. La competencia del libre mercado produciría “milagros” médicos como nuca se han visto, bajando drásticamente los costes de la sanidad, igual que ha ocurrido con otros sectores donde se permite su existencia en buena medida.

No se muy posible que esto ocurra en Estados Unidos, que de momento parece empeñado en descender a los abismos del socialismo. Sin embargo, una vez que algunos estados empiecen a separarse de nuevo estado fascialista estadounidense habrá oportunidad para restaurar la libertad sanitaria en ellos.

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Thomas DiLorenzo es profesor de economía en la Universidad de Loyola en Maryland y miembro de la facultar superior del Instituto Mises. Es autor de El verdadero Lincoln, Lincoln Unmasked, How Capitalism Saved America, y, más recientemente, Hamilton's Curse.

Published Mon, Oct 26 2009 2:58 PM by euribe

Comments

# Las nuevas regulaciones destruirán el mercado de los seguros

Thursday, December 17, 2009 11:51 AM by Mises Daily en español

Por Eric M. Staib. (Publicado el 17 de diciembre de 2009) Traducido del inglés. El artículo